El presidente de Caixabank, José Ignacio Goirigolzarri (dcha.), y el nuevo presidente de Unicaja, José Sevilla, durante la etapa de ambos al frente de Bankia / EP

El presidente de Caixabank, José Ignacio Goirigolzarri (dcha.), y el nuevo presidente de Unicaja, José Sevilla, durante la etapa de ambos al frente de Bankia / EP

Business

La cúpula de la antigua Bankia vuelve en pleno a la gran banca tres años después de la fusión

Los dos primeros ejecutivos y el director financiero de la entidad absorbida por Caixabank a inicios de 2021 se mantienen como actores principales del sector bancario en España, lo que pone en valor tanto su papel entonces como la operación que dio lugar al primer banco del país

12 febrero, 2024 00:00

Noticias relacionadas

El reciente nombramiento de José Sevilla como presidente de Unicaja completa la vuelta de la primera línea del sector de los principales artífices de sacar a Bankia de una delicada situación y llevar al antiguo banco a estar en disposición de formar parte de la primera entidad financiera del país, tras su fusión con Caixabank.

El primer presidente del banco resultante es José Ignacio Goirigolzarri, tras casi diez años de desempeño en el mismo cargo en Bankia. En aquel complicado camino tuvo como mano derecha a Sevilla como consejero delegado. Y el apoyo al frente del área financiera de Leopoldo Alvear, que tras la fusión se incorporó a Banco Sabadell y ha sido un factor fundamental para explicar su espectacular impulso.

Un camino complicado

El actual presidente ejecutivo de Caixabank tomó las riendas de Bankia tras el polémico paso por el cargo del exvicepresidente del Gobierno y antiguo ministro de Economía Rodrigo Rato y un precipitado proceso de salida a bolsa, que terminaron por derivar en un rescate de más de 24.000 millones y el control por parte del Estado.

Con José Sevilla como consejero delegado, atravesaron el desierto de los seis años de tipos de interés negativos y de la incertidumbre de un escenario que obligaba al Estado a desprenderse de su participación mayoritaria con el fin de devolver el montante del rescate.

El futuro presidente de Caixabank y actual de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri (i), junto al consejero delegado del banco, Gonzalo Gortázar (d), en Valencia / CAIXABANK

El futuro presidente de Caixabank y actual de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri (i), junto al consejero delegado del banco, Gonzalo Gortázar (d), en Valencia / CAIXABANK

Aunque en un más que discreto segundo plano, la labor de Sevilla siempre fue descrita como fundamental por el propio Goirigolzarri para situar a Bankia en situación de acometer una operación como fue la fusión con el antiguo Caixabank, resuelta en la complicada etapa de la pandemia y en tiempo récord.

Escenario de una nueva vuelta de tuerca en la consolidación del sector que demostró que una maniobra de este tipo no resulta ni mucho menos sencilla, aunque la praxis en el caso de Caixabank y Bankia así lo hubiera hecho parecer. 

Fusiones frustradas... y áridas

Las más que evidentes pruebas son la frustrada fusión entre BBVA y Banco Sabadell, rechazada por los consejos de ambas entidades en noviembre de 2020, dos meses después de que se acordara la anteriormente citada; y la que protagonizaron Unicaja Banco y Liberbank, que sí salió adelante, aunque de forma mucho menos ágil y con unos primeros pasos más que complicados, hasta el punto de tener que relevar a sus presidente y consejero delegado en menos de dos años.

Precisamente, estos dos casos, culminados de forma desigual y, en cualquier caso con un resultado muy diferente al del antiguo Bankia, han derivado en el destino profesional tanto de Sevilla como de Alvear.

El consejero delegado de Banco Sabadell, César González-Bueno, con el director financiero, Leopoldo Alvear, al fondo / BS

El consejero delegado de Banco Sabadell, César González-Bueno, con el director financiero, Leopoldo Alvear, al fondo / BS

Este último no tardó en ser reclutado por el consejero delegado de Banco Sabadell, César González-Bueno, fichado por la entidad a finales de 2020 tras la decisión del consejo de administración de afrontar la situación en solitario. Tras tomar el relevo de Jaume Guardiola, el ejecutivo comenzó a trabajar en un plan a tres años para sacar a la entidad de una situación que reflejaba a la perfección su balance de 2020: dos millones de euros de beneficios (cierto es condicionado por las notables provisiones derivadas del coronavirus) y una rentabilidad próxima al 0%.

Un panorama muy diferente al de tres años más adelante, con beneficios récord superiores a los 1.300 millones y un retorno sobre activos tangibles (ROTE) por encima del 13%.

Un reto difícil

El viento de cola de la abrupta subida de los tipos de interés puede explicar una parte de esta transformación pero el caso de Unicaja demuestra que no todo es tan sencillo.

Tras un tormentoso inicio de andadura y las tempranas marchas de Manuel Menéndez y Manuel Azuaga como consejero delegado y presidente, respectivamente (estaba previsto que intercambiaran los cargos tras dos años), José Sevilla acaba de aterrizar en la entidad con el nada sencillo reto de enderezar un rumbo hasta ahora torcido por el excesivo ruido en torno a los accionistas que siempre ha rodeado a la entidad tras la fusión con Liberbank.

El acierto de Caixabank

En su día, Sevilla sonó como posible integrante de la cúpula de Caixabank tras la absorción de Bankia pero se quedó sin hueco. A partir del inicio de este 2024, pasa a formar parte del triunvirato que fue capaz de sacar a Bankia de una situación más que delicada y llevarla hasta lo más elevado del sector en España y que el ámbito financiero no ha dudado en recuperar para una nueva misión.

Un desarrollo de los acontecimientos que también pone en valor la operación emprendida por Caixabank. El tiempo ha demostrado que escogió un socio bien gestionado para unir sus caminos.