Nacho Guerreros: "Se ha frivolizado mucho esta profesión, y eso no tiene cabida"
El intérprete da vida a un actor de éxito a costa de su expareja en 'Sobre el caparazón de las tortugas'
14 abril, 2023 00:00A Nacho Guerreros le encantan los riesgos. Lo confiesa. Es así, pero tiene muy claro cuáles son sus límites, aunque le encanta explorarlos. En el teatro ha encontrado el lugar perfecto para hacerlo. Viendo su trayectoria profesional nadie podría encasillarlo.
Sí, claro, es el conserje de La que se avecina, pero también es el Dorín de la multipremiada Juguetes rotos o, ahora, este Héctor de Sobre el caparazón de las tortugas, que se presenta en el Centro Cultural Fernán Gómez de Madrid. No puede estar más encantado.
Alcohol y secretos
En esta última obra, su personaje, así como el de su exesposa, están sumidos en el peligroso mundo de las apariencias. Ambos son actores y su vida de cara a la galería dista mucho de la real, y eso acabó con su matrimonio. Claro, que la idea de adoptar a una hija tampoco ayudó. La pequeña es el motor principal de la historia, que desatará una ola de violencia, sobre todo verbal entre ambos, y que hará que poco a poco ese caparazón se resquebraje y se muestren todas las miserias que escondían.
“Y además de ese caparazón que los envuelve, estos dos personajes esconden sus miserias en el alcohol, que está muy presente en esta conversación”, señala el actor en conversación telefónica con Crónica Directo.
--Pregunta: Pero el alcohol es algo que está muy presente en nuestra cultura. Tal vez por eso no vemos riesgo ahí.
--Respuesta: Exacto. No lo vemos porque está muy integrado en la sociedad. No lo vemos en absoluto. Además, se banaliza mucho con las drogas blandas, con la marihuana y otras. A la gente le hace mucha gracia eso de fumarse un porrito. Hay que tener muchísimo cuidado de cómo hablamos de ciertas cosas, de dónde y en qué lugares, porque hay un problema importante con las drogas y eso deja mucha huella en ciertas generaciones. Da un poco de miedo lo que está ocurriendo.
--Bueno, pero se dice eso de que al final tampoco hace tanto daño.
--Sí hace daño. ¡Es que el alcohol hace daño! ¡Es que las drogas hacen daño! Y hay que decirlo. ¡Hacen daño! ¡Mucho!
--Entonces, ¿qué dirías que es este caparazón del título?
--Lo que envuelve el cuerpo de tortuga. Un elemento protector. A Ignasi Vidal, el autor, se le ocurrió la idea viendo un documental en el que había una tortuga flotando en el océano y se identificó con ella. Se imaginó que todos necesitamos un caparazón para defendernos de los buenos y de los malos. En estos casos es un protector para estas dos personas, de todo lo que acontece alrededor de ellos, de los reproches, de las mentiras y vericuetos de la vida. Ellos son una pareja con mucho éxito profesional, pero su vida sentimental ha sido un completo fracaso.
--Estos dos personajes son Alicia y Héctor, un exmatrimonio.
--Que se reúne en la noche de Jueves Santo, para hablar de un problema de salud que tiene su hija y que es la excusa para todo lo que viene después. Ese problema se convierte en una auténtica bomba de relojería, porque hace aflorar todos los reproches, todo lo que no se ha dicho. Sucede algo que da la vuelta completamente a la tortilla y que desemboca en la tragedia de esta pareja.
--¿Cuán difícil es también meterse en este papel de un actor y con tantas capas?
--Todos los personajes son difíciles, pero yo me veía capaz de sacarlo adelante y es muy diferente a todo lo anterior que había hecho en teatro. A mí me gusta encadenar proyectos muy diferentes entre sí. Y este es un actor que tiene éxito porque se ha casado con una persona que ya lo tenía. Su éxito ha ido acompañado del éxito de su mujer, ha ido paralelo. La meritocracia no ha sido su fuerte. Se ha defendido mucho como actor y ha trabajado mucho también, pero siempre ha apoyado por su mujer, o su exmujer, Alicia.
--A raíz de esto hay una reflexión sobre esta profesión, sus egos…
--Varias reflexiones sobre esta profesión. Sí que es verdad que hay unos egos desmedidos, totalmente. Quizás ahora con las redes sociales lo que hay es mucha frivolidad. Se ha frivolizado mucha esta profesión donde la frivolidad no cabe en absoluto. Yo valoro mi trabajo, mi forma de vida es mi trabajo, no toda esa parafernalia que lo envuelve, no todos esos focos deslumbrantes y esas alfombras rojas que no me interesan absolutamente nada. A mí me interesa el trabajo de actor, el investigar, el estudiar, el trabajar, el madrugar, el ser disciplinado, todo eso, y el cada día aprender un poco más de este oficio, porque es un oficio muy difícil, en el que, si cada día no aprendes un poquito, estás abocado completamente al fracaso.
--Y ¿cuán difícil es también estar apartado de ahí? Porque muchas veces apartarse puede abocarlo a la oscuridad.
--Es muy difícil. Tienes que estar con los pies en el suelo, porque si pierdes el tiempo en frivolidades, todo es mucho más difícil. Tienes que tener ese mástil bien anclado en el suelo para que tu carrera puede discurrir de una forma ascendente, pero si tenemos el mástil anclado en arenas movilizas, es muy probable que ese mástil no se sostenga y tienda a caerse. Hay que tener una cosa muy clara, o por lo menos yo la tengo muy clara, yo no quiero depender de nadie para trabajar, yo quiero que me llamen para los proyectos por un trabajo hecho anteriormente, no quiero las palmaditas en la espalda, no lo he hecho nunca ni lo voy a hacer.
--Claro pero ese trabajo anterior puede pesar. Usted mismo ha hecho personajes que han marcado mucho. Además, también se ha podido fallar.
--Evidentemente uno no tiene una varita y saber si algo va a tener éxito. Nadie tiene esa visión, pero sí se tiene cierta intuición. Mismamente con La que se avecina empezamos la primera temporada y no sabíamos nadie, ni siquiera sus creadores, que íbamos a llegar a una décimo cuarta. Es una profesión donde te tienes que guiar por la intuición, evidentemente.
--Otro punto importante de la obra es la cantidad de violencia entre ellos. ¿Viene de los secretos, de los egos…?
--Evidentemente, es una pareja que se ha ocultado muchas cosas. Es una función llena de reproches donde está siempre en el aire, Marta, la hija de ambos. Una hija que tampoco es perfecta y ha llevado a que ellos caigan todavía más en ese estado de pensar en que han metido la pata, de que no tienen la hija que querían. Ellos querían modular a una hija perfecta para la foto, para aparentar ser la familia feliz y creen que la hija les ha salido rana, y no lo es. Estos dos personajes tienen a una hija por obligación, no por vocación, ni devoción, ni amor. Es una hija complicada en una pareja, en una familia desestructurada por mucho éxito que les envuelva.
--Este tema está muy en boga. ¿Cuántas veces un hijo se convierte en una especie de parche?
--Muchas parejas se han decidido a tener un hijo para solucionar sus problemas y yo creo que los complica, porque realmente tener un hijo es algo muy complicado y requiere de muchísima responsabilidad, de poner toda la carne en el asador y evidentemente si se tienen hijos para solucionar problemas en pareja yo creo que eso también está destinado a fracasar.
---Y además con riesgo también que ese hijo o hija acabe mal.
--Eso lo que ha pasado con esta pareja de Alicia y Héctor. Ella plantea que adoptar a Marta ha sido el principio de sus problemas. No ha ayudado, porque esta pareja es muy violenta, una bomba de relojería. Y esas parejas existen
--¿Nos pesan demasiado estas apariencias?
-- ¡Claro! Nos ponemos esa fachada para esconder cosas, porque el ser humano no es perfecto. Ahora mismo, en las redes sociales todos somos tan felices, tenemos tantos filtros para tapar. Los filtros de Instagram pueden ser un caparazón para tapar imperfecciones, para evitar que se nos vean realmente como somos. Ahora mismo estamos en la era de la apariencia más absoluta y es tremendamente peligroso y muy tóxico, porque no te deja ser tú. Es muy tóxico porque suficiente tenemos con nuestras vidas como para estar siempre pendiente de lo que digan. Todo el mundo se disfraza de lo que no es. La vida es un carnaval (ríe sarcásticamente). Y al final de este proceso vital, sea largo o corto, tendremos que sopesar si nos ha merecido la pena. Yo cuando veo en la función a estos dos personajes que son tan desgraciados, pienso que no me gustaría estar en la piel de este hombre con este lastre que va arrastrando.
--Sin hacer spoilers, ¿por qué son así, porque quieren aparentar?
--Evidente. Porque tienen una vida que ellos no han podido… No te puedo desvelar lo que ocurre, pero tienen una vida muy desgraciada por cubrir ciertas cosas. Su vida les exige una demanda constante de felicidad y eso, de puertas para afuera está muy bien, pero para adentro no. Ambos tienen éxito en su vida profesional y luego llegas a casa y tienes que fregar los platos y unos platos muy sucios con muchas capas por limpiar.
--Claro, pero parece que se nos exija esa búsqueda de la felicidad. ¿Se puede ir siempre en busca de ella o eso también extenúa y nos crea peligros?
--Yo creo que con el mundo que tenemos alrededor hay que ser muy iluso para creer que somos felices. Puedes serlo un 60-70%, pero no creo que sea posible al 100% con todo lo que tenemos alrededor. Me parece bastante imposible. Sí podemos alcanzar cierto grado de felicidad. Pero ahora lo vemos con todos los problemas de salud mental, que se ha convertido en algo muy importante y que también lo es en la obra.
--Bueno es que esa búsqueda incesante de la felicidad mientras uno cubre lo malo con capas acaba siendo enfermizo muchas veces.
--No soy psicólogo o psiquiatra, ni tengo respuesta a todo, sino no me estaría yo preguntando a mí mismo tantísimas cosas, pero creo que sí que tenemos un problema con respecto a lo que queremos aparentar y lo que no somos. Es un problema grave, porque ahora hay una exhibición y una ostentación por parte de ciertos personajes, de dinero, de todo lo que se tiene y sin profundizar demasiado en lo que nos pasa por dentro, en lo que nos pasa con el corazón, en lo que nos pasa en el día a día.
--Para terminar, esta obra ahora está aquí en el Fernán Gómez, tras unos bolos previos, pero ¿va a salir de gira?
--Nosotros tenemos la intención de seguir. La obra ha gustado bastante y hemos estado casi llenos el primer fin de semana. La verdad que la crítica y el público responde muy bien y esperemos que podamos salir de gira.
--¿Pasarán por Cataluña?
--Lo deseo, pero lo mismo quería con Juguetes rotos y nunca ocurrió. Fíjate que con esa obra fuimos dos veces a México y una a Colombia y no hemos pisado Barcelona. Nos es más fácil salir al extranjero que llegar a Barcelona. Eso también habría que hacérselo mirar por parte de algunos que dirigen teatros en Barcelona. Que una obra que ha sido un éxito y que sigue siéndolo, como Juguetes rotos, que encima casi toda la acción se sitúa en la Barcelona de los años 70, la Barcelona de los cabarets, no haya podido visitar Barcelona, pero sí que ha estado en México dos veces y ahora nos vamos a ver Colombia y otros tantos países... Ahí lo dejo, para ver si alguien que lea la entrevista me puede responder. Lo agradecería mucho, la verdad.