La CUP avala la investidura de Quim Torra como 132º presidente de la Generalitat de Cataluña. Los radicales han decidido hoy domingo, 13 de mayo, mantener su abstención en la segunda votación de investidura para que el diputado de JuntsxCAT designado a dedo por Carles Puigdemont comande la Generalitat de Cataluña.
En una sesión extraordinaria del consejo político ampliado reunida en Cervera (Lleida), los anticapitalistas han resuelto no variar las cuatro abstenciones que verbalizaron ayer sábado, 13 de mayo, durante la primera votación de investidura, en la que Torra no salió elegido. La misma posición servirá para que el polémico editor sea escogido mañana lunes en segunda vuelta, ya que sólo necesitará mayoría simple. La obtendrá con los 66 votos de los diputados de JxCAT y ERC, contra los 65 de la oposición: Ciudadanos, PSC, Catalunya en Comú y PP.
Intento en balde
La toma de posición de los radicales de hoy añadió unos gramos de incertidumbre a la investidura del candidato ungido por el expresident prófugo de la justicia, Carles Puigdemont. Cuando se conoció que el exalcalde de Girona elegía a Quim Torra como candidato a jefe del Ejecutivo autonómico el jueves, tres asambleas territoriales de la CUP forzaron una reunión extraordinaria del consejo político ampliado. Fueron las de Barcelona, Baix Llobregat y Camp de Tarragona, las menos identitarias y más obreristas.
Soliviantadas por el cambio de candidato --la CUP defendió inicialmente que Puigdemont debía ser el presidente sí o sí-- y por el pasado etnicista de Torra, el ala más izquierdista de los radicales trató de frenar la llegada del diputado al Palau de la Generalitat in extremis. Fue en balde. Según fuentes cercanas, incluso en las asambleas menos proclives a investir, como el Penedès o Vallès Occidental, imperó la división. La pregunta en forma de árbol planteada al consejo político ampliado --con el grupo de acción parlamentaria, un magma de organizaciones afines a los antisistema-- estaba pensada ya para mantener la abstención y, así, permitir que Torra se convierta en presidente.
"Oposición activa"
En un comunicado, los antisistema han tratado de limar asperezas de cara a la galería y mandar un mensaje de tranquilidad a su base social. "Haremos oposición activa y no garantizaremos la gobernabilidad", han subrayado. Según la CUP, se mantiene la toma de posición dada a conocer el pasado 3 de marzo, cuando los radicales avisaron de que se abstendrían en cualquier intento por parte de JuntsxCAT y ERC de investir a una persona que no fuera Carles Puigdemont.
La nota pública, en la que se destaca el "complejo momento, marcado por la representación y vulneración de derechos civiles y políticos", asegura que los radicales "no bloquearán" la formación de un nuevo gobierno en Cataluña, pese a que el dedazo de Puigdemont ha sentado mal a parte de las bases del partido que comanda Carles Riera.
Torra, presidente
En efecto, con la decisión de hoy, los anticapitalistas vuelven a allanar el camino a un presidente de la Generalitat de Cataluña del mundo convergente, como ya hicieran en enero de 2015 con Carles Puigdemont tras conseguir apartar a Artur Mas. En aquella ocasión, los radicales dieron ocho votos favorables a Puigdemont y dos abstenciones. Mañana, la CUP cederá cuatro abstenciones a Torra para que gane la votación por mayoría simple y se convierta en el 131º presidente del gobierno autonómico.
Ello sucederá pese a las críticas en masa de la oposición parlamentaria al pasado etnicista del candidato, que quedó plasmado en diversos tuits y actos públicos en los que cargaba contra los "españoles". Una de las más beligerantes con Torra fue Inés Arrimadas, que el sábado repasó sus mensajes xenófobos desde el atril del Parlamento catalán y prometió enviárselos traducidos al presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker. Las críticas al antiespañolismo de Torra llegaron igualmente de PSC, PP e incluso Catalunya en Comú (CeC). Antes, el candidato hilvanó un discurso independentista provocador que generó una reacción del Gobierno y de la fiscalía, que han anunciado que controlarán sus acciones al frente del Consejo Ejecutivo del Govern por si se salta la ley y el estado de derecho, como hiciera su antecesor en el cargo.