Silvia Orriols, líder de Aliança Catalana, mira al 'president' Salvador Illa desde su bancada en el Parlament

Silvia Orriols, líder de Aliança Catalana, mira al 'president' Salvador Illa desde su bancada en el Parlament GALA ESPÍN Barcelona

Política

El auge de la extrema derecha entierra cualquier opción de adelanto electoral en Cataluña

El bloqueo que arrojan las encuestas ratifica la convicción del Govern de agotar la legislatura y canalizar el malestar del que se alimentan Aliança Catalana y Vox

Más información: El tsunami Orriols aboca a Junts a anticipar el fin de la era Puigdemont

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Gobernar, gobernar y gobernar. Es la premisa con la que trabaja el Govern del PSC desde que echara a andar, y que reafirman las sucesivas encuestas sobre intención de voto. Éstas coinciden en el auge de las formaciones Aliança Catalana, principalmente, y Vox en Cataluña, región que no es ajena a una tendencia compartida con el resto de España y Europa.

Y aunque el último sondeo arroja un crecimiento inédito de Sílvia Orriols e Ignacio Garriga, no aplacó los ánimos en la Festa de la Rosa del PSC, encabezada por los presidentes Salvador IllaPedro Sánchez. Los 35 diputados pronosticados por La Vanguardia entierran cualquier opción de adelanto electoral, un fantasma que sobrevuela las negociaciones de los presupuestos año tras año.

El presidente de la Generalitat de Cataluña, Salvador Illa, durante la Fiesta de la Rosa del PSC, a 21 de septiembre de 2025, en Gavà (Barcelona)

El presidente de la Generalitat de Cataluña, Salvador Illa, durante la Fiesta de la Rosa del PSC, a 21 de septiembre de 2025, en Gavà (Barcelona) Lorena Sopêna / Europa Press

Fuera 'experimentos'

Tras compensar el naufragio en la actualización de las cuentas de este año con la aprobación de tres suplementos de crédito, en Palau rechazan una vez tras otra la posibilidad de una convocatoria extraordinaria en caso de que las conversaciones con Esquerra Republicana (ERC) y Comuns tengan el mismo final.

En este sentido, los últimos resultados no mueven a los socialistas ni un milímetro, más bien lo contrario: reafirman la convicción inamovible en su apuesta por el gobierno útil y no hacer experimentos. En Palau aún resuena el descalabro de la ERC de Pere Aragonès cuando el hoy expresident retirado de la política quiso dar un golpe de efecto que salió rana.

Ola reaccionaria

Ante la "ola reaccionaria" sobre la que el president Illa ha alertado en reiteradas ocasiones --la última vez, ayer en el Campo de la Bota--, tiene clara la receta: diagnosticar los problemas de la ciudadanía y atajarlos para canalizar el malestar del que bebe la ultraderecha. De ahí el anuncio de la ampliación del parque público de vivienda con 50.000 pisos, el aumento de la seguridad en los barrios, y las mejoras en Rodalies, aún por llegar.

En la Pineda de Gavà, durante la fiesta socialista del domingo, no hubo reacción directa a los resultados del sondeo, aunque sí se pronunció la portavoz del PSC, Lluïsa Moret, ayer lunes: "Éstos marcan la concreción en Cataluña de un fenómeno global, el importante crecimiento de la ultraderecha en todo el mundo", sintetizó brevemente en rueda de prensa.

Imagen de Lluïsa Moret, viceprimera secretaria y portavoz del PSC

Imagen de Lluïsa Moret, viceprimera secretaria y portavoz del PSC Europa Press

Dalmau lo explica

Mucho más explícito ha sido el número dos de Illa, el conseller de Presidencia, Albert Dalmau, quien también ha enmarcado el crecimiento de Aliança en la "enorme frustración" tras el procés, al tiempo que ha negado sorpresa alguna en una entrevista en RAC1.

"Hemos prometido helado de postre todos los días, hemos prometido Magia Borrás y que lo solucionaríamos todo, y después de todo, una inmensa frustración. Hombre, tampoco sé por qué nos sorprende tanto que haya algunas personas que se hayan lanzado al independentismo radical", explicó.

Los 'consellers' Alícia Romero y Albert Dalmau, junto a Salvador Illa, 'president' de la Generalitat, en el Parlament (imagen de archivo)

Los 'consellers' Alícia Romero y Albert Dalmau, junto a Salvador Illa, 'president' de la Generalitat, en el Parlament (imagen de archivo) Europa Press

En su opinión, en los últimos diez años, algunos partidos han empujado a los catalanes a "posiciones cada vez más en los extremos". Por ello, abogó por confrontarles: "¿Qué piensan sobre subir el salario mínimo? ¿O sobre si apoyar las 37 horas y media, sobre si están a favor del derecho al aborto o el matrimonio homosexual?".

"Vemos que las okupaciones en Cataluña están bajando un 10%, o que los robos con fuerza están bajando un 13%: pues esto es necesario explicarlo", agrebaba en la emisora de Godó.

Las opciones pasan por Illa

El bloqueo con el que coquetea el Parlament no dibuja una mayoría clara ni asumible. El bloque de la derecha --Junts, Aliança, Vox y PP-- sería el único en sumar en una hipotética investidura con 69 escaños, pero las trincheras nacionalistas y ultraderechistas situarían cualquier pacto en el terreno de lo impensable.

Y a pesar del retroceso de seis diputados de los socialistas, que caerían a 36, éste no evitaría que el president Salvador Illa repita como el candidato más votado.

Peguntados por la pérdida de representación parlamentaria, fuentes de Palau se aferran a la holgada victoria del dirigente socialista --15 sillones por encima de ERC y neoconvergentes, según los pronósticos del sondeo-- para aseverar que "todas las opciones de gobernabilidad pasan por el president".

En los mismos términos, de hecho, se han expresado ante los medios tanto Dalmau como Moret, insistiendo en que "la primera fuerza política en Cataluña sigue siendo el PSC, con una amplia diferencia". También en que "la mayoría de encuestados creen que el nuestro es el partido político mejor posicionado para dar respuesta a la mayoría de problemas del país, el que más confianza genera".

Descalabro en Waterloo

Asimismo, inciden en el gran descalabro de Junts. El partido que aún lidera Carles Puigdemont a pesar de las críticas internas se ve penalizado por la inexistente oposición que brinda su grupo parlamentario, liderado por Albert Batet y Mònica Sales. El resultado: la pérdida de 16 escaños y la vuelta al cuerpo a cuerpo con ERC.

Algo que es entendido también como una victoria de la apuesta por el diálogo a todos los niveles: también con el expresidente fugado, que espera desde Bruselas la aplicación de la amnistía y con el que Illa se reunió el pasado 2 de septiembre, en el marco de las reuniones con sus antecesores vivos. En Waterloo, siguen sin dar con la tecla de la Cataluña posprocés.

El presidente de la Generalitat, Salvador Illa (i), saluda al presidente de Junts per Catalunya, Carles Puigdemont (d), durante su reunión del 2 de agosto de 2025, en Bruselas (Bélgica)

El presidente de la Generalitat, Salvador Illa (i), saluda al presidente de Junts per Catalunya, Carles Puigdemont (d), durante su reunión del 2 de agosto de 2025, en Bruselas (Bélgica) Jasper Jacbos / Europa Pres

Esquerra, en liza

En la plaça Sant Jaume tampoco pasan por alto la segunda vida de ERC. Los republicanos de Oriol Junqueras, que siguen en liza por su papel como socios parlamentarios con la financiación singular como caballo de batalla, empatan en diputados con los herederos de Convergència, logrando incluso una mayor estimación de votos.

Una tendencia que insufla esperanzas al bloque progresista; éste cuenta con algo menos de tres años para agotar la legislatura y paliar el golpe de la extrema derecha que auguran todos los sondeos.