El desolador balance del primer año de Gobierno Torra
Cataluña presenta unos indicadores macroeconómicos sensiblemente peores que cuando el dirigente nacionalista se hizo con el mando del ejecutivo autonómico
20 mayo, 2019 00:00La semana pasada se cumplió un año desde la investidura de Quim Torra como presidente de la Generalitat, una efeméride óptima para hacer balance de su gestión, especialmente en el ámbito económico.
Y del análisis de los principales indicadores macroeconómicos solo se puede sacar una conclusión: Cataluña está hoy peor que cuando el dirigente nacionalista se hizo con el mando del gobierno autonómico, incluso si se compara con la evolución de las cifras a nivel nacional.
Caída del crecimiento económico
La economía catalana crecía al 2,8% anual en el segundo trimestre de 2018 (tasa de variación interanual del PIB, según Idescat), pero el indicador se ha enfriado en el primer trimestre de 2019 hasta el 2%.
El frenazo es aún más acusado si se toma en consideración la evolución de todo el país. España crecía al 2,6% hace un año --por debajo de Cataluña--, mientras que ahora se sitúa en el 2,4% --cuatro décimas más que la comunidad catalana--. Además, la Comunidad de Madrid pisa los talones a Cataluña, con un PIB solo 1.259 millones inferior (231.277 frente a 230.018 millones de euros).
Evolución negativa del paro
Cuando Torra llegó a la presidencia autonómica, Cataluña registraba una tasa de paro del 11,39% (segundo trimestre de 2018, según Idescat). El primer trimestre de 2019, esta se ha situado en el 11,64%, lo que supone una ligera subida.
En cambio, la media a nivel nacional ha evolucionado a la baja en ese periodo, al pasar del 15,28% al 14,70%.
Sigue la fuga de empresas
El Govern tampoco ha sido capaz de acabar con la fuga de empresas. Aunque el grueso de la espantada se produjo en otoño de 2017 --momento de mayor intensidad del procés independentista--, en los últimos cinco años cerca de 6.000 compañías han trasladado su domicilio social desde Cataluña a otros lugares del país.
De estas 6.000, unas 700 se han sumado al éxodo en los últimos doce meses. Solo una de las empresas más importantes, Agbar, volvió a Cataluña en este periodo.
Enfriamiento de las expectativas empresariales
Durante la etapa de Torra al frente del Govern, el índice de confianza empresarial armonizado (que mide las expectativas a corto plazo de los empresarios) ha caído un 2,1%.
Este declive es superior al manifestado a nivel nacional, cuya disminución fue del 1,9%.
Hundimiento de la inversión extranjera
A lo largo de 2018, la inversión extranjera en Cataluña cayó un 11,7%, un dato que contrasta con la subida del 71% que se registró a nivel nacional y el incremento del 125% que logró la Comunidad de Madrid, según el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.
El dato es más alarmante si se detalla en valores absolutos, pues Cataluña ya partía de niveles muy bajos. En concreto, en 2018 Cataluña atrajo inversiones extranjeras por 2.985 millones de euros --397 millones menos que el año anterior--, mientras que el conjunto de España cosechó 46.827 millones, y la Comunidad de Madrid, 39.925 millones.
Pérdida de peso relativo de las exportaciones
Cataluña cerró el año 2018 con un incremento de las exportaciones del 1,1%. Sin embargo, el mayor aumento de las exportaciones a nivel nacional (2,9%) la hizo perder peso relativo en las ventas españolas al exterior: las exportaciones catalanas pasaron de ser el 25,5% de las del conjunto de España al 25,1%.
Por otra parte, el déficit comercial catalán aumentó considerablemente, desde los 15.500 millones de euros registrados en 2017 a los 19.100 de 2018, el mayor descuadre de los últimos seis años.
Descienden las matriculaciones de vehículos
Las matriculaciones de vehículos también se han resentido durante el mandato de Torra. En mayo de 2018, en Cataluña se matricularon 29.256 vehículos (20.785 de turismo), mientras que en abril de este año la cifra cayó a 25.529 (17.985, en el caso de turismos), un 12,7% menos (13,5% menos turismos).
A nivel nacional también ha habido un descenso, aunque menos pronunciado. En concreto, del 10% en general y del 10,3% en el caso de los turismos.
Las agencias de rating mantienen la alerta
Las políticas del actual ejecutivo autonómico también han tenido consecuencias a nivel internacional. Las principales agencias de rating mantienen su alerta sobre inestabilidad política en Cataluña a la hora de realizar sus calificaciones crediticias.
Así, Cataluña es la única comunidad autónoma cuya deuda mantiene la calificación de bono basura por parte de las tres agencias principales (Moody’s, Fitch y S&P). Y todas ellas, además de DBRS y Marsh, son pesimistas en la evolución a corto y medio plazo y en los efectos negativos que la tensión nacionalista tendrá sobre el tejido económico y empresarial de la comunidad.
Menos congresos internacionales
Por otra parte, durante 2018, Madrid ha adelantado a Barcelona como principal destino español de los congresos internacionales, según la Asociación Internacional de Congresos y Convenciones (ICCA).
En 2017 lideró el ranking mundial con 195 reuniones internaciones, mientras que al año siguiente ha descendido hasta la cuarta posición, con 163, dos menos que la capital de España.
Deuda pública contenida
Pero la inacción del Govern Torra --la Generalitat no aprueba unos presupuestos desde 2017 y apenas ha sacado adelante tres leyes menores y una docena de decretos ley en el último año-- también tiene alguna consecuencia positiva, como es la contención de la deuda pública.
La Generalitat tenía una deuda del 34,4% de su PIB en el segundo trimestre de 2018 y cerró el año con un 33,9% (78.732 millones de euros), aunque sigue siendo la mayor en valores absolutos de todas las CCAA y solo superada en términos relativos por Castilla-La Mancha (35,2%).
Se disparan las listas de espera sanitarias
En todo caso, esa contención en el gasto tiene efectos muy directos sobre el día a día de los ciudadanos catalanes, como es el caso de las listas de espera de la sanidad, que se han disparado en los últimos meses. Durante la etapa Torra, el número de pacientes que están a la espera de una prueba diagnóstica ha aumentado un 23,5% (con 22 días más de retraso medio), los que aguardan una operación han crecido un 10% (y el tiempo de demora se ha incrementado en cinco días) y la lista de espera para una visita al especialista es un 6% mayor.
Una situación que, sin embargo, no parece preocupar al partido que sustenta al Govern, JxCat, cuyo portavoz parlamentario, Eduard Pujol, aseguró en noviembre pasado que centrar la atención en la listas de espera sanitarias es “una distracción” respecto al objetivo principal de este ejecutivo, que es conseguir la independencia de Cataluña.