En primer término, Tomás Dagà (dcha.), junto a Thomas Glanzmann, presidente de Grifols, y Nuria Martín, secretaria del consejo y sucesora de Dagá en Osborne Clarke

En primer término, Tomás Dagà (dcha.), junto a Thomas Glanzmann, presidente de Grifols, y Nuria Martín, secretaria del consejo y sucesora de Dagá en Osborne Clarke Aleix Mercader Sant Cugat del Valles

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Tomás Dagà lideró desde Osborne Clarke operaciones de Grífols valoradas en 4.300 millones

  • El consejero de la farmacéutica desde hace más de dos décadas se sitúa en el foco de la polémica en torno a la gobernanza de la empresa
  • Ello se debe a su condición de socio fundador y director durante más 30 años del despacho de cabecera de la cotizada
20 enero, 2024 00:00

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El informe de Gotham City que ha puesto bajo sospecha prácticas contables de Grifols y operaciones vinculadas con su socio Scranton ha avivado la polémica sobre la prolongada relación de la compañía con Osborne Clarke en España. Un bufete estrechamente ligado a Tomás Dagà, hombre de confianza de la familia fundadora de la farmacéutica y que se ha encargado de liderar desde el despacho la asesoría legal de operaciones valoradas en unos 4.300 millones de euros

Dagà fue uno de los encargados de poner en marcha la oficina en España del despacho británico, a mediados de la década de los 80. Desde entonces, ha ejercido además como socio director hasta 2017, tras asumir las labores como vicesecretario en el consejo de Grifols, del que forma parte desde abril de 2000.

Despacho de cabecera

Durante los últimos años, la mayoría de las principales transacciones realizadas por Grifols, especialmente activa en adquisiciones antes de que estallara la pandemia, han contado con el asesoramiento de Osborne Clarke.

Entre ellas, se incluyen las compras de Haema y Biotest US, que protagonizan el informe de Gotham por su posterior venta en el mismo año de su adquisición a Scranton, accionista de Grifols y con presencia en su capital del propio Dagà y de miembros de la familia fundadora de la cotizada como su presidente de honor, Víctor Grifols Roura, y sus exconsejeros delegados Raimon Grifols y Víctor Grifols Deu.

Una de las juntas de Grifols con la antigua cúpula directiva / EP

Una de las juntas de Grifols con la antigua cúpula directiva / EP

 

Pero además, en otras de las más destacadas el papel de Dagà adquirió aún mayor protagonismo dado que se encargó de liderar personalmente el asesoramiento a la compañía desde Osborne Clarke. 

La más llamativa fue la adquisición de una participación del 26% en la compañía china Shanghai RAAS, a través de un intercambio de activos de Grifols en EEUU. La operación supuso la consolidación de la compañía en un mercado tan relevante en el segmento del plasma como el asiático al convertirse en el primer accionista de un destacado actor en el sector. 

De China a Alemania

Dagà encabezó la transacción desde el punto de vista legal junto a Óscar Calsamiglia, también socio de Osborne Clarke en España. Grifols contó entonces con la colaboración del bufete chino JunHe, asi como con Proskauer Rose y Hogan Lovells para la parte concerniente a EEUU. El canje de activos fue valorado en unos 1.700 millones. 

El que es desde este mes de enero consejero más longevo de Grifols, tras la retirada de Víctor Grifols Roura, también llevó las riendas legales de la opa que la farmacéutica lanzó sobre la alemana Biotest AG, en 2021, la que ha sido la última compra de Grifols antes de desplegar una estrategia de ahorro de costes y desapalancamiento.

Filial de Novartis

La operación permitió a Grifols fortalecerse en Europa tras una intensa expansión en Asia y EEUU y supuso un desembolso de unos 1.100 millones de euros.

Previamente, Dagà había tutelado la adquisición de la división de diagnósticos de la suiza Novartis por cerca de 1.700 millones de dólares. 

Estas relevantes transacciones tuvieron lugar una vez que el hombre de confianza de los Grifols ya no ejercía como socio-director de Osborne Clarke, lo que le daba algo más de margen para estas operaciones. Su puesto en el despacho pasó a ocuparlo Nuria Martín Barnés, que además ejerce como secretaria no consejera del principal órgano ejecutivo de la compañía.

Otro de los grandes vínculos de Dagà con la familia fundadora de la farmacéutica cotizada es el hecho de que Raimon Grifols trabajó con él en Osborne Clarke como socio hasta poco después de su incorporación al consejo de la compañía. Mientras ejerció en el despacho, el actual vicepresidente y director general corporativo desempeñó funciones de secretario no consejero.

El cerco del supervisor 

Incorporado al consejo en 2015, pasó a ser vicesecretario para dimitir a los pocos meses y ser nombrado por primera vez consejero ejecutivo en 2016. El relevo ene ste puesto fue tomado por el propio Dagà, que en la actualidad sigue como vicesecretario consejero.

Todo este entramado constituye una de las cuestiones acerca de la gobernanza de Grifols que el informe Gotham ha puesto sobre la mesa y que, junto con las interpretaciones contables, han puesto en alerta tanto al mercado como a los reguladores. 

Precisamente, la compañía apura los plazos para responder al requerimiento remitido el pasado día 10 de enero por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) acerca de las principales acusaciones de Gotham, que han provocado una crisis bursátil sin precedentes en el valor.