¿Cuántos meses llevamos sin Gobierno? Hemos perdido la cuenta. ¿Cuántos meses llevamos sin gobierno en algunas Autonomías? Ni se sabe. ¿Cuántos meses lleva el Congreso sin trabajar, que parece un instituto en vacaciones? Les da igual. Cobran lo mismo. ¿A los políticos les preocupa la vida de los ciudadanos? Nada. Nada de nada. Les preocupa su silla. La mejor prueba es que no son capaces de entenderse para formar gobiernos y hacer frente a los problemas del país. Se está viendo la madera que tienen. Y los ciudadanos los van (los vamos) a mandar al infierno. “En las próximas elecciones van a votar ellos y su… etc., etc.”, se escucha en cualquier esquina, en cualquier bar. ¡Vergüenza!
Pedro Sánchez ha dado por rotas las negociaciones con Podemos, perdón, con Unidas Podemos. Y éstos se han mostrado “asombrados” de lo que Pedro dijo sobre las negociaciones. Por la ribera del Manzanares se duda de sus palabras y se considera un teatrillo montado para despistar al resto de diputados o de partidos, que viene a ser, por desgracia, lo mismo. Porque no hay diputados libres. Veremos si van en serio o es teatrillo. Ya nos lo creemos todo. Lo cierto es que Pedro Sánchez, que sigue de presidente en funciones, por si se nos había olvidado, está muy cabreado con Iglesias por la consulta a sus bases sin habérselo notificado. Porque “Iglesias está utilizando esta consulta trucada para justificar su no a la investidura por segunda vez”. “Es una mascarada de Iglesias”, ha dicho. Iglesias va a lo suyo y quiere asegurar su silla, que últimamente se balancea demasiado sin que sople el viento. Cada uno a su interés. A los ciudadanos que les den. ¡Vergüenza!
Se contrapone el teatro de Pedro y Pablo con la seriedad de la ministra de Economía, Nadia Calviño, que urge a formar ya un Gobierno que consolide la recuperación económica y para mejorar el rating de la deuda española. “No hay un minuto que perder”, ha dicho la ministra, para tener estabilidad, seguridad, confianza y una mirada clara hacia los próximos cuatro años que permita abordar las reformas necesarias. ¡Vaya diferencia! De políticos. Esta dama debe de ser de otra galaxia. Ah, que vino de Europa. Ya, entonces lo entendemos. Los de aquí deberían darse un baño de europeísmo y trabajar unos años fuera de España. A lo peor es que la clase política española no da la talla, no tiene altura. ¡Vergüenza!
Porque se necesitan reformas. Muchas reformas. De leyes del Estado, leyes autonómicas y leyes de los organismos estatales. Hay elecciones y el ganador toma su cargo al día siguiente o a la semana, pero no más. Hay elecciones y en el Congreso toman posesión de su escaños los diputados en un semana y a trabajar. Se convoca investidura sin esperar la conveniencia del ejecutivo. Separación de poderes, no sumisión del Congreso a la Moncloa. Rapidez y a legislar, que esa es su función. No la que desarrolla ahora, sometido al gobierno aunque esté en funciones. ¡Qué vergüenza!
Como se necesita reformar la vida laboral de los jóvenes. Los jóvenes sin formación ganan lo mismo que a finales de los años noventa. Lo dice el Banco de España. Esto sí es más que una vergüenza. Esto sí que es un riesgo para el país. Y no hay riesgo inminente porque la juventud está apagada, dormida. Incluso la estudiantil. Se difuminó el movimiento estudiantil de la transición. Pero todo se puede recuperar. Puede renacer ante tanta desidia. La crisis castigó con fuerza los bolsillos de los más jóvenes. Y no tan jóvenes. Ganar ahora menos que hace diez años ya tiene bemoles. Abandono total. Ahora, los nacidos en 1987 con pocos estudios tienen, en promedio, un 20% menos de ingresos laborales que quienes tenían 30 años en la anterior década. Y eso ocurre por primera vez analizados los datos de tres décadas tomados de la Seguridad Social. O sea, que el español medio es un 13% menos rico, por padecer la crisis y porque nadie se ocupa de poner remedio. La regulación laboral es la culpable, según el gobernador Hernández de Cos. Mientras los poderosos y los políticos tienen su silla segura al resto de españoles que les den. ¡Vergüenza!
Demasiadas causas tenemos en España por las que estamos en crisis permanente. La hegemonía del PP y del PSOE ha evitado la regeneración del sistema político lastrado por la corrupción. No ha pasado nada. Caciquismo, catolicismo, clientelismo, cunerismo, etc., etc. Ya Galdós escribió sobre los partidos del turno: “No acometerán ni el problema religioso, ni el económico, ni el educativo; no harán más que burocracia pura, caciquismo, estéril trabajo de recomendaciones, favores a los amigotes, legislar sin ninguna práctica, y adelante con los farolitos...”. De ahí a Gürtel, Noos, Púnica y los ERE no ha habido nada. Sin mencionar la Educación y la Sanidad, que menuda vergüenza da.
No hay Gobierno. La investidura será fallida. No hay Congreso. No hay Senado. Pero se formarán las comisiones el último día de julio para cobrar. Sí habrá sueldo para diputados y senadores en agosto, aunque nada se haga. Habrá un desembolso de pluses de más de un millón de euros, además del sueldo. Agosto es inhábil, pero cobran todos. ¡Qué bicoca! ¡Qué vergüenza! No tiene nombre lo que ocurre en este país. En este Estado. ¡Más que vergüenza!