Millet y Montull consiguen colchones nuevos y el traslado de prisión
La dirección de prisiones les cambia las camas en 24 horas y en 48 los lleva a Brians 2, una instalación más moderna y mejor adaptada a su movilidad
8 febrero, 2018 00:00Tan solo una noche necesitaron en prisión Félix Millet y Jordi Montull para cerciorarse de que los colchones de uso habitual en las celdas catalanas no son lo cómodos que esperaban o que recordaban (ambos pasaron varios días ingresados por el caso del hotel del Palau). Así, tras esa primera noche y tras rellenar el correspondiente formulario, ambos reclamaron nuevos lechos sobre los que reposar.
El director de la cárcel de Brians 1, Josep Font, se tomó muy en serio el asunto y en menos de 12 horas satisfizo la reclamación de los dos internos y procedió a la sustitución de los colchones. Según algunos veteranos funcionarios de Brians 1, en pocas horas se dio trámite a una petición que, en la mayoría de los casos, tarda semanas.
Font se deja ver con el lazo amarillo en la solapa desde que su jefe, el exconseller de Justicia Carles Mundó, fue encarcelado por orden de la Audiencia Nacional.
No aguantaban más
Desde que el pasado lunes pisaron la cárcel, Millet y Montull supieron que su nuevo hospedaje iba a resultar inhóspito. Y a pesar del cambio de colchones, pidieron, 24 horas después, el cambio de cárcel. De nuevo, la Dirección de Servicios Penitenciarios de la consejería se tomó con brío la demanda y accedió a su trasladado inmediato.
El traslado responde, según las fuentes oficiales, a que en Brians 2 pueden recibir mejor atención. En especial Millet, que tiene problemas de movilidad. No obstante, Montull le ha acompañado.
Resolución exprés
Las celdas que han ocupado en Brians 1 tanto Millet como Montull se encuentran en el módulo de enfermería, una zona situada en uno de los laterales de la cárcel al que se accede a través de una rampa y que comunica con los dos patios (uno, para presos con problemas físicos y otro, para los que sufren problemas psiquiátricos) a través de otra rampa.
A pesar de que, como permite el reglamento, la dirección de prisiones había puesto a disposición de Millet un ordenanza, los reos no quisieron permanecer ni un minuto más en aquella instalación y pidieron (y consiguieron) el cambio de cárcel.
¿Trato de favor?
En las dos noches que han pasado en Brians 1, Millet y Montull han ocupado celdas individuales, dotadas de un retrete interior disimulado por un pequeño muro de ladrillos para garantizar el mínimo de intimidad.
Durante estas 48 horas en Brians1 ambos se han dedicado a charlar en las dependencias comunes de la enfermería.
Guante de seda
Los funcionarios han podido ver, desde el primer momento, que la dirección de la cárcel trataba con guante de seda a ambos presos. Tanto es así que el martes Millet y Montull se negaron a cenar. Según expusieron los funcionarios, alegaron que lo que les sirvieron era “incomestible”. Sea causalidad o no, al día siguiente, ayer, miércoles, las cocinas de Brians 1 fueron objeto de una revisión por parte de inspectores de la dirección general.
Millet y Montull esperan tener ahora mejores sensaciones al abrigo de las más modernas instalaciones en Brians 2. De momento, ya disfrutan de la atención de los jefes políticos penitenciarios.