Miguel Ríos: "No hay un mercado global de la música en español porque la industria es anglosajona"
El cantante repasa su último disco y su carrera: "El rock and roll se ha convertido en una categoría parecida a la música clásica"
15 agosto, 2021 00:00Miguel Ríos (Granada, 1944) llega a los 77 años con un disco debajo del brazo y una gira en marcha que lo lleva por todo el país.
Incombustible en los escenarios, el cantante vuelve a la carretera para presentar Un largo tiempo, un álbum que suena más reposado, con bases folk y con mucho contenido social. El cambio climático, la tercera edad y los mensajes feministas se cuelan en este trabajo lleno de canciones nuevas.
De gira
El artista se muestra encariñado con su criatura y para demostrarlo ha iniciado un tour que lo va a llevar a Alp, al Cerdanya Music Festival el próximo 22 de agosto, entre otros muchos lugares. Se sube a los escenarios en un formato distinto, no con una gran banda, sino con este trío que ha formado y del que se siente más orgulloso.
Respetuoso y precavido en esta pandemia, el andaluz repasa su carrera y su último disco con Crónica Global y hace un análisis de cómo ve el panorama de la industria musical española.
--Pregunta: Lleva seis décadas en el mundo de la música, ¿cuál es su secreto?
--Supongo que el secreto radica en que me gusta mi oficio, que puede que sea lo que mejor sé hacer, y que he tenido el apoyo de mucha gente que me ha permitido este lujo de vida.
--¿En este tiempo ha cambiado mucho el mundo de la música? ¿Y el del rock and roll?
--No solo ha cambiado el mundo de la música, sino que ha cambiado el mundo como no la había hecho en ningún periodo precedente. La digitalización y el almacenamiento casi absoluto, internet y el streaming, han configurado una escena totalmente nueva. El rock and roll se ha convertido, por su historia y su penetración social, en una categoría musical parecida a lo que conocemos como música clásica. Aunque mantiene algo inalterable: su espíritu crítico.
--En Memphis-Granada narra ese periplo de ser rockero en plena dictadura ¿Ha sido fácil ser rockero en España?
--En la dictadura fue difícil hacer algo que tuviera que ver con lo que fuera de España se llamaba libertad. Tuvimos suerte de que no nos consideraran un peligro para el régimen, que se nos viera como algo anecdótico. Solo molestaban nuestras pintas. Al menos al principio. Pero creo que fue tan difícil como ser periodista. Pasar la censura, escribir entre líneas…
--El Blues de la tercera edad es uno de los temas más sociales de su último disco. Uno de ellos es el tema de las pensiones. En los últimos años se ha hablado de lo limitadas que son, se propone incluso una solución público-privada, ¿qué opinión tiene al respecto?
--De siempre ha habido planes de pensiones privados, impulsados por una fiscalidad más laxa desde el Estado. Lo que ahora parece plantearse es la privatización de las pensiones. Pero eso obedece a un modelo con el que no estoy de acuerdo. Estoy a favor de lo público y de un reparto más equitativo de la riqueza.
--En esta misma canción se perfila el feminismo, con una mujer que lo vivió en otra época. ¿Cómo ve el nuevo feminismo?
---La verdad es que veo muy bien que las mujeres reclamen su sitio en la sociedad. Lo que veo muy, pero que muy mal, es el machismo. Ese momio del que nos hemos beneficiado tanto los hombres toca a su fin. Ya va siendo hora.
--Usted pertenece a esa tercera edad a la que canta en el citado tema y sigue imparable, ¿cuál es su fuente de energía?
--Puede que estar haciendo algo que me gusta me cause menos desgaste. No hay química que restaure el ánimo como los aplausos de la gente que te sigue.
--Trece años entre su último disco y su vuelta es como un retorno a las esencias del rock, en acústico y con un trío, ¿por qué? ¿Cuál fue la fuente de inspiración?
--Supongo que porque salieron las canciones, y salieron con el espíritu de retratar su tiempo y a su autor. No hay fuente de inspiración más fresca que la necesidad de contar historias que lleguen a la emoción de la gente.
--Acostumbrado a salir de gira con grandes bandas, ¿cómo vive esta gira en la que son casi un cuarteto?
--Una de las claves de mi longevidad artística puede ser el haber tocado con muchas formaciones diferentes. Eso hace que las canciones más conocidas aparezcan vestidas de otra forma. Ahora con The Black Betty Trio me encuentro muy cómodo, precisamente por su formación, me permite más espacio para mi trabajo vocal.
--¿Es más de grandes estadios o del rock más íntimo?
--Está claro que con un formato como el actual, tocar en espacios más reducidos favorece la comunicación emocional con el público.
--¿Cómo es salir de gira con Covid?
--Me parece muy emocionante que la gente sea tan cívica y bien educada, y que a pesar de las dificultades, necesiten la música como alimento espiritual y como vehículo de escape. Oír cómo cantan, a pesar de las mascarillas, cómo vibran con las canciones que les han acompañado durante tanto tiempo, me emociona profundamente.
--¿Cómo vivió la pandemia?
--Con mucho respeto, pero no hablaría en pasado. Seguimos en el túnel, y si no cambiamos de comportamiento y dejamos de someter al planeta a este desgaste suicida, habrá muchas pandemias seguidas.
--¿Cree que se ha gestionado bien a nivel cultural: cines, teatros, salas de conciertos?
--Es evidente que la cultura ha salido muy tocada de este tiempo de desastre. Pero mientras la transmisión del virus sea la que es, reunir a la peña, que es de lo que va el evento cultural, era lo más desaconsejable. Pero la cultura es un porcentaje considerable en el PIB, y las ayudas no han estado a la altura de su contribución a la bolsa común.
--¿Siente que vamos a salir mejores o visto el comportamiento de algunos, tiene dudas?
--No soy sociólogo, pero me atrevería a decir que no. Porque para salir mejor necesitamos un cambio de paradigma social.
--Se apunta mucho a los jóvenes como principales causantes de esta última, pero como rockero, que siempre es un espíritu de ir a la contra, ¿es para tanto o hay ciertos límites?
--Creo que la sociedad española, en general, ha dado muestras de una madurez y solidaridad encomiables. Si se apunta a alguien debe ser al legislador y a los jueces que no se ponen de acuerdo en dictar leyes que tengan una lectura más allá de la coyuntura política partidista. La juventud es un montón de hormonas que necesita unas reglas claras.
--Usted que ha cantado tanto a la libertad, ¿cree que se ha pervertido el uso de esta palabra en los últimos años?
--Evidentemente. Pienso que si alguien como Marcos Ana, el preso que estuvo más años en la cárcel por defender sus ideas, escuchara la definición que se le da a la palabra libertad, se volvía a morir. Pero de pena.
--¿Teme el auge de la extrema derecha?
--Evidentemente, no es una ideología con la que me sienta muy cómodo, como se puede figurar por lo que canto.
--Usted que ha vivido en dictadura y ahora que se está redactando la ley de la memoria democrática, ¿qué opina de prohibir cualquier defensa del franquismo?
--Desde mi punto de vista defender el franquismo como periodo histórico solo lo pueden hacer los franquistas. Yo no lo soy, ni lo fui, incluso cuando no sabía que era tan perverso. Está claro que el totalitarismo no debe ser exaltado.
--¿Cuando se habla de la Transición como algo fallido, le molesta o hace falta una revisión de lo que sucedió en el 78?
--Todos los períodos históricos deben ser estudiados y analizados para aprender de sus aciertos y de sus errores.
--Volviendo a la música, ¿el rock and roll sigue siendo necesario para la sociedad?
--Para la sociedad lo verdaderamente necesario es la justicia social. El rock es necesario para los rockeros y la gente que comulgue con esa música y su actitud.
--Y para terminar. ¿Cómo sigue la gira? ¿Cruzará el charco para volver a hacer las Américas?
--La gira y el disco que la sustenta gozan de una excelente salud. Hace mucho que no tenía una acogida tan cariñosa. Ahora, a los 77 años, los planes son bolo a bolo, que diría el Cholo Simeone.
--¿Cree que en un momento la música española se olvidó del mercado Latinoamericano? ¿Se están recuperando esos puentes?
--Siento decir que, en mi opinión, nunca hubo un mercado latinoamericano que se perdiera, porque nunca existió. Ha habido individualidades, en todos los estilos de la música, que han picado piedra para entrar en determinados mercados. Pero un mercado global de la música en español per se, no ha habido, por la sencilla razón de que la industria cultural es, y siempre ha sido, sajona.