Fotomontaje de Carles Ribas junto al logo de Junts y una postal de Girona

Fotomontaje de Carles Ribas junto al logo de Junts y una postal de Girona

Política

Junts negocia con Carles Ribas su candidatura a la alcaldía de Girona

El abogado, concejal en el gobierno municipal de un Carles Puigdemont a quien ha visitado recientemente en Waterloo, impidió que Gemma Geis fuese alcaldesa en las pasadas elecciones con una lista propia que rozó el 5% de los votos

Contenido relacionado: Puigdemont fulmina a Gemma Geis como candidata en Girona

Llegir en Català
Publicada

Aliança Catalana se dispara en las encuestas y Junts acelera para configurar candidaturas que puedan contener este auge en las elecciones municipales de 2027, especialmente en aquellas plazas donde la derecha nacionalista ha gobernado durante años y esta división del voto puede lastrar las opciones de los posconvergentes. La maquinaria del partido, con Albert Batet a la cabeza desde su nuevo rol sombrío, ya funciona a pleno rendimiento. Y tras la exitosa maniobra de Manresa, el partido está centrado en buscar un sustituto a Gemma Geis, que insisten fuentes locales en que no repetirá como candidata en Girona.

La actual vicealcaldesa de la ciudad estaría pagando gobernar de la mano de la CUP de Lluc Salellas y "haberse entregado" a la agenda de los anticapitalistas, perdiendo el atractivo político que pudiera tener la exconsellera de Universidades, doctora en Derecho y primera gironina en estudiar en Harvard para admiración de algunos y burla de otros, incluso en su propio partido, que apuntan que "fue asistente en la biblioteca durante un verano". Se busca, en cualquier caso, un perfil "de orden". Y aquí aparece de nuevo el nombre del exconcejal Carles Ribas, que ha estado recientemente en Waterloo con Puigdemont.

Abogado e 'instagrammer'

Se trata de un abogado conocido en la ciudad, formado en ESADE y con experiencia en el gobierno municipal, precisamente bajo el mando del expresident entre los años 2011 y 2015. Una figura popularizada a través de los vídeos en Instagram donde asegura que la ciudad está "sucia" y culpa de ello al ejecutivo local que acordaron Junts, ERC y Guanyem tras las elecciones de 2023. Unos comicios que ganó el PSC de Sílvia Paneque gracias, precisamente, al propio Ribas; que se presentó en solitario tras desvincularse primero de Convergència i Unió y posteriormente del PDeCat y obtuvo cerca del 5% de los votos.

Pese a que no alcanzó la cifra indispensable para entrar en el consistorio, sí logró impedir que Geis fuese alcaldesa. Pues de sumarse sus votos a los de la formación posconvergente hubiesen podido igualar los ocho concejales que optuvieron Salellas y los socialistas. Una jugada que Junts no quiere que vuelva a repetirse a sabiendas de que no son los únicos que han sondeado a Ribas en las últimas semanas, de que ni ERC ni Aliança Catalana tienen todavía un cabeza de lista definido y de que los ultraderechistas se presentarán sí o sí en la ciudad del Onyar pese a renunciar a más de 900 municipios

Conversaciones con Aliança

El partido de Sílvia Orriols, que asegura que no concurrirá a más de 30 o 40 localidades, también se puso en contacto con Ribas, según ha podido saber este medio. Fue entonces, de hecho, cuando Puigdemont se apresuró en llamarle a filas. Pese a que también ha sido crítico con él en sus redes sociales, el abogado, que no esconde su intención de seguir vinculado a la política, le habría asegurado en Bélgica que no tiene voluntad de fichar por los ultras, que continúan por su parte a la búsqueda de un perfil similar con el objetivo de irrumpir en la capital provincial y hacerlo por la puerta grande.

Según aseguran fuentes municipales, pese a que desde Junts se esmeran en reforzar el papel de Geis como líder local, de la reunión se habría sacado en claro que Ribas no entorpecerá de nuevo la candidatura que articule Junts. Es más, es el favorito en estos momentos para ser el cabeza de lista del partido en una ciudad que el PSC también pretende gobernar y que paga las consecuencias de una coalición antinatura en forma de "degradación del espacio público" y de un incivismo creciente. Un desorden que, con las siglas de los posconvergentes o con otras, el abogado está decidido a revertir.