Nueva quiebra inmobiliaria en China: ¿habrá efecto contagio en España?

El sector inmobiliario español se mantiene firme ante la tormenta que azota al mercado chino, donde el gestor de patrimonio Zhongzhi se ha declarado en quiebra este viernes, sumándose a la crisis del conglomerado Evergrande. A diferencia de otros países más expuestos a las inversiones del gigante asiático, España prevé un impacto mínimo por el efecto contagio, ya que ha sufrido menos turbulencias por la incertidumbre del sector tras el alza de los tipos de interés.

Zhongzhi, uno de los mayores bancos en la sombra de China, ha solicitado la liquidación por quiebra ante un tribunal de Pekín, que ha aceptado su petición, según un comunicado del juzgado. La compañía ha alegado que no podía pagar sus deudas vencidas y que sus activos eran insuficientes para cubrir todas sus obligaciones.

Debía el doble de lo que tenía

La empresa, que llegó a administrar 140.000 millones de dólares (123 millones de euros) en su punto álgido, estaba bajo investigación de las autoridades pekinesas por presuntos delitos no especificados desde el pasado mes de noviembre, cuando se declaró insolvente con una deuda que duplicaba sus activos.

Zhongzhi reconoció entonces que debía entre 420.000 y 460.000 millones de yuanes (entre 53.980 y 59.120 millones de euros), mientras que sus activos ascendían a 200.000 millones de yuanes (25.710 millones de dólares). La compañía atribuyó su situación a la muerte inesperada de su fundador, Jie Zhikun, a los 52 años a finales de 2021, y a la marcha de varios directivos y empleados clave, lo que causó una parálisis de la gestión interna.

Evergrande, el Lehman chino

Zhongzhi tiene vínculos con el endeudado grupo inmobiliario Evergrande, que ha provocado un efecto dominó en el mercado chino. El coloso financiero posee el 45% de las acciones de su filial de gestión de patrimonio, Evergrande Wealth.

Evergrande, que arrastra una deuda de casi 330.000 millones de dólares, entró en impago hace dos años tras sufrir una falta de liquidez por las limitaciones impuestas por Pekín a la financiación de las promotoras con un alto nivel de endeudamiento, lo que llevó a su intervención por parte de las autoridades chinas. Ante la crisis del sector, el Gobierno ha cambiado su tono y ha anunciado varias medidas de apoyo, mientras que los bancos estatales han abierto líneas de crédito multimillonarias a diversas promotoras.