El presidente del TSJC, Jesús María Barrientos, en una imagen de archivo / EFE

El presidente del TSJC, Jesús María Barrientos, en una imagen de archivo / EFE

Examen a los protagonistas

Jesús María Barrientos

31 mayo, 2024 00:00

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Adaia López, la condenada por sentencia firme a seis años de prisión por arrancar la lengua a su exnovio, se ha fugado de nuevo después de que un tribunal la dejara campar a sus anchas tras ser detenida.

Aunque la joven llevaba un año fugada de la justicia, con una orden de búsqueda, captura y detención sobre sus espaldas, el tribunal le permitió irse de los juzgados con la condición de que ingresara de forma voluntaria en un centro penitenciario de Cataluña en un plazo máximo de 15 días. Un acto de fe que, como era previsible, fracasó y la condenada se encuentra de nuevo en paradero desconocido

El hecho de que la misma sección que la condenó a una pena de cárcel haya cometido la imprudencia de dejarla libre es no sólo una temeridad, sino un gesto discriminatorio hacia el resto de condenados. Y una clara señal de que faltan medios y, en no pocas ocasiones, los tribunales están sobrepasados.

Si bien es cierto que los jueces no son imbatibles y pueden cometer errores a la hora de impartir justicia, el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), Jesús María Barrientos, que debe velar por el buen funcionamiento de la justicia, debería instar una investigación para descartar que se haya cometido una negligencia.