El exterior del centro de formación profesional de automoción de Martorell / CG

El exterior del centro de formación profesional de automoción de Martorell / CG

Política

La directora del macrocentro catalán de formación de la automoción, en la cuerda floja

Teresa Casanovas, nombrada por Mas y enfrentada a Seat, no ha logrado impulsar un proyecto paralizado hace nueve años y que ERC quiere desencallar tras su desembarco en la Consejería de Enseñanza

27 septiembre, 2018 00:00

El Centro de Formación Profesional de Automoción no arranca. Y el Govern busca culpables. El que estaba llamado a ser el referente catalán de la educación dual languidece debido a las disputas internas entre departamentos de la Generalitat y los agentes interesados en un proyecto con capacidad para 14.000 alumnos al año, pero que actualmente solo da formación a 300 jóvenes.

“Se ha convertido en una especie de aeropuerto de Castellón a la catalana”, aseguran fuentes del sector de la automoción, en alusión a la faraónicas instalaciones infrautilizadas, cuyo coste ascendió a más de 23 millones de euros. “Es un gran fracaso”, añaden. En el punto de mira está María Teresa Casanovas, a la que el expresidente Artur Mas puso al frente de la dirección del centro. Las desavenencias de Casanovas con Seat, que exige tener un papel preponderante en el Centro –está situado a escasos metros de su factoría de Martorell--, así como la rivalidad entre las consejerías de Enseñanza y de Trabajo, han obstaculizado el desarrollo del proyecto.

De ahí que fuentes gubernamentales den por hecho el cese de Casanovas, poco dada a las comparecencias parlamentarias. Hay que tener en cuenta que ERC ha asumido en esta legislatura el Departamento de Enseñanza, lo cual allana el terreno a un entendimiento con Trabajo, que también controla. Asimismo, desde el pasado mes de julio, Fabian Mohedano preside el Consejo Catalán de Formació Profesional en sustitución de Jordi Ficapal.

El peso de Seat

Sin embargo existen cuestiones de fondo difíciles de resolver que pasan, principalmente, por determinar el peso del sector de la automoción. Mientras la Consejería de Trabajo, que gestiona el macrocentro, siempre ha apostado por ese perfil, Educación defiende una enseñanza más reglada. En paralelo, la industria de la automoción quiere que Seat tenga un peso específico. Es la marca más potente y vinculada a Alemania, país con una gran tradición de formación dual.

Pero Teresa Casanovas nunca ha querido perder el control de ese macrocentro, donde también debían estar representados, vía Consorcio, Nissan, sindicatos, patronal y las empresas del territorio. Seat dispone ya de una escuela de aprendizaje muy potente en la Zona Franca. “Seat no necesita estar en ese macrocentro, tiene sus propios recursos. Pero si se va del proyecto, éste quedará absolutamente desnaturalizado. La industria quiere que esté presente”, opinan responsables del proyecto. Y recuerdan que en la cúpula de esta compañía ven con recelo que la gestión de estos proyectos esté en manos de cargos independentistas. "Quieren gente de orden", afirman. Aviso a navegantes.

Ciriaco Hidalgo, el pacificador

En esos nueve años de parálisis ha habido intentos de pacificación. Y éstos han estado protagonizado por alguien que ha estado presente en la gestación del centro de formación. Se trata de Ciriaco Hidalgo, exlíder de UGT del Baix Llobregat y que se incorporó al Gobierno de José Montilla en calidad de secretario general del Departamento de Trabajo. A esos años corresponde la génesis del centro de Martorell. Actualmente, Hidalgo es gerente de Relaciones Internacionales de Seat.