El patrón de Mediapro, Jaume Roures, es el Republicano del Año. Así lo han decidido los dos mil votantes reunidos por el semanario independentista La República entre sus propios lectores y los de unos cuantos medios afines (no quiero ser displicente, pero da la impresión de que no ha habido bofetadas para participar en esa votación). Como la creación de la república catalana no parece inminente, de momento se premia a lo más republicano que se encuentra; o a lo más separatista, que en este caso se considera lo mismo. Aunque el premio gordo ha sido para Roures --hay que agradecerle esos documentales a medida que le hace a TV3 para rentabilizar el victimismo y garantizarse el aplauso de Cotarelo--, ha habido más galardones para republicanos de pro. Los afortunados no constituyen precisamente un ejemplo de originalidad, pues forman parte de los sospechosos habituales del prusés: el inefable Lluís Llach, el rapero (reciclado en mascota de Puigdemont) Valtònyc, la ONG Proactiva Open Arms --esos no se sabe muy bien qué pintan ahí: por si acaso, yo no recogería el premio, pues alguien que hace el bien no debería dejarse ver en según qué compañías, pero allá ellos-- el fotógrafo a tiempo parcial e intoxicador full time Jordi Borràs y hasta la difunta Muriel Casals.

Como puede observarse, los premios son del modelo “Yo me lo guiso, yo me lo como”. Hablando de comer, echo a faltar uno para Agustí Colomines, el cerebro del prusés, que ahora tiene el cuajo de acusar a los demás de lo que él lleva haciendo desde los años 80: practicar felaciones --quiero creer que metafóricas-- a los políticos. Por ese motivo la tomó hace poco con un periodista de Tarragona al que acusó, literalmente, de hablar con una polla en la boca y de ir por ahí derramando semen. Un tío elegante el prognato Colomines. No parece ser consciente de que él lleva toda la vida comiendo rabo convergente a dos carrillos: primero el de Pujol, luego el del Astut y ahora el de Puigdemont. En fin, parafraseando el conocido refrán, “Cree el chupón que todos son de su condición”. Y esperemos que dentro de doce meses el presidente suplente le otorgue el título de Republicano del Año. Pilar Rahola va a tener que esperarse al siguiente.

Mientras veía a Roures por la tele, agradeciendo emocionado el galardón, me vino a la mente la canción de Bienvenido mr. Marshall, aunque con la letra algo alterada: “Republicanos, os recibimos con alegría. ¡Viva el tronío de ese trotskista con poderío”. Todos sabemos que lo que realmente le hace ilusión al magnate es ser presidente del Barça, pero no le hace ascos a ser elegido Republicano del Año, aunque solo hayan votado 2000 personas (si es que los premios no se han concedido a dedo, que es como se conceden en España, incluida Cataluña). Gracias a portarse tan bien con la banda de Puchi, nadie piensa en los sobornos que repartía en Estados Unidos por cuestión de negocios ni en los tiempos en que era amigo de Zapatero (“Por el interés te quiero Andrés”). Todo está perdonado, el mañana nos pertenece y olé mi madre y olé mi tía.