Pensamiento

Ocaso de Díaz Ferrán, el patrón de patronos

21 abril, 2019 00:00

Gerardo Díaz Ferrán, presidente de la gran patronal CEOE en el periodo 2007-2010, vuelve al primer plano de la actualidad. La Audiencia Provincial de Madrid le ha propinado una condena de 10 meses de cárcel por apropiación indebida en la venta de pasajes marítimos a Baleares.

Este caso aconteció hace más de diez años. En plena debacle de su emporio Grupo Marsans, Díaz Ferrán y su socio Gonzalo Pascual --fallecido en 2012-- se aplicaron a intermediar billetes de transporte naviero entre 2008 y 2009, por medio de sus sociedades Viajes Marsans, Viajes Crisol y Rural Tours.

Estas entidades recibían los volantes para su venta. Se apuntaban la comisión pertinente cuando los transferían a la clientela y luego liquidaban el importe mediante una batería de pagarés. Mas se dio la curiosa particularidad de que con harta frecuencia tales instrumentos carecían de fondos.

Los diez meses de correccional que le han caído son pecata minuta, pues la fiscalía pedía nada menos que 5 años a la sombra. Pero un oportuno acuerdo de última hora entre su abogado y el ministerio público obró el milagro de convertir los 5 años en sólo 10 meses, y aquí paz y después gloria.

Además, Díaz Ferrán no habrá de volver a la trena. De hecho, el magnate dejó el encierro en enero de 2018, después de que la Audiencia Nacional adelantara su excarcelación por haber cumplido la mitad de los 10 años que se le impusieron por varias causas penales relacionadas con el aparatoso hundimiento de Marsans. La Audiencia Nacional tuvo en cuenta su buen comportamiento, su avanzada edad y sus problemas de salud.

Con esta postrera resolución, llega prácticamente al punto final el calvario judicial de este hombre de negocios que, mientras ejercía de mandamás de la CEOE, asistió impertérrito a la desintegración de su consorcio turístico, uno de los mayores del país.

Sus problemas procesales comenzaron en 2012 cuando fue enviado a prisión incondicional sin fianza. En septiembre de 2015 se le sentenció a 5 años y medio por alzamiento de bienes, concurso ilegítimo, blanqueo de capitales e integración en trama criminal por el escándalo Marsans.

Luego le llovieron 2 años y 2 meses a la sombra por un escamoteo a Hacienda de casi 100 millones de euros en la adquisición de Aerolíneas Argentinas. Y más tarde le recetaron otros 2 años por apropiación indebida de 4,4 millones de euros pertenecientes a la pléyade de usuarios de los servicios de su conglomerado.

Para la pequeña historia ha quedado la caterva de sucesos insólitos que vivió Marsans mientras Díaz Ferrán pilotaba la CEOE. He aquí algunos de ellos.

El propio Díaz Ferrán fue objeto de una petición de quiebra necesaria por impago de unas obras en su mansión de Mallorca.Los 650 empleados de su aerolínea Air Comet se declararon en huelga debido a que no percibían sus salarios.

Adicionalmente, un juzgado madrileño lo imputó por un fraude tributario de 100 millones en Aerolíneas Argentinas. Por si todo esto fuera poco, más tarde se supo que Air Comet estaba abonando las nóminas de sus plantillas con cheques falsos.

Caja Madrid amenazó con ejecutar a Díaz Ferrán un crédito inatendido de 26 millones de euros. Y de propina, la Dirección General de Seguros del ministerio de Economía ordenó la disolución de Seguros Mercurio, firma aseguradora de Marsans, por la grave situación patrimonial y de liquidez que atravesaba.

Cada uno de estos hechos hubiera bastado para que la cúpula de la CEOE le exigiera la dimisión. Pero ni por asomo pensó Díaz en apearse de la poltrona, ni a sus colegas de directiva se les ocurrió reclamarle el cese. Por el contrario, en repetidas ocasiones los prebostes de la patronal ensalzaron a su jefe máximo.

En vez de tender a Díaz un puente de plata para su inmediato abandono, le brindaron una cerrada ovación y poco faltó para que lo sacaran a hombros.

Sólo una semana después de esa gloriosa aclamación por sus cofrades, sobrevino el hundimiento de Air Comet. Esta compañía dejó tiradas en diversos aeropuertos a más de 7.000 personas, con otras 70.000 afectadas y 650 trabajadores arrojados a la calle. La aerolínea acabó en quiebra y liquidada.

Gerardo Díaz Ferrán perdió todo su andamiaje económico y hoy se dedica a subsistir, a años luz del opulento tren de vida que llegó a disfrutar.

A José María Cuevas, antecesor de Díaz Ferrán y máximo dirigente de la CEOE entre 1984 y 2007, le reprocharon con frecuencia no ser un empresario propiamente dicho, en el sentido de que carecía de negocio propio alguno.

Pero visto lo visto, la gestión de Cuevas resultó ser una auténtica bendición para los destinos de la CEOE. En cambio, con Díaz Ferrán al frente, esa organización escribió las páginas más negras de sus anales.