El líder de Junts, Carles Puigdemont, en el Parlamento Europeo

El líder de Junts, Carles Puigdemont, en el Parlamento Europeo EFE Bruselas

Política

La legislatura de Sánchez echa a andar condicionada por la vuelta de Puigdemont

  • La tensión vivida en las dos sesiones de investidura no son más que el aperitivo de todo lo que queda por venir en el mandato, con el asunto catalán y la amnistía como telón de fondo
  • El regreso del fugado no sólo condiciona la estrategia de la derecha y la ultraderecha, sino que también alterará los ánimos en la Generalitat, donde Aragonès resiste en minoría
17 noviembre, 2023 00:00

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Advertencia de Gabriel Rufián (ERC) a Pedro Sánchez (PSOE) pidiéndole que “no se la juegue”; consignas apocalípticas por parte de la ultraderecha de Vox con el objetivo de eclipsar al jefe de la oposición Alberto Núñez Feijóo (PP); y, sobre todo, una amenaza por parte de la líder de Junts, Míriam Nogueras, de cambiar el por la abstención que sentó como un jarro de agua fría tras una larga jornada en la que el candidato socialista pudo ajustar cuentas con sus adversarios tras semanas de estratégico silencio. Esas han sido algunas de las escenas vividas estos dos últimos días en el Congreso, reflejo de una tensión y polarización política que no son más que el aperitivo de todo lo que queda por venir en la legislatura, con el asunto catalán y la amnistía como telón de fondo.

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, en el Congreso de los Diputados

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, en el Congreso de los Diputados EUROPA PRESS

Cataluña, en boca de todos

Porque de eso han ido las dos sesiones de investidura: de Cataluña. La comunidad que copó el debate público durante casi una década y que vuelve a estar en boca de todos por la feroz competencia entre ERC y Junts para, primero, ser decisivos en Madrid y, después, hacerse con la hegemonía independentista en unos comicios autonómicos que están previstos para febrero de 2025.

La campaña de las elecciones catalanas será feroz, porque la lista de agravios entre republicanos y neoconvergentes es casi más larga que la que, según ellos, han venido perpetrando los sucesivos gobiernos de España. En este sentido, los rifirrafes por ver quién negocia mejor con el Gobierno o quién es más eficaz a la hora dar pasos en la casi extinta hoja de ruta independentista serán constantes.

La sangre no llegará al río

Y los socialistas habrán de convivir con ello consolándose con dos realidades: los equilibrios parlamentarios son el camino necesario para dar continuidad al Gobierno progresista y, por muchas amenazas que ERC y Junts viertan sobre el hemiciclo, la sangre [ruptura del pacto] no llegará al río, porque si la derecha llega al poder todo lo conseguido podría, según ellos, derrumbarse rápidamente.

Especialmente, una amnistía que no se consumará de hoy para mañana, sino tras un largo periodo de espera.

El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, con el líder de ERC, Oriol Junqueras, en plena firma del acuerdo de investidura de Pedro Sánchez

El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, con el líder de ERC, Oriol Junqueras, en plena firma del acuerdo de investidura de Pedro Sánchez ERC

Puigdemont, acicate para la movilización de PP y Vox

Impedir el regreso del expresident de la Generalitat fugado, Carles Puigdemont, es un acicate para la movilización del electorado de PP y Vox en la calle y una bandera para ambas formaciones en el Congreso, donde el Gobierno cuenta con una amplia mayoría parlamentaria si logra engrasar la relación con sus socios.

Así -pese a haber sido incapaces de hacerse con el poder después de meses de campaña contra el "sanchismo”- el discurso de defensa de la unidad de España y, sobre todo, de rechazo a la amnistía permitirá a Feijóo y Santiago Abascal transitar hacia aguas más calmadas a nivel interno en sus respectivos partidos.

¿Cómo afectará la vuelta del fugado a Aragonès?

Pero la vuelta de Puigdemont no solo condiciona la legislatura y la estrategia de la derecha y la ultraderecha, sino que también alterará los ánimos en el Palau de la Generalitat, donde el actual president Pere Aragonès y los consellers de ERC resisten con una frágil minoría parlamentaria y sin poder exhibir grandes logros de gestión.

El republicano viene atravesando un campo de minas durante toda la legislatura, habiendo tenido que hacer frente a su divorcio con Junts --que se saldó con la ruptura del Govern-- y la pérdida total de la confianza por parte de la CUP. 

Pedro Sánchez (PSOE) y Pere Aragonès (ERC), en la Moncloa en una imagen de archivo

Pedro Sánchez (PSOE) y Pere Aragonès (ERC), en la Moncloa en una imagen de archivo

Todo en el aire

De este modo, a las presiones habituales del PSC y los Comunes --sostén y a la vez azote del Govern-- habrá de sumarse el hipotético escenario de que Puigdemont regrese a Cataluña en el medio plazo, lo cual desataría una competencia aún más cruenta entre ERC y Junts y alteraría sustancialmente el tablero político catalán.

En este sentido, la neoconvergente Laura Borràs ha expresado estos días sus dudas sobre qué hará Aragonès si regresa el prófugo, deslizando la crítica de que habría de convocar elecciones.

La presidenta de Junts, Laura Borràs

La presidenta de Junts, Laura Borràs GLÒRIA SÁNCHEZ EUROPA PRESS

Todo está en el aire. Y la única certeza es que la vuelta de Puigdemont marcará el paso de los diputados, tanto en el Congreso como en el Parlament.