Las presiones de Jaume Roures a su amigo Joan Laporta relacionadas con el debate sobre el modelo de propiedad del FC Barcelona no son nuevas. De hecho, vienen de lejos. El empresario de 73 años, recién despedido de Mediapro --la compañía que fundó en 1994 y absorbió en el año 2000 a una pequeña productora de Tatxo Benet-- lleva tiempo tratando de poner sobre la mesa una discusión que genera mucha polémica entre la masa social más adulta del barcelonismo, pero que parece provocar una cierta indiferencia entre los más jóvenes. Roures, un tipo hecho a sí mismo desde postulados ideológicos comunistas, mantiene intacta la ambición que le llevó a ser un empresario de éxito y se postula como posible aspirante a la propiedad del Barça en caso de que los socios se decidan a cambiar el actual modelo social.
Roures ya ha dado varios pasos en ese sentido. Primero, poniendo los avales que permitieron el acceso de Laporta y su junta directiva a la presidencia del Barça. Sin la irrupción de Roures y del empresario José Elías, la junta actual podría haber protagonizado un ridículo antológico al ganar unas elecciones y no poder acceder formalmente al gobierno de la entidad. El expresidente y fundador de Mediapro evitó ese ridículo con un aval patrimonial sobre la bocina que ascendió a los 30 millones de euros. Posteriormente, el empresario catalán lo renovó a la baja y se aseguró el cobro de los intereses y demás costes derivados del aval cuando lo pudo retirar gracias a la modificación estatal de la Ley del Deporte.
Los favores de Roures a Laporta
Posteriormente, Roures ayudó a Laporta en la confección de las palancas que posibilitaron una inyección de unos 700 millones de euros --aunque se han calculado más de 1.000 millones a nivel contable-- a un Barça en crisis. El también productor audiovisual participó directamente en la compra del 24,5% de Barça Studios a través de su compañía Orpheus Media. Esta acordó un pago de 100 millones de euros en cuatro plazos, de los que solamente se ha cumplido el primero por valor de 10 millones. Esos 100 millones, más otros 100 acordados en idénticas condiciones con Socios.com, reflejaban un valor de 200 millones al 49% de la sociedad, por lo tanto, el club ha valorado en 208 millones el 51% restante.
Orpheus Media vendió, posteriormente, el 16,5% de sus acciones a los fondos Libero y Napa Capital, en una operación que ni ellos ni el Barça han explicado aún de manera oficial. Esta transacción se produjo poco después, pero casi en paralelo, a la inauguración del nuevo museo temporal del Barça. Un espacio reubicado provisionalmente en la antigua pista de hielo, mientras duren las obras del nuevo Camp Nou, y que supone una experiencia inmersiva e interactiva gestionada, precisamente, desde la Mediapro que hasta hace poco presidía el propio Roures.
Las desavenencias con Rosell y Bartomeu
Por lo tanto, tenemos un Jaume Roures al que le une una estrecha vinculación con algunos medios de comunicación muy fuertes en Barcelona --como RAC1, Ser Catalunya y TV3-- que ayudó a Laporta con los avales, luego compró el 24,5% de la sociedad Barça Studios --teniendo que revender una parte a las primeras de cambio porque el negocio aún no es rentable-- en otro favor sin precedentes al actual presidente y, paralelamente, consiguió los derechos para montar el nuevo museo temporal del Barça. Un Roures que ya en la anterior etapa de Laporta administró Barça TV y tenía la cesión de los derechos audiovisuales del club para su explotación televisiva. Dos derechos que le retiró Bartomeu en favor de Telefónica.
Roures, que como Laporta es uno de los patronos de la Johan Cruyff Foundation --y es que el empresario fue agente de Cruyff después de que lo representase el abogado Toni Vilanova y siempre ha sentido una devoción especial por el holandés volador, que visitó a su padre cuando todavía no se conocían, en su lecho de muerte-- ha querido estar vinculado al Barça por todos los medios. Lo consiguió de la mano de Laporta y procuró que así continuase siendo en la presidencia de Sandro Rosell. Empezaron con buen pie, organizando actos conjuntamente, pero terminaron enfrentados en los tribunales por acusaciones de espionaje. Aquellos episodios comportaron la salida de Roures del Barça, aunque posteriormente siguió intentando su regreso al club con ofertas, inclusive, para poner nombre al nuevo Camp Nou.
Cruyff, Montalbán y el modelo Bayern
Ahora que está fuera de su propia empresa, fundada en 1994, el único interés que le queda a Roures, más allá de sus producciones cinematográficas, es el Barça. Además de su vocación empresarial y de su ideología comunista, Roures es un independentista confeso y siempre ha creído en aquella descripción antológica de Manuel Vázquez Montalbán que decía "el Barça es el ejército no armado de Catalunya". Roures es de los que cree que el FC Barcelona podría hacer mucho más por su país, por Catalunya, y no es el único que comparte ese anhelo.
A sus 73 años, no aspira a ser presidente del Barça. No le interesa ese tipo de exposición pública y mediática. Tampoco tiene edad para ello. Sin embargo, tiene la experiencia y conocimiento necesarios para liderar la transformación social de un Barça que podría tomar prestado el modelo Bayern: 75% de los socios y 25% de empresas. Allí tienen a Audi, Adidas y Allianz. Aquí no tenemos firmas tan importantes, ni con el potencial económico de aportar 1.500 millones para sanear un club que debe 1.200, tiene hipotecados 140 anuales y tendrá que pagar 2.800 por el nuevo estadio. Pero tanto Roures como otros posibles interesados en este cambio de modelo tienen muchos contactos en el mundo árabe. Y, entre sus aliados, podría contar con nombres emblemáticos del barcelonismo como los de Gerard Piqué o Pep Guardiola, además del propio Laporta.
Piqué y Guardiola: ¿aliados o alternativa?
Este tipo de figuras icónicas son imprescindibles para imitar el modelo Bayern en su máxima expresión: el club alemán está dirigido por ilustres exjugadores suyos. En este sentido, Gerard Piqué podría representar una figura ideal por muchos motivos: siempre ha querido ser presidente del Barça, es un empresario de pro que tras varios fracasos en los negocios está logrando el éxito de la mano de la Kings League --un sector donde también comparte sinergias con el propio Roures--, también ha adquirido experiencia en la gestión de clubes a través del Andorra y todo el mundo conoce sus contactos en el mundo árabe, donde podría encontrar inversores como ya hizo para trasladar la Supercopa de España a Arabia Saudí de la mano de Rubiales.
Obviamente, la figura de Piqué no genera tanto consenso en el barcelonismo como la de Guardiola, que sería el primer candidato a liderar esta aventura. Sin embargo, es un perfil joven, muy barcelonista y popular, que podría cumplir su cometido con creces en una aventura muy golosa para Roures. Tan solo está por ver si su crecimiento en el mundo del entretenimiento le aleja o le acerca del sueño azulgrana.
Pep, por su parte, siempre ha confesado su felicidad como entrenador y se ha desmarcado de la posibilidad de ser presidente. Aunque, en caso de querer formar parte, tendría asegurado el lugar que quisiera porque además de contar con el reconocimiento de todos, alberga la experiencia deportiva, su vocación nacionalista, los contactos en Qatar y una estrecha vinculación tanto con Roures como con Laporta, en caso de que se prestase a liderar este cambio de modelo. El hermano de Guardiola compró el Girona de la mano del propio Roures en mayo de 2015 y hoy ha conseguido que su equipo pueda liderar la Liga española. Actualmente es colíder empatado a 28 puntos con el Real Madrid --con el average en contra--, por encima de Atlético (25) y Barça (24).
Víctor Font, la última vía
Por ahora, Roures insiste en poner el modelo de propiedad a debate. Las cartas no están todavía sobre la mesa, pero se adivinan. Y en ese cúmulo de nombres que estuvieron vinculados al Barça y/o aspiran a seguirlo estando, todavía podría quedar hueco para uno que parece tener cada vez menos peso en la partida.
Víctor Font, quien presume de su amistad con Xavi y Guardiola, que es íntimo de Ferran Soriano, se presenta como alternativa al laportismo. Su experiencia empresarial y negocios en Dubai también le confieren la credibilidad justa como para poder presentar una propuesta de club alternativa a la actual. A nivel de gestión siempre mostró una cierta predilección por el modelo Bayern, otra inercia que le puede acercar a Roures.
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