La herencia familiar de los Villar Mir y los Lladó se torna envenenada
Tras el paso atrás en la gestión de los octogenarios fundadores, ni OHL ni Técnicas Reunidas han sido capaces de levantar el vuelo, y sus gestiones siguen suscitando recelos entre los inversores
5 octubre, 2018 00:00Vidas paralelas las que están siguiendo OHL y Técnicas Reunidas dos años después de que sus fundadores --los octogenarios Juan Miguel Villar Mir y José Lladó, respectivamente-- dejaran la primera línea de la gestión de las empresas en manos de sus hijos Juan Villar Mir de Fuentes y Juan Lladó. En el caso de Villar Mir con cesión de la presidencia incluida, para quedarse exclusivamente al frente del Grupo Villar Mir.
Ambos herederos cogieron el testigo de la empresa familiar en momentos difíciles y, desde entonces, las cosas no han mejorado mucho. En ambos casos, los números siguen siendo muy endebles, con volúmenes de negocio escasos que acaban ofreciendo unos beneficios mínimos, como los 27 millones logrados por Técnicas Reunidas, o grandes pérdidas, como esos 843 millones que hace una semana reconocía haber alcanzado OHL al cierre del primer semestre de 2018.
OHL vale un 45% menos, de 917 a 502 millones
Números que se han traducido en un errático tránsito bursátil que, en el caso del grupo constructor, se ha traducido en caídas históricas en el valor. Con los 1,75 euros a los que cerraba OHL este jueves, su valor de mercado es de apenas 500 millones de euros, tras haber perdido un 45% desde que Villar Mir hijo accediera a la presidencia a finales de junio de 2016.
Algo mejor le ha ido a Técnicas Reunidas en el parqué, aunque tampoco con grandes alegrías. A principios de 2016, capitalizaba la empresa por 1.190 millones de euros, para un año después, tras dispararse un 75%, alcanzar un valor superior a los 2.000 millones.
Altibajos de Técnicas Reunidas
A partir de ahí, la situación para los Lladó empeoraba de manera drástica, como consecuencia de la menor actividad derivada del retraso en el inicio de instalaciones petrolíferas y de gas, y también por la asunción de sobrecostes en obras en las últimas fases de construcción.
Reveses que se tradujeron en el reconocimiento, en noviembre de 2017, tras presentar una caída del beneficio del 45%, de que los objetivos, tanto de ventas como de ingresos de explotación, serían inferiores a los previstos tanto en 2017 como en 2018.
Reconducir la situación en un contexto difícil
La reacción de los inversores fue inmediata. La empresa controlada por la familia Lladó veía cómo los títulos volvían a caer de manera notable hasta los 22,5 euros.
Desde entonces, en el año transcurrido, Juan Lladó y su equipo están tratando de reconducir la situación en un contexto que sigue siendo difícil. Iniciaba 2018 con un beneficio de tan solo 300.000 euros en el primer trimestre y lo elevaba a 5,5 millones hasta junio.
Los proyectos tardan en llevarse a cabo
En ambos casos, con caídas superiores al 90%, con unos ingresos que siguen a la baja, debido en parte a que cada vez se dilata más el tiempo entre la adjudicación de los proyectos y la puesta en marcha de los mismos. Un riesgo que incide directamente en la desviación de los costes previstos.
Los riesgos en la actividad de Técnicas Reunidas se traducía recientemente en la pérdida de un megacontrato de 2.300 millones de euros en Perú, al ver cómo le era rescindida la remodelación de una refinería tras trascender impagos a una subcontrata. Un serio revés que no sentaba nada bien al patriarca del grupo y que se traducía en un aumento de la tensión en el seno familiar por la deriva en la gestión de la empresa.
OHL: ventas innumerables que sirven de poco
Por lo que a OHL se refiere, en estos dos años que Juan Villar Mir lleva al frente de la presidencia, lo más destacado han sido las innumerables ventas acometidas para reducir la deuda. Incluida la que, el pasado mes de junio, propiciaba que la familia redujera su participación en el grupo de construcción por debajo del 50%. La venta del 12%, por 98 millones de euros, dejaba a los Villar Mir con algo más del 38% de la constructora.
Ventas y más ventas que, de momento, siguen siendo insuficientes para recuperar la confianza de los inversores, como lo demuestra la caída a los infiernos en bolsa. Tampoco ayuda que Deloitte, auditor de OHL, haya puesto en duda la recuperación de 200 millones en un litigio que mantiene con la Comunidad de Madrid.