Andorra encalla al devolver los bonos de BPA ‘liberados’ en Suiza
Cuatro meses después de que los tribunales helvéticos reconocieran los derechos de los dueños de activos fuera de balance, los 630 millones siguen atrapados
25 octubre, 2019 00:00La Agencia Estatal de Resolución de Entidades Bancarias (Areb) de Andorra lleva cuatro meses encallada en la devolución de 630 millones de euros en bonos que eran propiedad de antiguos clientes de Banca Privada d’Andorra (BPA). La operación de migración de los activos fuera de balance consignados en una cuenta de Crédit Suiss hasta Vall Banc se ha atascado en algún proceso y ni la propia agencia pública puede ofrecer una respuesta de cuándo resolverá la situación.
Hasta al propio Gobierno del Principado le ha pillado con el pie cambiado la lentitud del traspaso de fondos. El portavoz y ministro de Finanzas, Eric Jover, ha expresado de forma pública su “preocupación” por la gestión del caso en la comparecencia pública tras la reunión del Consejo de Ministros del país vecino. Ha reconocido que se trata de una operación compleja, pero que el Ejecutivo considera que ya se debería haber llevado a cabo.
Problemas informáticos
Sus palabras han redoblado la presión sobre la Areb. Las fuentes oficiales de la agencia pública han declinado hacer ninguna consideración sobre el caso, aunque otras fuentes cercanas al organismo señalan que la devolución de los bonos al cliente final se ha frenado por un “problema informático”.
¿Dónde están los 630 millones de euros de los pequeños inversores? Nadie en Andorra ha sido capaz de responder esta pregunta. Lo único claro es que no han llegado a Vall Banc, ante la desesperación de los pequeños inversores atrapados en esta derivada del caso BPA.
Bloqueo de cuatro años
Su dinero está bloqueado por la crisis de la entidad del Principado desde hace cuatro años. Este grupo se quedó en el limbo cuando se migró toda la operativa de BPA a Vall Banc. No pasaron el examen que hizo PwC sobre la pulcritud de la operativa del grupo financiero en el Principado en los primeros meses de 2016. Fue entonces cuando se denunció el minicorralito y se inició un periplo judicial que ha acabado ante la Corte de Derecho Público del Tribunal Federal Suizo.
El pasado 17 de junio los jueces de la sala dieron luz verde a que los activos fuera de balance que estaban consignados en una cuenta de Credit Suisse con la que operaba BPA para sus inversiones internacionales regresasen a Andorra. Los aún clientes de Vall Banc aún no pueden retirar el dinero que está tras el papel. Por ahora, sine die.