Jaume Padrós, presidente del Colegio de Médicos de Barcelona, en un contacto público
Jaume Padrós
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El Colegio de Médicos de Barcelona (COMB) ha maniobrado de forma hábil para intentar ganar representatividad para los facultativos de la sanidad privada en Cataluña. Ha creado una asociación de nuevo cuño, como explicó Crónica Global, que además está bendecida y contará con la experiencia y el peso de la patronal Pimec.
El movimiento, inteligente para hacerse un hueco en la región, ha soliviantado a los médicos del resto de España, pues éstos habían hecho un trabajo colosal por medio de la asociación médica profesional Unipromel.
Ahora, esa labor se pone en entredicho por la secesión de los compañeros catalanes. Se trata de un desaire del Colegio desde Barcelona, algo que, además, llega después de algunos posicionamientos políticos polémicos de esta institución de colegiación obligatoria, que en ocasiones ha evidenciado su afinidad al procés y sus mandatarios.
El COMB y su presidente, Jaume Padrós -exdiputado de Convergència- tienen que demostrar que la plataforma catalana trabaja para el consenso con los compañeros del resto del país, y no por la separación. Tienen hasta el 22 de febrero para demostrarlo.
