Habitaciones a precio de oro: la ley de vivienda descubre a los caseros el chollo de alquilar dormitorios
- Barcelona es la ciudad más cara para compartir piso: cuesta 535 mensuales de media y el inquilino medio supera los 30 años
- La nueva normativa prohíbe subir las rentas más de un 3%, pero deja las habitaciones en manos de una ley de hace 200 años
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La ley de vivienda, cuya última modificación entró en vigor el pasado 29 de diciembre, no tiene nada que decir sobre el alquiler de habitaciones. Un modelo que cobra cada vez más protagonismo a la hora de acceder a una vivienda, ya que el precio del alquiler de un piso entero se ha vuelto prohibitivo en ciudades como Barcelona e incluso en zonas rurales.
Compartir piso es la única forma que tienen los jóvenes barceloneses de vivir independizados: los menores de 30 años ganan de media unos 1.300 euros mensuales, pero el alquiler de un piso medio (78 metros cuadrados) asciende a 1.600 euros. Un problema que afecta también a los no tan jóvenes, ya que el encarecimiento del mercado inmobiliario provoca que sean cada vez más quienes tienen imposible comprar o alquilar una vivienda entera: el inquilino medio de una habitación tiene 32 años.
Disparadas de precio
Barcelona se ha convertido en la ciudad más cara de España para alquilar una habitación: cuesta 535 euros mensuales, casi lo mismo que un piso entero en las provincias con rentas más económicas, como Jaén. Y es que vivir solo en la capital catalana ya es un lujo: incluso un estudio individual vale 960 euros, un 79% más que un dormitorio en una vivienda compartida con otros inquilinos, según datos de Idealista.
En el último año, el precio de las habitaciones se ha disparado un 13% en la ciudad, y el de los estudios ha subido un 10%, según el portal inmobiliario. No hay motivo para que la escalada frene: si bien la ley de vivienda limita al 3% las subidas de alquiler para 2024, este tope sólo se aplicará a los pisos, mientras que los dueños que decidan alquilar habitaciones tendrán barra libre para hacerlo.
Hacia el modelo londinense
De hecho, se espera que los precios de las habitaciones continúen escalando ya que, como la demanda de vivienda es muy elevada y la oferta es muy limitada, ello ha provocado un encarecimiento de los inmuebles. Al limitar las subidas de alquiler por ley, se provoca que los caseros busquen alternativas como los pisos turísticos -que Cataluña acaba de regular por la vía del decretazo-, los contratos de media estancia o el alquiler por dormitorios.
Hasta ahora, era habitual que varios inquilinos se pusieran de acuerdo para compartir la vivienda y pagar conjuntamente el alquiler. Sin embargo, fuentes del sector inmobiliario aseguran que cada vez es más habitual que los propietarios dividan su piso -incluso mediante reformas- para alquilar directamente por habitaciones separadas, un modelo que aún no estaba tan extendido en Barcelona como en otras ciudades -por ejemplo, Londres-, donde hace años que los caseros aprovechan la escasez de vivienda para lucrarse con este modelo. En la capital británica, un dormitorio individual simple en un barrio humilde ya cuesta cerca de 1.000 euros mensuales.
Una norma del siglo XIX
"En las habitaciones no se aplica la ley de arrendamientos urbanos, se aplica el Código Civil del siglo XIX", explica Arantxa Goenaga, abogada especializada en derecho inmobiliario. La socia de Círculo Legal recuerda que se trata de "un contrato entre dos partes" y, en consecuencia, "se rige por una normativa antiquísima" que sólo tiene cuatro artículos, es decir, que en la práctica "no hay regulación".
Más allá de la elevada rentabilidad, esto conlleva un beneficio adicional para el propietario, un menor riesgo de que los inquilinos dejen de pagar y se conviertan en inquiokupas. En el caso de las habitaciones, la regulación es mucho menor que con las viviendas completas, de modo que el inquilino cuenta con menos protecciones y garantías, en favor del dueño. La ley de vivienda pasa por alto el modelo habitacional que más crece en las ciudades.