La desconocida casa modernista de Puig i Cadafalch que revive en 2026: tiene una de las mejores vistas de Barcelona
- Esta vivienda fue conocida por su increíble jardín de rosas y su espectacular ubiicación
- Más información: El conde catalán que no descansa: castigado a cabalgar hasta la eternidad
Noticias relacionadas
Las obras de Puig i Cadalafch más famosas son la Casa Amatller y la de las Puntxes, ambas en el centro de Barcelona, pero, obviamente, hizo mucho más. El resto de obras no son tan conocidas. Una de ellas, con unas vistas increíbles de la ciudad, estaba hasta hace poco muy olvidada. Tanto que le van a dar una nueva vida.
Sí, la Torre Cruïlles, en la cima del Tibidabo, vuelve al pasado para abrir sus puertas a cientos de personas. No turistas, no vecinos, sino niños. El nuevo proyecto para este espacio es una escuela. Y no una cualquiera.
La futura escuela Montiba, un centro educativo privado que muy conocido para la gente de Madrid, ha decidido aterrizar en Barcelona y hacerlo por todo lo alto. Y nunca mejor dicho. Este centro, que tiene prevista su apertura para el curso 2026-27, tiene todos los números para convertirse en la escuela con las mejores vistas de la ciudad.
La Casa Cruïlles, se encuentra en la cima de Collserola, muy cera del parque de atracciones del Tibidabo, lo que la convierte en una exclusiva atalaya para contemplar Barcelona. Y además, protegida por la naturaleza. Rodeada de de bosque y con vistas privilegiadas que abarcan desde Collserola hasta Montserrat la Casa Cruïlles o Pastor de Cruïlles es realmente una desconocida joya modernista.
Obra original
La obra data de 1908. Si historia nace de un encargo de una noble catalana, como la mayoría de obras del modernismo catalán. Mercè Pastor de Cruïlles, marquesa de Castell de Torrent y baronesa de Cruïlles, fue la que le dio nombre y quien quiso una casa en lo alto de esta montaña
Inspirada en los palacios catalanes de los siglos XV y XVI, la villa combinaba tradición y modernidad. Pastor, apasionada por el arte y la naturaleza, la utilizó como residencia y estudio, dedicándose al cultivo de rosales y coleccionando obras de arte de artistas como Vergós y Viladomat, además de muebles y retablos de los siglos XV al XVII.
Cómo era la casa
La Casa Cruïlles está compuesta por tres volúmenes principales que integran sus espacios clave: la cocina, la tribuna octogonal y el cuerpo central, que alberga el taller, el dormitorio y el baño. Cada uno de estos elementos está diseñado de forma independiente, pero conectados de manera armoniosa para crear un conjunto visualmente impactante y funcional.
Uno de los aspectos más destacados de la casa es su gran tejado, que añade altura al taller, el espacio más importante de la villa y que ocupa más de la mitad del área útil de la vivienda. Este énfasis en el taller refleja la intención de la marquesa de utilizar la casa no solo como residencia, sino también como un lugar de creación y contemplación artística.
La tribuna octogonal, integrada en una de las esquinas de la casa, es otra joya de diseño. Considerada una de las mejores de toda la obra de Puig i Cadafalch desde el punto de vista técnico, logra combinar sus cualidades geométricas con una integración impecable en el conjunto arquitectónico.
De su interior sobresalen elementos únicos como una cocina con crematorio –la única en la Barcelona de la época– y baños de porcelana inglesa. Perro si hay algo que en su momento destacó fue su patio. Su dueña era una amante de las rosas y no dudó en cubrir su jardín de esta flor. De hecho, durante un tiempo, esa casa fue conocida como El Roserar.
Cambio de usos
Claro que parte de todo eso desapareció. En 1961, la casa de esta burguesa dejó de tener un uso residencial. Fue adquirida por los salesianos y convertida en un centro de ejercicios espirituales. Desde entonces, el edificio pasó por varias transformaciones, incluyendo su adaptación como residencia de personas mayores, lo que alteró su diseño original.
Ahora, cambia de manos y se convierte en escuela completa. Desde el ayuntamiento, esperan que la llegada de la escuela Montiba marque el inicio de una nueva etapa para la Torre Cruïlles.
Próxima reforma
Tras restaurar y reformar un edificio anexo que ahora acoge sus dos líneas de infantil y primaria, el colegio abordará la recuperación integral de la villa modernista para adaptarla al bachillerato. La intervención, dirigida por el estudio Turull Sørensen, se llevará a cabo en colaboración con el área de Patrimonio del Ayuntamiento de Barcelona para garantizar que se respeten y destaquen los elementos históricos más valiosos.
Entre los rasgos arquitectónicos más emblemáticos que se restaurarán destacan el cuerpo rectangular de la torre, la estructura esquinera que será habilitada como mirador, las columnas de madera, los suelos originales y los grandes porches almenados de la entrada principal. También se retirarán añadidos que desentonan, como alicatados y tabiques innecesarios, para recuperar la esencia del edificio.
En el interior, los espacios se rediseñarán para albergar aulas en las dos primeras plantas y una biblioteca en la tercera. Además, se mejorará la conexión con el entorno natural ampliando ventanas y puertas para potenciar la entrada de luz y las vistas espectaculares.