Firma del acuerdo de investidura entre el ministro de Presidencia en funciones y miembro de la comisión negociadora del PSOE, Félix Bolaños y el presidente de ERC, Oriol Junqueras

Firma del acuerdo de investidura entre el ministro de Presidencia en funciones y miembro de la comisión negociadora del PSOE, Félix Bolaños y el presidente de ERC, Oriol Junqueras Europa Press

Política

Los partidos independentistas intentan capitalizar la claudicación de Sánchez con la amnistía

  • ERC celebra el traspaso total de la red de Rodalies a la Generalitat, el compromiso de condonación de 15.000 millones de deuda del FLA y da por hecho el reconocimiento de un "conflicto político entre Cataluña y España", que a su juicio abre las puertas a un referéndum
  • El pulso entre republicanos y Junts provoca que Carles Puigdemont retrase su apoyo al pacto con el PSOE
2 noviembre, 2023 23:30

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"Hoy gana Cataluña". Con esas palabras resumió el líder de ERC, Oriol Junqueras, el acuerdo de su partido con PSOE y PSC para apoyar la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno. Los partidos secesionistas vuelven a sentirse con la sartén por el mango al ver cómo exigencias que los socialistas descartaban hasta el mismo día de las elecciones del 23J, ahora se harán realidad. Empezando por la "amnistía para todos" y "sin excepciones" que, según el presidente de ERC, beneficiará desde a los responsables de las votaciones secesionistas del 9N de 2014 y el 1-O de 2017 hasta a los encausados por los graves disturbios de Tsunami Democràtic y los Comitès de Defensa de la República (CDR). Y siguiendo por otras como el traspaso total de la red de Rodalies de Renfe, el compromiso de condonación de 15.000 millones de deuda del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), o el reconocimiento de lo que llama "conflicto entre Cataluña y España" por parte del Gobierno, que a su juicio debe culminar en un referéndum.

Y es que, a diferencia de los socialistas, los partidos independentistas continúan sin variar ni un ápice su argumentario, sus demandas y su tono desafiante de siempre. Vista la inflexibilidad de Junqueras y la del presidente de la Generalitat, Pere Aragonès -quien también insiste en la necesidad de celebrar ese referéndum y reconocer a Cataluña como nación-, la apelación del PSOE y el PSC a la "concordia" y a "pasar página" para justificar sus concesiones parece papel mojado. Poco parecen haber cambiado las cosas respecto a la última década del procés, con un secesionismo enrocado en sus postulados identitarios y maximalistas: por ahora, lo único que sí ha variado es esa disposición del Gobierno a doblegarse a sus exigencias, y su aparente claudicación ante unos aliados insaciables.

Acuerdo sólo para la investidura

Tanto es así que el propio Junqueras advirtió al PSOE de que el acuerdo alcanzado es sólo para la investidura, no para toda la legislatura.

Y es que, según dijo, ésta podría desmoronarse en cualquier momento si los socialistas no cumplen sus exigencias. El líder de ERC, condenado a 13 años de cárcel en 2019 por sedición y malversación, e indultado por el Gobierno en 2021, tiene ahora en sus manos el mandato de Sánchez y el futuro del país.

A vueltas con el referéndum

Una vez alcanzados sus primeros objetivos gracias a ese acuerdo con el PSOE y el PSC --además de otros ya logrados, como los propios indultos o la derogación del delito de sedición en la pasada legislatura--, los republicanos aspiran ahora a más. Y en este sentido, consideran un éxito la continuidad de la llamada "mesa de diálogo" entre el Gobierno y la Generalitat, pues en opinión de Junqueras su existencia demuestra que "el Gobierno reconoce un conflicto político entre el Estado y la sociedad catalana". A su juicio, esa es la llave que puede abrir la puerta de un referéndum de secesión, algo para lo cual llegó a citar como ejemplo casos tan ajenos como el "acuerdo de claridad" entre Canadá y Quebec y los pactos del Viernes Santo entre Irlanda del Norte y Reino Unido. En eso, tampoco hay cambios.

"La amnistía no cierra el conflicto", enfatizó por su parte Aragonès, quien exigió entrar "en el fondo" para hacer realidad el "ejercicio del derecho de autodeterminación" y el "reconocimiento nacional del país" --aludiendo como tal a Cataluña--, en un discurso realizado sólo en catalán... y en inglés.

"Reconocimiento nacional de Cataluña"

En este punto, el texto de 13 páginas del pacto entre socialistas y republicanos aprueba establecer como un elemento esencial "el debate sobre el reconocimiento nacional de Cataluña". Y menciona "la necesidad de que los acuerdos alcanzados como resultado político del diálogo sean refrendados por la ciudadanía". 

A juicio de ambos partidos, ello permitirá "cerrar una cuestión pendiente" y "contribuir a cumplir una demanda amplia, sólida y transversal, mantenida a lo largo del tiempo, y favorecer un consenso sobre el futuro de Cataluña", según el parecer tanto de ERC como de PSOE y PSC.

Sigue el mantra del "déficit fiscal" pese a la condonación de deuda

Los republicanos, por otra parte, también recuperaron otro de los mantras habituales del secesionismo: el del supuesto "déficit fiscal" de España respecto a Cataluña. "La sociedad catalana paga en impuestos mucho más de lo que recibe del Gobierno. Cada año, cada ciudadano de Cataluña ve cómo 3.000 euros de sus impuestos no le son devueltos de ninguna manera", adujo Junqueras. Razón por la cual le parece importante el compromiso del Gobierno de asumir una parte de la deuda de la Generalitat con el FLA: 15.000 millones de euros. Lo cual le ahorra, de paso, 1.300 millones de intereses al año.

Las cesiones del PSOE y el PSC no han apaciguado los reproches y el eterno tono victimista del secesionismo gobernante en la autonomía. Tampoco con el traspaso total de la red de Rodalies, a cuenta del cual Junqueras acusó al Estado de hacer "dejación de funciones en infraestructuras" en Cataluña. Un tono también alejado al de la "concordia" que este mismo jueves invocaban en Barcelona el líder del PSC, Salvador Illa, y el ministro de Presidencia, Félix Bolaños.

ERC y Junts recuperan su pulso por las esencias secesionistas

Falta por ver ahora qué hará Junts per Catalunya, cuyos siete votos en el Congreso son tan necesarios como los siete de ERC para que Sánchez sea investido. La reunión de la cúpula del partido del prófugo Carles Puigdemont --uno de los beneficiarios de la amnistía-- con su ejecutiva en Bruselas terminó sin fumata blanca. Los posconvergentes quieren más garantías por parte del Gobierno antes de dar su sí, que se esperaba para este mismo jueves, y que finalmente se ha demorado.

También en este último punto parece haberse recuperado otra de las dinámicas endiabladas del procés: el pulso entre ERC y Junts por erigirse en guardián de las esencias independentistas. Algo que les lleva a subir el volumen y el tono de sus demandas. Y es que, a pesar de la estrepitosa pérdida de votos de estas dos formaciones en las pasadas elecciones municipales y generales, el PSOE ha dedidido apoyarse en ellas para revalidar su Gobierno.

El intento de los partidos secesionistas de capitalizar la claudicación de Pedro Sánchez con la amnistía, en cualquier caso, no resuelve otro asunto tangencial: la pugna por el liderazgo de ERC. El final de la inhabilitación de Junqueras por esa medida de gracia vuelve a situarle en primera línea política. Y, con ello, se puede abrir el debate sobre quién será el candidato en las elecciones autonómicas de 2025, después un mandato con Pere Aragonès al frente de la Generalitat.