Tras las elecciones vascas, los partidos políticos catalanes pisan el acelerador hacia los comicios del 12 de mayo conscientes de que estos son los más importantes de los últimos años. También para el conjunto de España.
A estas alturas, todos estamos de acuerdo en que el 12M puede ser muchas cosas a la vez. Para unos puede ser el fin definitivo del procés. Para otros, la revancha de Junts frente a ERC tras haberle sido arrebatada la hegemonía del espacio independentista hace tres años, por la mínima. Habrá quienes vean en esa fecha la oportunidad de oro de Salvador Illa para gobernar. O quienes sueñen con un regreso triunfal de Puigdemont.
La fotografía para la historia que nos deje esa cita electoral la decidirán los catalanes con su voto, pero estas semanas de precampaña también nos han dejado una primera instantánea que nos da muchas pistas sobre por dónde irán los tiros el próximo 12M.
Es la foto de Salvador Illa contra Carles Puigdemont. Dos formas de entender Cataluña. Dos formas de ejercer el poder y seducir a los ciudadanos en campaña electoral. Porque a estas alturas, y pese a que la semana pasada bromeábamos sobre las croquetas de Pere Aragonès en Instagram, pocos dudan de que el 12M será un duelo a vida o muerte entre el exministro de Sanidad y el expresident de la Generalitat fugado.
La campaña del PSC es la de un candidato preparado para gobernar, seduciendo al mundo económico y empresarial con una calculada conferencia mientras que, en sus redes sociales, prefiere vender su faceta de runner capaz de resistir y lograr importantes marcas. El problema es que, en su camino hacia la meta, se ha cruzado el incansable Puigdemont. Un hombre al que se le da mejor el póker, casi siempre usando la estrategia del farol, pero que puede amargarle al socialista los últimos minutos de carrera en su objetivo de hacerse con la plata y dejar el bronce para los republicanos.
Y es que la campaña se ha polarizado y, muy pronto, los candidatos apelarán al voto útil de independentistas y no independentistas para frenar a su adversario. Pere Aragonès, el president gris que resistió contra viento y marea a un Govern en minoría y a los palos en las ruedas de Oriol Junqueras por recuperar el poder, podría verse apeado al puesto de este podio. Una humillación para quien ha ejercido la presidencia en solitario y lleva años protagonizando la negociación con el Gobierno de España. Por su parte, Illa ganará con casi toda seguridad y la incógnita será cuántos minutos podrá recortarle Puigdemont.
Hace un par de domingos vimos a Salvador Illa calentando en una carrera de los Mossos d’Esquadra en Badalona. Veremos si llega lo suficientemente entrenado al 12M para desarticular la mayoría indepe y aumentar los suficientes escaños como para que ERC o Junts le den su brazo a torcer con la abstención.