Las claves de la imposible reunificación del catalanismo
El temor a una refundación encubierta del PDECat, las discrepancias sobre las siglas y el poder de Josep Ramon Bosch torpedean la confluencia que acaba de abandonar el PNC
10 noviembre, 2021 21:00Lo intentaron ante las elecciones catalanas del 14 de febrero y fracasaron. Ahora se dan otra oportunidad de cara a los comicios municipales, pero las cosas empiezan mal. El Partit Nacionalista de Catalunya (PNC) se ha desmarcado del proyecto de reunificación del catalanismo. Según explican fuentes conocedoras de ese proceso, cuya finalidad es ocupar el espacio que dejó huérfano la desaparición de CiU, varios son los motivos que impiden prosperar ese proyecto: el temor por parte de algunos partidos a una refundación encubierta del PDECat, las discrepancias sobre la estructura orgánica que debe tener esa confluencia y el excesivo control que, a juicio de algunos, ejerce Josep Ramon Bosch.
En resumen, añaden estas fuentes, la propuesta que hay sobre la mesa de cara a las municipales está “poco madura” y, a pesar de que los contactos no se han interrumpido, los avances son muy escasos. Uno de los principales escollos es la rivalidad existente entre Pascal y Àngels Chacón. Ninguna de las dos logró obtener escaño en las últimas elecciones autonómicas. El PNC es una escisión del PDECat, partido que surgió a modo de refundación de Convergència donde Pascal ostentó el cargo de coordinadora.
¿Por qué Pascal abandonó el PDECat?
Desde el PDECat siempre se ha considerado que Pascal se marchó demasiado pronto y que, si hubiera seguido en el partido, el frente contra Carles Puigdemont hubiera sido más fuerte. La ruptura entre el fugado, que se apropió de las siglas electorales de Junts per Catalunya (JxCat), y el PDECat dio lugar a un éxodo de antiguos convergentes convencidos de hacer una apuesta segura frente a un nacionalismo moderado en horas bajas debido a la polarización generada por el procés.
Pascal pasó a liderar PNC, mientras otras formaciones como Lliga Democràtica, Lliures, Convergents o Units per Avançar también pugnaban por liderar ese espacio que dejó CiU. Pero según explicaba la propia Pascal a su militancia en un mensaje al que ha tenido acceso Crónica Global, “creemos que son demasiadas las incoherencias que hay desde de un punto de vista programático y que el proyecto se aleja demasiado de lo que creemos que debería representar esta nueva fuerza política". Por ello, la ejecutiva del PNC decidió “no formar parte de las negociaciones grupales que se están produciendo”.
¿Refundación?
Según ha podido saber este medio, Pascal teme que el proyecto se convierta en una especie de refundación del PDECat. De hecho, el pasado 25 de octubre, la secretaria general de esta formación, Àngels Chacón, pronunció una conferencia donde se ofreció para articular una amplia centralidad soberanista. Lo hizo en el Teatre Nacional de Catalunya y en un momento delicado para esta formación, heredera de CDC, debido a los problemas económicos que atraviesa. "Hay otra forma de hacer política", dijo en un escenario sin el logo del PDECat. Para este partido, los comicios locales son fundamentales. Buena parte de su fuerza reside en sus alcaldes --más de 200--, pero temen una fuga a JxCat. De hecho, Puigdemont ya intentó captar a esos ediles apelando al chantaje emocional, esto es, recordando en una carta a los políticos presos y a los fugados.
Otro de los obstáculos es definir qué tipo de estructura orgánica. Es decir, si las formaciones renuncian a sus siglas o si se presentan en coalición. Y en el caso de las municipales, si lo hacen en función de las necesidades locales. Un ejemplo de ello es Units per Avançar, que actualmente mantiene un acuerdo con el PSC en el Parlament y en el Ayuntamiento de Barcelona, pero exploró otras alianzas en las municipales de 2019. Este partido no ha tomado una decisión todavía sobre su estrategia de futuro pues, aunque su experiencia con los socialistas es positiva, no ha roto puentes con las formaciones que aspiran a unificar el espacio catalanista. Otros partido como Lliures y Lliga también se ofrecieron a los socialistas, sin que los contactos prosperaran.
El poder de Bosch
Algunos de esas formaciones consideran, y ahí estaría el tercer escollo, que Joan Ramon Bosch ejerce demasiado poder sobre esa confluencia. Un poder que, según algunas fuentes, es económico. Exmilitante de PP y expresidente de Sociedad Civil Catalana, Bosch lidera Lliga Democràtica desde 2019. "Manda mucho", explican afines a ese proyecto grupal.
La renuncia de Pascal a participar en esas negociaciones grupales supone un mazazo para un catalanismo que tiene la vista puesta en el Ayuntamiento de Barcelona. Sus objetivos, evitar que Ada Colau vuelva a ser alcaldesa. Al igual que Barcelona és Imparable (BeI), una plataforma transversal integrada por empresarios, vecinos y comerciantes que supuestamente no se decanta por ningún partido, pero que también busca rearmar un espacio catalanista que, en principio, apoyaría al PSC, siempre y cuando el candidato no sea Jaume Collboni, por lo que estarían dispuestos a ceder sus fuerzas a la vicepresidenta de Junts per Catalunya y concejal del ayuntamiento, Elsa Artadi, que actualmente forma parte del núcleo duro de Carles Puigdemont.