Pedro Alonso: "La palabra libertad ha sido usada, abusada, pisoteada y lanzada contra el enemigo"

Aterriza un rara avis en Netflix. Lo hace de la mano de Pedro Alonso, más conocido estos años como Berlín de La casa de papel. Él es el "vehículo" de su primer documental como director. Una película que él mismo ha escrito y en la que se abre sin tapujos. Y es que se trata de una experiencia muy personal. Su título: En la nave del encanto.

Bajo este nombre, el actor, con la ayuda de su amigo y productor catalán Enrique Baró, se aparta de todo para iniciar un viaje chamánico en la selva mexicana. Allí, prueba la ayahuasca, el peyote y otro tipo de sustancias psicoactivas que lo conectaron con la naturaleza, el mundo y la espiritualidad, pero no sin ciertos riesgos. Vómitos, malestar, miedo a ser engañado y "caer en la superstición"... y no solo esos. También se expone a unos riesgos que pueden afectar a su carrera, a la imagen que se tenga de él y a ser duramente criticado.

Alonso reconoce que pisa "todos los charcos" y para hacerlo, antes tuvo que enfrentarse a sus "miedos, que son muchos". Una vez superados, saltó al vacío. Pero no sin red. Más allá de la compañía de Baró, el gallego fue con gente que conocía lo que se hacía, algo fundamental para no caer en timadores y falsos líderes espirituales, que buscan lucrar con conocimientos ancestrales. Que los hay y no son pocos.

En conversación con Crónica Global, el actor reconoce que, en el camino, él mismo se topó con "sombras", con "falsos gurús" y temió estar cayendo en supercherías. Por suerte, no le pasó. Lo que no significa que otros sean tan afortunados. Este es su "viaje personal". Y cada cual hace el suyo. "No se trata de convencer a nadie", adelanta junto a Baró.

Enrique Baró Ubach NETFLIX

La conversación con ambos transcurre así en todo momento. Nadie quiere demostrar que uno está en posesión de la razón o la verdad y el otro no, solo generar un espacio de diálogo y abrir espacios de conversación que cree cerrados desde hace siglos hasta caer en "la dictadura del pensamiento único", como él la llama. ¿Quién está detrás? No da nombre, solo pistas y algunos datos.

Alonso apunta que Aristóteles y Platón ya hablaban de un espíritu del mundo, como también lo hacen los chamanes mexicanos con los que se encuentra en su viaje. Y tanto los griegos como los mesoamericanos han recibido críticas y burlas. El actor menciona Las nubes, de Aristófanes, donde el dramaturgo se reía de la espiritualidad de Aristóteles. De entonces a hoy, han sido muchos los que lo han hecho, la Iglesia y su Santa Inquisición, entre otros.

Fotograma de 'En la nave del encanto' NETFLIX

El intérprete reconoce que él, que no nació en una familia particularmente creyente, llegó a apartar la idea del espíritu de su imaginario. Pero luego se preguntó por qué y dibuja algunas razones. "Es por la idea del miedo inoculada durante todo el pensamiento moderno, casi desde el siglo IV. Son las palabras ya esculpidas desde que el cristianismo se estableció como paradigma de relación con el espíritu", repasa. 

Alonso lamenta que "la espiritualidad es una palabra que ha sido hecha prisionera", y no ha sido la única. "La libertad es una palabra que ha sido hecha prisionera, ha sido usada, abusada, pisoteada, lanzada contra el enemigo. De forma que se ha perdido la vibración que hay ahí debajo", se lamenta. Por eso, reivindica una espiritualidad que suponga "mirar hacia tu espacio interior, hacia lo no visible y hacia lo no sutil" y ver cómo buena parte de lo que se muestra en el film no tiene por qué dar miedo, porque ya se encuentra en el día a día, en nuestro ADN. Afirma que la sociedad, desde el torero y sus ritos antes de salir al ruedo a los sacrificios que hacían los griegos para honrar a sus dioses, está llena de rituales. Sin que eso sea necesariamente malo.

El actor Pedro Alonso NETFLIX

Muchos no lo ven así. Hablar de rituales es como hablar de magia negra, pero la matanza del cerdo, ejemplifica, también es un ritual más, como tantos otros. Pero hay miedo, insiste, y le preocupa. "Veo lo que el miedo hace a la sociedad contemporánea, que es sumirla en una manía persecutoria contra lo extraño, frente a lo diferente y lo diverso. Eso es fascista", sentencia. 

Por eso, él no deja de matizar que solo expone esta vía de escape que él encontró al sentirse tan presionado por los miedos. No quiere ser un gurú, ni quiere dar ejemplo de nada, ni empujar a nadie al chamanismo, solo abrir "una ventana", en este caso la que él parece haber abierto gracias a otros. De hecho, reconoce que "si pudiera meditar un poco todos los días y darme la gran vida, en el sentido de vivir con plenitud, yo no tendría por qué irme a tomar nada a ningún sitio, pero si hay una herramienta que me puede ayudar a darme la gran vida, pongámosla sobre la mesa". 

Fotograma de 'En la nave del encanto' NETFLIX

Alonso lo vio claro en pandemia. Cuando "las cosas se empezaron a poner muy serias", sintió "el golpe fuerte" que le empujó a hacerse preguntas. Estas le llevaron a emprender su andadura hacia los chamanes mexicanos, para buscar qué es lo que no funcionaba en él. Y, sin miedo, ha expuesto esa fragilidad, esas dudas y esos hallazgos con los que ha dado.

Ahora, se puede ver en formato documental que bajo el nombre de En la nave del encanto se muestra dividido en tres capítulos en Netflix. El espectador es libre de asomarse a la nave o no. Con o sin reticencias. 

El actor Pedro Alonso EP

Lo que busca es que al ver la cinta se genere "un espacio genuino, surja un tipo de conversación en la que la diferencia, lo transversal y los diferentes puntos de vista puedan encontrarse para que a cada uno le resuene en su camino". "No queremos convencer a nadie", insiste. 

"Estamos hablando de vías meditativas, de unas herramientas y de un tipo de mirada contemporánea", para conocerse y cuidarse, nada más. "Si esto ya sirve para que nos miremos al espejo, ya ha valido la pena", concluye.

Fotograma de 'En la nave del encanto' NETFLIX