El 15% de impuesto de sociedades para todos, propuesto por el G-20 y el FMI, no acaba con la elusión fiscal de los que más tienen. La evasión tributaria totalizaría unos 370.000 millones de euros anuales negros, según Tax Justice Network (TJN), que se restan de la recaudación y menoscaban los recursos básicos para mantener el Estado del Bienestar. Las fortunas se aíslan del proyecto colectivo europeo; no saben que las mansiones se convierten caseríos y que son los ciudadanos los que levantan las ciudades.

En el caso español, las tropelías de Corinna y del emérito atañen también, mutatis mutandi, a escalones inferiores, como los de Shakira o Guardiola. Mal ejemplo de la esposa de Piqué y pésima imagen del central del Barça, que vive el último lustro desastroso de su carrera, iniciado en la debacle de Liverpool y culminado en sendas derrotas ante el Bayern y el PSG. Piqué habla de entornos institucionales fuera del campo y discute las tácticas de su entrenador en el vestuario. Pero a la hora de la verdad, no cumple; sabrá mucho de derecho tributario y de gestionar conglomerados televisivos, pero como futbolista acaba su carrera con la misma altanería del patán que firmaba sus libros-anuncio en Sant Jordi. No hace mucho, en una entrevista que le hizo Jorge Valdano en Movistar, Piqué fue señalado como un hombre inteligente muy por encima de la media, sin darse cuenta de que el exfutbolista argentino se las ponía como a Enrique VIII. El central cayó en la trampa de Florentino, que es para quien trabaja realmente Valdano. No hay nada peor que un autocomplaciente.   

Y mal ejemplo también el de Guardiola, que protegió en Andorra sus pingües ganancias obtenidas en Qatar; el principado pirenaico cuenta con una arteria financiera --Avinguda Meritxell-- que se llena fácilmente de endomingados con gafas de marca y dedos ágiles. De Santpedor a Calaf es un santiamén y de allí hasta Andorra, atravesando el Cadí, el camino se hace íntimo. Mientras fue entrenador del Barça, Guardiola tuvo registrada la sociedad Repox Investiment, con sede en Panamá y fondos en Andorra.  En 2012 se acogió a la ventajista regularización de Montoro y Rajoy, depositando el 10% de sus ganancias; nada, pólvora del Rey o chocolate del loro. Pues bien, al actual técnico del City le decimos lo mismo que le dijimos cuando efectuó aquel discursito cursi ( “Si ens aixequem ben d’hora, però ben d’hora, som un país imparable…”) en el Palament, el día que le dieron la Medalla de Oro: bien podías haber dicho aquello de I would prefer not to, como solía hacer el escribano Bartlevy de Melville.

La presión de la opinión pública aumenta con las listas de fortunas que disfrutan de una elusión continuada y paralelamente la cooperación internacional trata de prevenir ahora las facilidades de que disfrutan hoy las regulaciones. La evasión de los adinerados resta la recaudación por renta y patrimonio; y las haciendas tributarias solo tienen a mano a los contribuyentes del IRPF, que pagan por adelantado, gracias a las retenciones de salarios. En España, la amnistía fiscal va del rey abajo, gracias a la complicidad de las Administraciones. El politólogo Daniel Innerarity acierta, una vez más: “deberíamos hablar menos de las personas que tienen dinero en los paraísos fiscales y hablar más de los que lo permiten”, como el vergonzante ministro holandés de Economía, pillado ahora con las manos en la masa.

El menoscabo de los ingresos tributarios es una responsabilidad criminal, por si no lo saben los millonarios de domingo de Ramos, que hoy salen como setas. A la hora de demostrar su patriotismo ante el fisco, nuestra bourgeoisie, que verazmente significa ciudadanía en francés, no ha hecho sino convertirse en filistea.