Antoni Castellà

Nuevo episodio sobre la aparición y posterior fuga de Carles Puigdemont en Barcelona el día de la investidura de Salvador Illa. Antoni Castellà, portavoz del denominado Consell de la República -el chiringuito que el expresidente de la Generalitat ha utilizado desde 2017 en Bélgica para intentar no perder influencia- trata de mantener vivo el engaño de que el prófugo iba a cruzar las puertas del parque de la Ciutadella para participar en el debate parlamentario.

Sin ningún tipo de autocrítica, quien fue una de las cabezas pensantes del operativo del expresidente fugado en el Arc del Triomf culpa, indirectamente, a los Mossos d’Esquadra de las consecuencias negativas del aterrizaje del líder independentista. “Si los Mossos hubiesen querido saber dónde estaba Puigdemont, la opción más fácil era ponerle un escolta”, ha planteado Antoni Castellà en Catalunya Ràdio.

En vez de reconocer este nuevo engaño a los votantes independentistas por parte de Puigdemont y del resto de dirigentes del procés, este miembro del Consell de la República justifica ahora el incumplimiento de la enésima promesa del prófugo. La fanfarronería de Castellà abre además otro interrogante, en el ámbito legal, dentro de la guardia pretoriana de Puigdemont. Aprovechando el altavoz de la radio pública autonómica, ha llegado a insinuar que desde su entorno se habló con la dirección de los Mossos d’Esquadra para evitar el cumplimiento de la orden de detención emitida por el juez Pablo Llarena.