El 'Viña Valera Reserva', de la bodega cooperativa Virgen de la Asunción / CG

El 'Viña Valera Reserva', de la bodega cooperativa Virgen de la Asunción / CG

Creación

Un paseo por Burgos para descubrir por qué fascinan los vinos de Ribera del Duero

La bodega de la cooperativa Virgen de la Asunción produce el Viña Valera Reserva, un vino "impecable" más mediterráneo que atlántico

28 febrero, 2021 00:00

"Estos cuentos de factura impecable invitan a una experiencia de lectura no exenta de una gustosa perversión", sostuvo por su parte Aramburu.

La Denominación de Origen Ribera del Duero (creada administrativamente en 1982) da muestra de su vocación global con el Premio Literario de Narrativa Breve, el mejor dotado en lengua castellana, instituido en 2008 --con motivo del 25 aniversario de su fundación-- y Fernando Aramburu (autor de Patria), en representación del jurado de la edición pandémica de 2020, pronunció esas palabras para referirse a la obra Claridad de Marcelo Luján, escritor argentino afincado en Madrid desde hace 20 años.

Estos vinos de factura impecable invitan a una experiencia --sensacional--, no exenta de una gustosa perversión... podríamos añadir.

Pero, ¿cuál es el mapa de nuestro vino?

Siempre nos imponemos una aproximación sin conjeturas, abierta y casi naif, acercándonos al vino sin más, con el alma “pura” y sin prejuicios. Intentamos olvidar lo que pudiéramos creer que sabíamos, buscando un acercamiento inocente y veraz. Y el confinamiento nos obliga, desde hace meses, a esos viajes sin movimiento, en el que viajan las cajas, los productos y los mensajes, obligándonos a imaginar y a conocer a distancia. En parte nos atenaza y repetimos quejas que son comunes hasta la saciedad; y en parte nos anima al gran viaje del vino: al descubrimiento de paisajes que viajan en botellas y que expanden su tipicidad unívoca.

Imagen de la bodega cooperativa Virgen de la Asunción / CG

Imagen de la bodega cooperativa Virgen de la Asunción / CG

En esta ocasión, sin embargo, llegamos a la puerta de embarque casi sobre la campana, porque vicisitudes del mundo de la mensajería hicieron que el paquete nos llegara en el último minuto. Ya casi estábamos dispuestos a saltarnos el precepto cuando pudimos encajar la cata con un agápe de cuaresma con base de sofrito y estofado --ideal, por cierto y por sorpresa, para tintos del país de gran profundidad y dulzura. Curiosa la combinación de esa madurez crujiente y fresca balsámicamente con el estofado de ¡sepia! en el que el fondo de caramelización de la cebolla y el vino evaporado pusieron el ingrediente que funcionó como nexo: concentración.

Madurez, crujiente, balsámicos, frutos secos, frescura, potencia, persistencia... son algunos de los adjetivos que recogimos en el diálogo gastrovínico provocado por Viña Valera Reserva. Y profundidad, que puntúa con certidumbre cuando el vino sabe a importante y sin embargo obliga a pensar para descubrir su mensaje.

Luego hicimos un alto. Ante la fuerte impresión causada por el vino y el agradecimiento por ese regalo sensorial podríamos habernos dejado llevar por los tópicos típicos y soltar el catálogo de erudiciones que nos acompañan y encauzan el viaje hacia caminos ya transitados. Pero, ¿es ese el viaje que quisiéramos hacer, o mejor algunas preguntas que nos ayuden a descubrir

Viñas de la bodega cooperativa Virgen de la Asunción / CG

Viñas de la bodega cooperativa Virgen de la Asunción / CG

Madurez, potencia, frescura, balsámicos, crujiente, persistencia... ¿de qué clima nos hablará Viña Valera Reserva? Y entramos en un juego geográfico automático en el que el nombre regional nos confunde:

-¿Mediterráneo o Altlántico?

-Atlántico!

-¿Por qué?

-Pues porque el Duero desenboca en Porto...

[…/...]

-¿Y esos balsámicos?¿y esos balsámicos de romero?

El equilibrio entre madurez potente y frescura crujiente de fondo balsámico nos conecta con una calidez mediterránea de gran calidad.

Y miramos el mapa, volvemos al mapa escolar de los climas peninsulares y el centro-norte se define como mediterráneo de inviernos fríos. Es decir, la pregunta inducía a error: la latitud es mediterránea y ese romero de fondo y balsámico es una nota de frescura de identificación geográfica. Y luego está la altitud, que es uno de los componentes del carácter de los vinos de Ribera del Duero. La frescura y el equilibrio consiguiente se debe quizá a esas cotas del viñedo, que oscilan entre los 700 y los 1.000 metros. Y luego está la variedad, unida al Mediterráneo histórica y geográficamente: la casta casi homogénea de la Ribera del Duero es la Tinta del País o Tempranillo.

Una, en la bodega cooperativa Virgen de la Asunción / CG

Una, en la bodega cooperativa Virgen de la Asunción / CG

La casualidad hizo que conociéramos al enólogo de la bodega Vírgen de la Asunción de La Horra (Burgos) de aventuras anteriores y fue de la mano de Jordi Alonso que nos adentramos en los detalles de ese proyecto que une compromiso social al paisaje y a vinos de gran interés.

Jordi Alonso nos hizo una magnífica introducción: "Estamos en La Horra, corazón del viñedo de la Ribera, y contamos con unas 200 hectáreas, de las cuales más de 60 son de viña vieja. Nuestros suelos son pobres, arcilloso-calcáreos de canto rodado, y es una de las razones por las que contamos efectivamente con una gran cantidad de viñedo antiguo. La historia es la siguiente. Por los años 70 del siglo pasado, la uva y el vino tenía poco valor, por lo que se arrancó una enorme cantidad de hectáreas de viña para plantar otros cultivos más rendibles entonces: cereal; y si había riego disponible, remolacha. En La Horra y alrededores el suelo era tan pobre que el cultivo del cereal era inviable, y mucho más para la remolacha, por lo que los agricultores se vieron obligados a seguir con la viña. A partir de los 80, tras la formación de la Denominación de Origen, se produjo un auge de los vinos de Ribera del Duero, y ello condujo a una recuperación de la viña en todo terreno disponible. Para bodegas como la nuestra, hoy es un orgullo contar con ese legado de viñas viejas que nunca se abandonaron y que representan el pasado resiliente y el tesoro mejor guardado".

Hilo intergeneracional

Siendo La Horra un municipio de apenas 300 habitantes censados (y aún menos residentes) cuenta con nueve bodegas activas, es el mayor en hectáreas de viñedo de toda la región, y en el pueblo se conservan numerosas bodegas subterráneas (algunas fechadas en el siglo XII) que dan cuenta de la tradición familiar para con el vino. Esa historia local y regional nos habla de ancestros vínicos como los del conjunto peninsular, atada directamente con las órdenes religiosas del medioevo (el Císter concretamente) y con la romanización.

Y es importante porque las resiliencias se suman cual capas de una cebolla que esconden un corazón concentrado y profundo: esos vinos que hoy nos llegan de La Horra, de esos viñedos octogenarios, hablan de los vínculos de las últimas generaciones con la vid, y con tradiciones ancestrales; y hablan de resiliencias climáticas que forman los temperamentos imprescindibles para acompañar la fruta hasta su madurez más íntimamente feliz. Son resiliencias con final feliz, que aseguran continuidades: entre los 64 socios de la Bodega de La Horra están algunos representantes del futuro que desde allí se seguirá escribiendo.

Fundada en 1957, Virgen de la Asunción es la quinta bodega más antigua de Ribera del Duero, y una de las 12 fundadoras del Consejo regulador en 1982 (ahora lo conforman cerca de 300). Porque esas resiliencias que fueron climáticas y económicas finalmente se encauzaron, y en esa época del florecimiento que acompañaron los planes de Estabilización y Desarrollo de finales de los 50 los viticultores de La Horra encontraron en la cooperativa la fórmula para dar un impulso a su futuro en común.

De aquellos polvos esos lodos, y desde hace cuatro años (coincidiendo con el 60 aniversario de la bodega) se celebra una fiesta que recoge el espítritu solidario de la asociación original y en la que se presenta un vino con fines benéficos cuya recaudación se destina a la Asociación Española de Enfermos de Glucogenosis (AEEG). Es un gesto hacia los niños (es una enfermedad infantil y son los niños de los colegios de la región quienes dibujan las etiquetas del vino) que se funde con el homenaje a los mayores: son empresas que nacieron del esfuerzo colectivo y que lo atesoran y lo vindican, tejiendo un hilo intergeneracional comprometido con el pasado y mirando al futuro con amor.

Nosotros quisimos entrar en la Ribera a través de un clásico como Viña Valera, que abrió el camino de los embotellados de Virgen de la Asunción y que hoy se complementa con un catálogo con inspiraciones conceptuales de carácter bouguignon y con referencias a fincas y parcelas. Nos atrae la idea de viajar hasta allí, física y conceptualmente, aunque esa puerta que abrimos con el clásico de referencia fue el que nos sedujo y nos convenció.

Celebrado en Madrid

Pero ¿cual es la impresión que invade a quien se acerca a Viña Valera Reserva?¿Hay esa fruta madura y roja y negra a la vez? Sí. Crujiente. ¿Y aromáticamente? En ese sentido destaca por su profundidad.... Aunque en el fondo preferimos que sea el errante explorador quien bucee y descubra sus propios mensajes: el embalaje contiene topografías frágiles que requieren de afectos.

Queda abierta la agenda para ir a serpentear a ese Duero central que si se funde con el Atlántico en Porto, sintetiza frescuras balsámicas de alta sofisticación mediterránea.

P.D. En la añada 2019 el Consejo autorizó la elaboración de vino blanco de la variedad Albillo. La variedad albillo es la blanca tradicional de la zona. Antiguamente, hasta que se fundó la denominación, el vino tradicional de la Ribera era el rosado, el clarete, por lo que en las viñas se mezclaban cepas blancas y tintas, se vendimiaba todo a la vez, se prensaba y salía el clarete. A partir del 82, cuando se fundó el Consejo Regulador, se apostó por el vino tinto (a rebufo de la fama que tenían las dos bodegas históricas de la zona, Vega Sicilia y Protos), por lo que el clarete pasó a un segundo plano, arrancándose las cepas de uva blanca y plantando tintas. Virgen de la Asunción dispone de unas pocas cepas de Albillo entremezcladas con las tintas en los viñedos viejos, de las que produce entre 7.000 y 8.000 kg, frente al 1,2 millones de la Tinta del País (Tempranillo).

Y otro apunte final que es geográfico y que se vendió políticamente: evidentemente, el resurgimiento de la región fue bien recibido en la capital de España y el vigor de Madrid le dio en empujón a Ribera del Duero. Es normal. Lo mismo pasa en París con la Champagne. El corazón de la Ribera está a 180 kilómetros. de la Puerta del Sol.

Vino: Viña Valera Reserva

Bodegas Virgen de la Asunción

Precio (en tienda): 21 €

TAULA de VI de Sant Benet: Oriol Pérez de Tudela y Marc Lecha