El titular no engaña a nadie, pero tampoco tiene trampa. Obviamente, una iglesia situada en Cataluña no puede ser el santuario de Lourdes. Básicamente, porque este último está en Francia. Pero el nombre de esta santa católica no está elegido al azar, la iglesia de la que vamos a hablar también le debe devoción a esta virgen. Pero vamos por parte.
En medio de las montañas catalanas, a las puertas de los Pirineos, emerge una iglesia que, a pesar de sus reducidas dimensiones, llama la atención. Sobre todo, porque está sola en medio de un pequeño monte de escasos 700 metros de alto y tiene una forma que dista mucho del románico, habitual del entorno pirenaico catalán.
El santuario de Puig-agut
Hablamos del santuario de Puig-agut, una ermita situada a las afueras de Manlleu, y que en tiene el título de ser la primera de toda España que le rindió devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Pero esa no es su última peculiaridad, también se la conoce por ser de construcción reciente y promovida por un agricultor catalán.
La idea fue de Ramón Madirolas y Codina, un terrateniente catalán, católico que con lo que ganaba del cultivo de la patata y el maíz y de la comercialización de miel y aguas minerales y medicinales se hizo de oro. Primero, fundo el diario el Faro de Puig-agut y, desde allí, con la ayuda de algunos miembros de la iglesia como el obispo Morgades, impulsaron la creación del templo.
Un payés con contactos
Hombre bien posicionado, Madirolas consiguió el beneplácito del papa León XII para erigir el santuario en Cataluña y nombrarlo el primero de todo el Estado dedicado al Sagrado Corazón. Y no sólo eso, se trajo de su visita papal un cáliz de oro con piedras preciosas incrustadas para el templo.
De la construcción del templo no se encargó él, sino August Font. Entre los años 1883 y 1886 el santuario ya estaba en pie y se puso en marcha, siendo el centro de atención de los vecinos de la zona.
Cómo es la iglesia
Como dijimos, la iglesia dista del estilo románico, se inspira en la arquitectura neogótica dotando a sus paredes de un tono blanco que, cuando le da el sol, lo hace brillar de una manera especial. Sobre el diseño, el edificio es de planta de cruz griega y se divide en dos capillas.
Mientras el altar central está presidido por el Sagrado Corazón, la de la izquierda rinde tributo a la virgen de Lourdes, pero hay un tercer santo al que también se venera. La capilla que queda a la derecha de la entrada está dedicada a San José.
La Sagrada Familia a las afueras
Pero que nadie espere grandes retablos, decoraciones barrocas, como buen templo neogótico, la austeridad impregna este santuario, donde lo que más destaca son sus vitrales. De gran tradición en Cataluña, estos cristales ayudan a bañar el interior con un tono especial.
Por último, destacar dos aspectos más que se ven desde el exterior. Por un lado, su cúpula en forma de pirámide ortogonal de color verde que recuerda a las iglesias griegas y del este. Un detalle muy poco visto en los templos religiosos catalanes. Por el otro, que en los muros que presiden las escaleras de acceso al templo, en los años posteriores a la construcción de esta ermita, se dibujó la forma de la Sagrada Familia.
Cómo llegar
Su historia, su diseño y su ubicación logran que este santuario sea único en Cataluña. Pero es que hay más. Su emplazamiento. La ermita no está en Manlleu, aunque sí en su término municipal, pero se debe coger el coche para llegar en 10 minutos o, de otra manera, supone más de una hora andando. Si se viene de Barcelona, esa hora es en coche.
A pesar de todo, cuando uno está en la explanada del templo puede gozar de unas increíbles vistas a los prados de Osona o recorrer algunos de los caminos que llegan hasta allí. De allí que muchas personas utilicen el momento para hacerse fotos para el Instagram. Otra posibilidad es tomar algo en el restaurante que han abierto allí al lado para el visitante.