El nuevo impuesto desangra a la banca en bolsa y le resta 13.000 millones de capitalización
- Las entidades financieras sufren un castigo conjunto cercano al 7% desde que el tributo se da por hecho, con Caixabank como la más impactada
- Más información: La amenaza de la banca al nuevo impuesto: la deslocalización silenciosa
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El sector financiero no ha tenido suerte a la hora de esquivar el impacto del paquete fiscal aprobado in extremis este jueves en el Congreso de los Diputados. Y el efecto, que tendrá su correspondencia en las cuentas de resultados de los próximos trimestres, ya se ha dejado sentir en bolsa. Hasta tal punto que el conjunto de la banca cotizada ha visto reducida su capitalización bursátil en cerca de 13.000 millones de euros desde que el Gobierno acordó llevar la medida al debate parlamentario.
Bien es cierto que un buen número de elementos que integraban la propuesta original acordada por los socios que forman la coalición de Gobierno, PSOE y Sumar, se ha quedado por el camino debido a la falta de apoyos en la Comisión de Hacienda de la Cámara Baja para elevarlos a pleno.
Entre ellos, han destacado los referidos a un nuevo impuesto a las energéticas y la eliminación del régimen de socimis para las inmobiliarias. Ambos sectores se han levantado en pie de guerra ante la posibilidad de que estas propuestas se convirtieran en realidad. Una reacción que ha incluido amenazas de deslocalización de grandes inversiones e, incluso, mudanzas de sedes sociales al exterior, como hizo en su día Ferrovial.
En cambio, la banca se ha visto incapaz de tocar los resortes necesarios para impedir que el nuevo impuesto que sustituirá al implementado hace dos años de forma temporal vaya a ser aplicado. La respuesta de los inversores no se ha hecho esperar.
Desde que se conocieron los primeros detalles del nuevo tributo, los analistas señalaron a Caixabank como la entidad que resultaría más penalizada en el caso de que el nuevo impuesto viera finalmente la luz. La evolución bursátil de la entidad ha demostrado que los expertos estaban en lo cierto.
El castigo que acumula Caixabank en el periodo citado es el de mayores dimensiones, tanto en términos relativos como, incluso, en términos absolutos, pese a que su capitalización es notablemente inferior a las de Santander y BBVA.
Más de un 11% abajo
Sus títulos se han dejado algo más de un 11% en el contexto de la ardua tramitación parlamentaria del paquete fiscal, lo que traducido en capitalización bursátil supone un descenso de algo más de 4.700 millones de euros.
La cifra supera a la que ilustra la penalización acumulada por el mayor valor del sector, Santander. Su tamaño en bolsa ha menguado en torno a 4.400 millones, fruto de un retroceso de algo más del 6%.
En el contexto de la presentación de los resultados de los nueve primeros meses del año, el consejero delegado de Caixabank, Gonzalo Gortázar, ya anticipó que la entidad sería, con diferencia, la más impactada por el tributo de nuevo diseño, dada su condición de banco con mayor volumen de activos de España y que ostenta las cuotas de mercado más elevadas en un buen número de segmentos.
"Este impuesto podría llamarse perfectamente 'tasa Caixabank'. Somos los que más vamos a pagar", apuntó el ejecutivo ya a finales del pasado mes de octubre.
A vueltas con el crédito
Aquel día, Gortázar criticó el carácter progresivo de la nueva figura fiscal y el hecho de que vaya a gravar el crédito, lo que desincentiva la concesión de préstamos.
"Nuestro sector no tiene la capacidad de deslocalizar inversiones y actividades de forma inmediata, como sí tiene la industria; pero si nos encontramos con un impuesto que grava el crédito hasta el 6%, ¿dónde vamos a terminar poniendo el dinero?", se preguntó.
Mientras, el castigo bursátil para BBVA ronda el 5,5%, equivalente a casi 3.000 millones de euros en términos de capitalización. Bankinter retrocede un 4,5% mientras que Banco Sabadell ha visto reducido su tamaño en bolsa algo más de un 3,5%. Con diferencia el menos perjudicado, dado su menor talla, Unicaja Banco apenas ha sufrido penalización en los mercados.
Además del correspondiente efecto negativo en las cuentas, los analistas también apuntan a la inestabilidad normativa como factor que juega en contra de los intereses de la banca española frente a sus competidores europeos.
Inestabilidad normativa
"Cada varapalo fiscal por sorpresa mina la confianza de los inversores en la banca española, dado que es un elemento que escapa a su control. A la hora de elevar o mantener la exposición al sector financiero, los gestores van a optar por valores más seguros, que tengan que soportar menos turbulencias", apuntan desde un banco de inversión internacional.
En los dos últimos ejercicios, en los que se ha aplicado el impuesto temporal, la banca española ha destinado cerca de 2.500 millones de euros a contribuir con esta figura. Desde el sector han arreciado las críticas contra el recién aprobado y ya se preparan los primeros recursos ante la Justicia por parte de entidades y patronales.