Jaume Roures, presidente de Mediapro / EFE

Jaume Roures, presidente de Mediapro / EFE

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Roures, el trotskista fulminado por los comunistas propietarios de Mediapro y traicionado por Tatxo Benet

Southwind Media usó su mayoría en el capital para mostrar la puerta de salida al cofundador del grupo, el mismo que hace un año sondeaba si era mejor concursar de nuevo la compañía o confiar en los accionistas chinos que ahora le han apartado

27 octubre, 2023 23:30

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“El consejo de administración del Grup Mediapro ha aprobado la desvinculación de Jaume Roures como socio gestor”. Así rezaba la nota a los medios que confirmaba la noticia más comentada en el mercado el viernes por la mañana. Roures, el empresario trotskista que no dudaba en lanzarse a los tribunales para intentar acallar las voces críticas, era apartado de la compañía que fundó junto a Tatxo Benet y Gerard Romy en 1994 por, paradojas de la vida, un grupo empresarial radicado en la meca del comunismo.

Los inversores chinos de Southwind, la sociedad en la que ha mutado el fondo Orient Hontai, usaron su fuerza accionarial para “desvincular” a Roures del grupo. Una “desvinculación” que también incluye deshacerse del 5% del capital que aún controlaba, según señalan las mismas fuentes del mercado, y que implica ver cómo Benet gana poder en la compañía.

Ruptura entre Roures y Benet

Roures dejaba de ser el socio gestor de Mediapro de forma sorpresiva y Benet se convertía en un presidente y consejero delegado plenipotenciario. Incluso le mandaba un mensaje en el mismo comunicado: “El vacío que deja Jaume en el grupo es inmenso, y desde un punto de vista personal añoraré mucho estas décadas maravillosas de trabajo conjunto”. Desde su entorno traducen esta afirmación: las relaciones entre ambos son, en este momento, más que mejorables.

Jaume Roures, presidente ejecutivo de Mediapro, con Tatxo Benet, cofundador y CEO de Joye Media / EP

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“Hace 10 años me cuentan esto y no me lo creo”, señala otra fuente jurídica que conoció de cerca a los fundadores de Mediapro en el marco del concurso de acreedores del diario Público. La quiebra del diario en papel editado por Mediapubli Sociedad de Publicaciones y Ediciones --empresa fundada por Roures, Benet y Toni Cases-- vino después de su primer gran triunfo en los tribunales, la victoria de la productora catalana sobre Prisa en la llamada guerra del fútbol. El conflicto que se inició en 2007 por los derechos televisivos de La Liga y que el Tribunal Supremo falló a favor de Roures y Benet a principios de 2015.

'Público', el medio preferido de Podemos

También salieron airosos de su paso por la judicatura en el concurso de Público. Consiguieron una liquidación ordenada de la sociedad con unas implicaciones para los gestores muy limitadas y, poco después, se hizo con la marca. La cabecera era el activo de mayor valor de la concursada y se subastó en 2012, año en que la adquirió Display Connectors, sociedad participada por Roures, Benet y Cases.

El exlíder de Podemos, Pablo Iglesias, interviene en la inauguración de la Fiesta de la Primavera, acto de precampaña de la formación morada en Zaragoza

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Poco después se relanzó como un digital que se ha situado cercano a la órbita de Podemos. De hecho, fue la primera casa del programa de televisión de Pablo Iglesias y el sitio al que éste regresó tras dejar la secretaría general de la formación morada y salir de Moncloa.

Independentismo

Roures y Benet no sólo se han mostrado muy cercanos al exvicepresidente del Gobierno en los últimos años. Las relaciones de Mediapro con el independentismo catalán y, de forma más concreta, con los partidos que han ocupado el Govern en los últimos años quedaron retratadas en los audios del caso Voloh.

Ha sido una de las productoras mimadas por los medios públicos, que le han encargado multitud de proyectos, y eso le ha propiciado requerimientos para declarar ante comisiones del Parlament. En una de sus últimas comparecencias en la Cámara catalana, Roures negaba su relación privilegiada con los mandatarios secesionistas.

Unidades móviles de Mediapro para cubrir eventos deportivos

Unidades móviles de Mediapro para cubrir eventos deportivos Cedida

Nunca han escondido demasiado su apoyo al movimiento independentista. Hasta el extremo de convertir la sede de la productora en el punto de información para la prensa patria e internacional durante la votación del referéndum ilegalizado del 1-O.

‘Caso sobornos’

Pero el capítulo de las relaciones políticas de Mediapro no ha sido el único que ha levantado polvareda. El caso sobornos propició que saliera por la puerta de atrás de la compañía su tercer cofundador, Gerard Romy. Está acusado de haber participado de forma activa en una trama para amañar resultados de partidos en América y, de hecho, la filial de Imagina de EEUU ha firmado un acuerdo de conformidad con la Fiscalía de ese país en el que reconoce las actividades ilegales a cambio de la rebaja de penas que implica colaborar con la justicia.

Cuestiones todas ellas que aún traen cola al otro lado del Atlántico y que Mediapro ha intentado mantener en un segundo plano en nuestro país. No ha dudado en usar ni siquiera la carta judicial para intentar frenar las informaciones, además de negar la existencia de este pacto de conformidad. Cuestión que le mereció un revolcón de la justicia estadounidense, que le obligó a difundir un escueto comunicado en el que reconocía la existencia del acuerdo de conformidad.

Southwind exige un perfil bajo

Toda esta trayectoria, unida a su crecuiente interés pore aparecer en los medios de comunicación para hablar de su gestión (y de cuestiones como sus vínculos con el Barça), han olido a cuerno quemado entre los headquarters de Singapur de Southwind.

Sede de Mediapro en la avenida Diagonal de Barcelona / CG

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Los socios de Roures y Benet, cuya fortuna se origina en el sector del juego, apuestan por mantener un perfil bajo. Así que no les ha temblado el pulso a la hora de despedir a, hasta ahora, la cara más visible de la corporación.

El problema de la deuda de Mediapro

Los resultados económicos de Mediapro no han acompañado a la actividad vital de Roures. De hecho, hace casi un año la entonces cúpula del grupo se encontraba en una encrucijada. El nivel de deuda acumulada hacía inviable su continuidad y la dirección llegó a tantear la posibilidad de presentar un nuevo concurso de acreedores para forzar algún tipo de quita que aliviara la presión financiera.

Aunque la operación se estudió y estuvo sobre la mesa de sus asesores, se optó por una medida menos traumática de forma pública. Sothwind aportó más de 600 millones que aseguraban la supervivencia tranquila a Mediapro a cambio de que Roures y Benet diluyeran su participación accionarial.

Reparto de las acciones del grupo

La fotografía final de reparto de acciones se ha mantenido hasta este viernes. El grupo chino ostentaba el 85% de los títulos y Roures, Benet y la multinacional británica WPP participaciones minoritarias del 5% cada uno de ellos. La opción tranquila se ha convertido en un despido con todas las de la ley para el trotskista.

Jaume Roures, cofundador de Mediapro / EFE

Jaume Roures, cofundador de Mediapro / EFE

La reestructuración ha sido quirúrgica y el resto del equipo directivo continuará en el cargo. “No sólo no ha habido discrepancias en el modelo de futuro, sino que no ha habido ni el más mínimo cambio ni en el proyecto fundacional ni en los valores que el grupo representa”, explicaba Benet en el mismo comunicado en los medios. Otra estocada a su antiguo socio y amigo.