Elena y los bomberos
El día a día del consejero de Interior, Joan Ignasi Elena, ha cambiado de forma radical desde hace unos días. La ola de incendios en Cataluña no amaina y el republicano se ha puesto al frente de la situación. Empieza sus jornadas en Bellaterra (Barcelona), donde está el centro de mando de los Bomberos de la Generalitat para reunirse con los mandos del cuerpo, liderados por Joan Delort, y analizar la situación. No solo recibe información, también participa de forma directa en poner en marcha los protocolos necesarios. Se ve con los jefes operativos, no solo con las cúpulas; llama a los alcaldes de las zonas afectadas y escucha sus quejas e inquietudes.
También se comunica con los efectivos que están en primera línea de fuego y ha visto en primera persona su evolución. En su visita a Artesa de Segre (Lleida), se quedó con un pantalón hecho jirones al ver en directo cómo se abría un nuevo frente en el flanco derecho del incendio. Esta actitud del exsocialista ha sido bien recibida por los bomberos, que están desesperados por la falta de medios técnicos y humanos para hacer frente a la situación. Con todo, agradecen que como mínimo el responsable político del cuerpo se arremangue.
“Parce uno de los nuestros”, comentó uno de los efectivos tras una de sus visitas. También comentan con cierta guasa que a Elena no le da ni tiempo de comer, “aunque ya le conviene”.
La actitud de Elena contrasta, y así lo certifican en el cuerpo, con la del vicepresidente de Territorio, Jordi Puigneró (JxCat), y con la de Acción Climática y Agricultura, Teresa Jordà (ERC), que no han hecho acto de presencia en el territorio. Ni siquiera para conversar con las brigadas.