Jordi Valmaña, director general de Cementiris de Barcelona; con Eloi Badia, presidente de la empresa y concejal de Presidencia / CG

Jordi Valmaña, director general de Cementiris de Barcelona; con Eloi Badia, presidente de la empresa y concejal de Presidencia / CG

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El ayuntamiento tendrá que rescatar la empresa municipal de cementerios de Barcelona

Cementiris pierde el 70% de su beneficio en un año por la desastrosa gestión de la tragedia de Montjuïc y se encomienda a una inyección de dinero público desde el consistorio

18 abril, 2019 00:00

Una de las joyas de las empresas de Barcelona, al fango. El concejal de Presidencia y presidente de Cementiris de Barcelona (Cbsa), Eloi Badia, y el director general de la sociedad pública, Jordi Valmaña, han hundido las cuentas de la mercantil municipal. La firma ha perdido el 70% del beneficio neto en un año por la desastrosa gestión de la tragedia del cementerio de Montjuïc, donde en septiembre de 2017 se hundió un bloque de 144 nichos, sepultando a 350 difuntos. Por ello, necesitará un rescate financiero del Ayuntamiento de Barcelona.

Según consigna la cuenta de pérdidas y ganancias de Cbsa para el ejercicio 2018, el excedente neto después de impuestos para el ejercicio precedente fue de 639.157,60 euros. La cifra es un 67,08% inferior a la anotada 12 meses atrás, cuando Cementiris de Barcelona presentaba una salud de hierro y un rocoso beneficio neto de 1,9 millones de euros. Preguntado por el porqué de esta mengua del resultado neto en un periodo tan corto de tiempo, la portavocía de la empresa municipal, cuyo gerente Jordi Valmaña, ha sido fulminado y prejubilado, no ha contestado a los requerimientos de este medio.

"La factura de Montjuïc"

Fuentes de la oposición municipal sí han arrojado más luz sobre el desastre contable que ha encajado Cementiris. "Si sufres una catástrofe como el hundimiento de un bloque de nichos en Montjuïc, y los análisis de ADN ya te cuestan más de 900.000 euros, es natural que tus cuentas anuales sufran un revolcón", han explicado. De hecho, la memoria de la empresa municipal, una de las que aportaba beneficios al conglomerado público Barcelona de Serveis Municipals (B:SM), lo confirma. Admite que se se han comprometido 704.900 euros en concepto de pagos por daños morales. De esta cifra, 482.200 ya se han abonado a las familias con cargo a las cuentas de 2018, mientras que otros 222.700 se han provisionado en el presupuesto de 2019.

Niega por contra Cbsa que la reconstrucción del bloque de 144 nichos que se hundió en el cementerio de Montjuïc en 2017 haya tenido un grave impacto sobre su cuenta de resultados. La empresa municipal que dirigen Eloi Badia y Jordi Valmaña reconoce que el "gasto ordinario" del derrumbe fue de 125.452 euros, una parte de los cuales han sido asumidos por la compañía aseguradora. Hasta 73.416 euros en tareas relacionadas con el siniestro se han imputado al presupuesto anual de 2018. Por otro lado, no figura en ningún capítulo del presupuesto de Cementiris el contrato de test de ADN que se están practicando a los llamados "restos inconexos" de la catástrofe de Montjuïc. Tal y como avanzó Metrópoli Abierta, los trabajos costarán más de 900.000 euros.

Rescate del ayuntamiento

La polémica gestión de Badia y Valmaña al frente de Cementiris no termina aquí. Habrá más capítulos. En su memoria anual, Cbsa informa que la sociedad "está en proceso de finalizar los planes directores de todos los cementerios de la ciudad". Según el informe de gestión --consultar aquí---, estas hojas de ruta de reparación y renovación "dibujan un fuerte escenario de inversiones en los próximos diez años en los recintos funerarios de un impacto económico que obligará a su financiación municipal". En otras palabras: arreglar los nueve camposantos que gestiona Cementiris de Barcelona forzará al ayuntamiento a inyectar dinero en una empresa pública que, hasta hace un año, arrojaba beneficios cercanos a los dos millones de euros.

¿Qué ha fallado? De momento, se desconoce. Los elementos de que se disponen es un informe de la Síndica de Barcelona de 2018, que consigna una falta de mantenimiento de los cementerios y, por lo tanto, "negligencia" de la sociedad municipal a lo largo de los años. Se desconoce dónde fue a parar el dinero que pagaron los contribuyentes y los usuarios de los camposantos en concepto de tasas. También es una incógnita por qué no cuidó y reparó adecuadamente la empresa municipal sus instalaciones pese a que en 2018 aumentó, por ejemplo, los ingresos en concepto de alquiler de sepulturas (de 964.000 a 982.000 euros) e incineraciones (de 2,68 a 2,71 millones de euros). Cabe recordar que Cementiris de Barcelona opera en monopolio la incineración de cadáveres en la capital catalana, a diferencia de los servicios funerarios, donde sí existe competencia.