Ismael Peña-López, director de la Escuela de Administración Pública de Cataluña (EAPC) / GENCAT

Ismael Peña-López, director de la Escuela de Administración Pública de Cataluña (EAPC) / GENCAT

Política

El Govern da carpetazo a la escuela independentista de funcionarios de Colomines

Ismael Peña-López da un giro a la EAPC, concebida por Puigdemont para formar a los altos cargos del nuevo Estado catalán, con un profesorado plural y una nueva ley diferente a la que elaboró JxCat

24 diciembre, 2021 00:00

La Escuela de de Administración Pública de Catalunya (EAPC) recupera sus esencias. Y éstas son formar a servidores públicos. Tras ser instrumentalizada por el independentismo más radical, el que quería convertirla en una fábrica de funcionarios patriotas, el centro de formación afronta ahora una nueva etapa. Atrás quedan las soflamas de su exdirector, Agustí Colomines, el reclutamiento de iconos del secesionismo del que nada se ha vuelto a saber, como Miquel Calçada (Mikimoto), y el borrador de reconversión del centro en Escola Nacional del Govern i Administracions Públiques de Catalunya. Un plan aprobado en enero de 2017, cuando el centro estaba en manos de Junts per Catalunya.

Ahora es ERC la que controla el centro, y ha aprobado la memoria preliminar del anteproyecto de ley de la Escuela de Administración Pública de Cataluña para convertirla en vertebradora de la formación de servidores públicos de todas las administraciones catalanas. Pero hace meses que ese nuevo enfoque es visible en sus aulas, abiertas a un profesorado ideológicamente más plural y formado.

Adaptarse a los nuevos tiempos

La EAPC, creada en 1912 por Enric Prat de la Riba como forma de combatir el caciquismo de aquella época, está regulada en la ley 4/1987, donde se la define como una institución básica de formación, selección y estudio en materia de Administración pública. Transcurridos 35 años, el Govern considera necesario adaptar el centro a los nuevos tiempos --globalización, integración en la UE, digitalización…--, de ahí esa nueva ley, que nada tiene que ver con la concepción que tenía el expresidente Carles Puigdemont.

El fugado colocó al frente de la Escuela a uno de sus hombres de confianza, el historiador Agustí Colomines, exresponsable de la Fundación Trias Fargas, vinculada a CDC. Colomines dejó claro desde un principio que su objetivo era formar a los altos funcionarios del nuevo Estado catalán. En su presentación como responsable del centro, prometió dotar a los empleados públicos de los “conocimientos y habilidades necesarios para llevar a cabo las funciones y competencias que deberemos ejercer como nuevo Estado. Nuestra intención es hacerlo desde ahora mismo”.

El consejero de Políticas Digitales, Jordi Puigneró, en un acto de la Escola d'Administració Pública de Catalunya / GENERALITAT DE CATALUÑA

El consejero de Políticas Digitales, Jordi Puigneró, en un acto de la Escola d'Administració Pública de Catalunya / GENERALITAT DE CATALUÑA

La EAPC dependía entonces de la consejera de Gobernación, Meritxell Borràs --recién propuesta para dirigir la Autoridad Catalana de Protección de Datos--, quien bendijo los propósitos de Colomines asegurando en sede parlamentaria que la escuela es una “estructura de Estado”.

Cambio de dirección

Tras el desafío secesionista y la aplicación del artículo 155 de la Constitución, Colomines fue cesado como director del centro en abril de 2018. Asumió en funciones ese cargo el secretario general de Políticas Digitales, Xavier Gatius, hasta que en septiembre de 2020, Marta Felip, exnúmero dos de la cesada Àngels Chacón en la Consejería de Empresa, fue nombrada directora de la EAPC. Colomines nunca regresó a su puesto, pero dejó huella: el pasado septiembre, la Sindicatura de Cuentas denunciaba en un informe diversas irregularidades contables en la Escuela, como contratos fraccionados, falta de control de las incompatibilidades laborales y subvenciones sin justificar durante la etapa en que Colomines dirigía el centro.

Miquel Calçada, 'Mikimoto', en un acto de CiU

Miquel Calçada, 'Mikimoto', en un acto de CiU

Con el cambio de gobierno, la Escuela pasó a depender de ERC a través de la Consejería de Presidencia, que asume las competencias en materia de función pública. Al frente de la Escuela está, desde junio pasado, Ismael Peña-López, ex director general de Participación Ciudadana, quien el pasado miércoles informó al Consejo Rector de la EAPC de sus objetivos para 2022. Pasan por la aprobación de la citada ley y un amplio programa de formación para todas las administraciones públicas, que incluye 4.542 actividades formativas, 52.278 horas de docencia y 194.848 plazas.

¿Qué hace Mikimoto en la EAPC?

Fuentes universitarias explican a Crónica Global que, en los últimos meses, han detectado una mayor pluralidad en los profesores elegidos para impartir los cursos, seminarios y másters de la Escuela, y valoran positivamente el enfoque, muy centrado en la gestión, que el centro da a los alumnos. Estas fuentes dan por superadas aquellas épocas convulsas en las que la oposición parlamentaria pedía explicaciones por el fichaje de Mikimoto, comisario del Tricentenario (los fastos organizados por el Govern con motivo de los 300 años de la guerra de 1714), para impartir un curso titulado Cataluña y las relaciones internacionales. Calçada tiene un máster en relaciones internacionales por la Maxwell School de la Universitat de Siracusa (EEUU) y otro en Diplomacia y Acción Exterior por la Universitat Pompeu Fabra

Agustí Colomines (d) en un acto con el filósofo Daniel Innerarity en la Escuela de la Administración Pública que dirigió hasta 2018

Agustí Colomines (d) en un acto con el filósofo Daniel Innerarity en la Escuela de la Administración Pública que dirigió hasta 2018

Con Peña-López, añaden esas fuentes, la Escuela ha adquirido un carácter más académico y pragmático. Más posibilista, pues Puigdemont quiso compararse con la selecta École Nationale d'Administration (ENA), donde se formaron dirigentes franceses como Francois Hollande, Jacques Chirac, Dominique de Villepin, Lionel Jospin o Segolene Royal.

También en Francia se ha dado un giro a la ENA. En abril, el presidente francés Emmanuel Macron anunciaba la conversión de esta Escuela en el Instituto del Servicio Público (ISP), menos elitista y más popular, para congraciarse con las exigencias de los chalecos amarillos.