Golpe de efecto de Alfredo García, nuevo director del Servicio Catalán de Salud (CatSalut), como avanzó este medio. Pilar Otermin, hasta ahora gerente del Hospital de Badalona, será nombrada subdirectora o número dos en los próximos días. Y lo será por decisión directa de García, que ha fichado a una ejecutiva alejada del búnker convergente en sanidad.
Lo han detallado directivos del sector, subrayando que Otermin "cuenta con la máxima confianza del director, y es decisión de este que se incorpore a la Consejería de Salud". Las designaciones en la estructura del Departamento que más recurso consumen de la Generalitat de Cataluña nunca son inocuas.
Máxime la posición de subdirector del CatSalut --subdirectora en unos días--, en la que se deciden grandes externalizaciones como el transporte sanitario, la oxigenoterapia o la rehabilitación, que la sombra de la corrupción infectó en el pasado.
Otermin, perfil profesional y neutro
Esta posición sensible quedó vacante en un primer momento, como informó Crónica Global. Ahora ya hay un nombre para desempeñarla, el de Otermin, gerente de Badalona Serveis Assistencials con nueve años de experiencia en la empresa. Antes, también fue jefa de Neurología del Hospital de Granollers y profesora de esta disciplina en la Universitat Internacional de Catalunya (UIC).
Además de los méritos de la subdirectora, insisten directivos del sector, ha pesado mucho su background. La nueva mando de Salud no procede de la capa filoconvergente en la sanidad catalana, que ha aportado históricamente directivos a la estructura de la Consejería.
De hecho, uno de ellos, Ramon Cunillera, gerente de la Corporación de Salud del Maresme, se postuló para la dirección del CatSalut. No la consiguió.
Ofensiva de la patronal UCH
Y es que no son pocas las voces que han alertado históricamente que los partidos distintos a CiU, ahora Junts, "lo han tenido difícil para domar la Consejería de Salud". Ello es así por la extrema afinidad de la capa gerencial con el espacio convergente. Baste un ejemplo: la patronal Unió Catalana d'Hospitals (UCH) solo se reunió con un candidato en la campaña de las elecciones autonómicas de mayo. Fue con Carles Puigdemont en Francia.
Pese a decantarse por un candidato --que no ganó--, la Unió se ha acercado al nuevo Govern de Salvador Illa. Como explicó este medio, se sentó recientemente con Marc Soler, el polémico director general de Profesionales de la Salud, que es, también, un hombre muy cercano a Jaume Padrós, presidente del Colegio de Médicos de Barcelona (COMB). Esta misma semana, la UCH se ha reunido con el comité Cairós de reforma de la sanidad catalana, que ha impulsado el Govern.
Así las cosas, la Unió teje relaciones con la Consejería, aunque no ha podido situar a directivos afines en la cúpula de Salud, donde se deciden y reparten los fondos que reciben sus hospitales miembros.
Otra fase de 'la guerra de las ambulancias'
En cualquier caso, esta nueva cúpula profesionalizada del CatSalut tendrá una tarea inmediata que atender: la nueva fase de la guerra de las ambulancias. El gran concurso de transporte sanitario se fallará en los próximos días, y se prevén nuevos recursos al Tribunal Catalán de Contratos del Sector Público (TCCSP) cuando se conozcan los ganadores provisionales.
Es algo que ya pasó al principio de la licitación, cuando la patronal ACEA impugnó los pliegos hasta que consiguió tumbarlos y que se publicaran de nuevo.
Ahora, el CatSalut renovado deberá lidiar con una nueva ola de impugnaciones de los candidatos que se han quedado sin lote. Las habrá: hay 2.000 millones de euros en juego.
Junts, atrincherado en los colegios
Ese será el primer dosier sobre el despacho de García y Otermin. El segundo, la negociación del nuevo convenio de la sanidad concertada, denunciado por la mayoría sindical hace escasos días. Los nuevos timoneles del CatSalut parten con ventaja, pues son bien valorados por las centrales mayoritarias. Está por ver si también lo son por la patronal, que ya tuvo tensiones con el Servicio cuando mandaba ERC, como explicó este medio.
Sea como fuere, los incentivos para todas las partes son lograr acuerdos. Cuando los alcancen, el Govern podrá sacar pecho, mientras que Junts, antaño el poder en la sombra en el sistema sanitario, seguirá instalado en la irrelevancia.
Los de Carles Puigdemont apenas conservan dos piezas del sistema asistencial: los colegios de médicos y enfermeras. El primero, por mano de Padrós, exdiputado de CiU. El segundo, con la influencia del sindicato Infermeres de Catalunya, que antes de las elecciones autonómicas de mayo recomendó a sus afiliados que votaran a Junts.
Estructura casi completa
Cuitas a parte, el nombramiento de Pilar Otermin cerrará, salvo cambios menores, la estructura del puente de mando de la Consejería de Salud. Inicialmente, se ratificó a los directores del CatSalut y el ICS procedentes de la etapa de ERC, pero finalmente se ha sustituido a los dos. Se considera que son los mandos con el máximo poder ejecutivo dentro del organigrama de la conselleria.
La cadena de nombramientos no ha estado exenta de alguna polémica y de algunos noes, pero está ya casi acabada. Y con el cuadro completo ya se pueden extraer conclusiones. El espacio juntaire ha sido barrido de los puestos de decisión del sistema sanitario. Una tarea que empezó ERC, y que el PSC ha empujado para que continuara en Salud ahora que manda en el Consell Executiu.
Con ello, quedan atrás, como parte de la historia, los grandes escándalos de presunta corrupción en el sistema asistencial, de Innova al caso Bagó, pasando por las ambulancias o el caso Fisiogestión, y que coincidieron con la tenencia convergente de las palancas de poder en Travessera de Les Corts.