El colapso funerario en Madrid que incomoda a Colau
La alcaldesa aspira a una compañía pública como la de la capital, pero cuando llegó la pandemia, ésta se desfondó y la catalana, una sociedad mixta, aguantó
13 junio, 2020 00:00Es el colapso funerario en Madrid que Barcelona evitó. El gobierno municipal que comanda Ada Colau en la Ciudad Condal ha puesto siempre a la empresa pública Servicios Funerarios de Madrid (SFM) como ejemplo del modelo que le gustaría para la capital catalana. No obstante, cuando llegó la pandemia del virus SARS-CoV-2, la sociedad 100% pública de la capital se desfondó. Por contra, Serveis Funeraris de Barcelona (Sfb), sociedad mixta público-privada, aguantó e incluso acometió inversiones extraordinarias, como un gran depósito de cadáveres junto al Tanatorio de Collserola.
SFM lidia ahora con quejas de la asociación El Defensor del Paciente. La oenegé alertó a la Fiscalía Provincial de Madrid cuando la empresa municipal de servicios funerarios y cementerios dejó de prestar servicio el 23 de marzo por falta de material. ¿Por qué? En aquel momento, el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, alertó por carta al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de la escasez de equipos de protección. SFM, anunció, no haría "recogida y sellado de víctimas de coronavirus".
El ministerio público archiva; la oenegé insiste
La decisión valió una denuncia de la asociación El Defensor del Paciente a Fiscalía. Alegó la oenegé que las familias "han estado pagando el seguro de deceso toda su vida" y que la falta de equipos "no es exculpable ni suficiente para eludir su responsabilidad". El ministerio público, no obstante, ha descartado que aquella medida de urgencia, tomada en pleno pico de muertos provocados por la pandemia, sea delito. La oficina del fiscal cree que, en todo caso, lo que hubo fue un incumplimiento contractual "propio de la Jurisdicción Civil".
Carmen Flores, portavoz de El Defensor del Paciente, no se da por vencida. "Lucharemos. La decisión de SFM de dejar de operar en plena avalancha de fallecimientos fue errónea. Un agravio para los usuarios, que han estado abonando religiosamente su seguro de decesos toda su vida. Y cuando lo necesitaron, la empresa cerró", lamenta Flores en conversación con este medio. ¿Pero quedó Servicios Funerarios de Madrid inoperativa o solo dejó de hacer algunos servicios? "Es evidente que sí. Paró. Cesó operaciones. Tenemos quejas de vecinos de Madrid, y no solo una", señala la activista.
SFM: "El cese de actividad no llegó a existir"
Preguntado por el colapso durante la fase más virulenta del virus, un portavoz del Ayuntamiento de Madrid se ha defendido. "Desde el ayuntamiento se anunció que, si no había material EPI suficiente para los trabajadores de la empresa funeraria municipal, no habría más remedio que cesar temporalmente de realizar estos servicios para no poner en riesgo a los trabajadores", ha señalado. ¿Qué faltaba? "Había riesgo de falta de existencias tanto de bolsas estancas (en las que según Sanidad había que meter a los fallecidos) como de monos de trabajo para los empleados que debían actuar directamente con los fallecidos", ha precisado la misma fuente.
Según el equipo de Martínez-Almeida, la advertencia al Gobierno no se materializó. "Finalmente, no fue necesario cesar la realización de esos servicios por parte de SFM, ya que se cambiaron los protocolos por parte de Sanidad, permitiendo el uso de doble sudario o bolsas estancas, material del que sí existían reservas", ha insistido. "Y desde la Comunidad de Madrid se donaron 300 monos de trabajo que permitieron proseguir con la actividad con normalidad". Es por ello que, siempre según la funeraria pública y gestora de los camposantos capitalinos, "no llegó a existir un cese de actividad".
Barcelona, con una empresa mixta, resistió
De un modo u otro, los servicios funerarios de Madrid rebasaron el límite. Según el ayuntamiento, hasta amenazar con dejar de operar. Según El Defensor, congelando servicios. Ese colapso se observó con un incómodo silencio desde Barcelona. El gobierno municipal de la Ciudad Condal, que lidera Ada Colau, ha puesto siempre a Madrid como ejemplo en la gestión del sector. En concreto, el concejal de Transición Ecológica y Emergencia Climática, Eloi Badia, ha cantado las bondades de SFM en varias ocasiones. Lo hizo en unas jornadas de parte en abril de 2017, cuando presentó un proyecto de funeraria municipal para Barcelona en un cónclave al que asistió Fernando Sánchez, gerente de SFM.
La oposición tumbó una y otra vez, hasta cuatro veces, el intento de Badia de crear un operador municipal. En 2018, el proyecto murió en silencio. Al año siguiente, Colau y Badia volvieron a poner a Madrid como ejemplo en las II Jornadas de Servicios Funerarios Municipales. Con la llegada de la pandemia, el Ayuntamiento de Barcelona calla. Ha visto cómo SFM, empresa municipal, colapsaba hasta encajar quejas y una denuncia en Fiscalía. La empresa mixta Serveis Funeraris de Barcelona (Sfb) no solo ha aguantado, sino que ha acometido inversiones como un depósito propio de ataúdes en el Tanatorio de Collserola. Pese a capear satisfactoramente el temporal de la pandemia --algo que Cementiris de Barcelona, empresa 100% pública, no ha conseguido, bloqueando el circuito de cremaciones--, el Ayuntamiento sigue empeñado en desprenderse de su participación en Sfb.