Un cliente en una tienda de vinos

Un cliente en una tienda de vinos EP

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El vino, la bebida que intenta ganarse a la generación Z

  • Los datos sobre la caída en el consumo joven alarman al sector
  • La mayoría bebe cerveza y un 42% 'pasa' de probar el caldo
27 octubre, 2023 23:30

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Preocupación en el sector del vino. Los productores españoles asisten alarmados a la caída en el consumo entre los jóvenes, que optan mayoritariamente por la cerveza, mientras que el caldo es cada vez más minoritario, incluso residual, en este grupo de edad.

La escasa cultura del vino que existe en países como Estados Unidos dificulta la exportación de este producto. Sin embargo, más inquietante resulta todavía que en países como España donde sí había esta cultura las nuevas generaciones la estén abandonando.

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Un 42% 'pasa' de probarlo

Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) muestran que casi dos tercios (65%) de los jóvenes de entre 16 y 24 años beben cerveza al menos una vez al mes, pero sólo un 23% prueba el vino con esta misma frecuencia. Una proporción que es mucho más equilibrada en el conjunto de la población, jóvenes y mayores: un 55% consume cerveza una o más veces al mes y un 53% bebe vino.

De hecho, una parte muy significativa de este grupo de edad (16 a 24 años) ni tan solo ha probado el vino en su vida: un 42% nunca ha consumido este caldo, mientras que cuesta encontrar jóvenes que desconozcan la cerveza (13%). Ya en 2018, un informe de Lidl alertaba de que los menores de 35 años sólo gastan en vino 23 euros al año, muy por debajo de la media nacional de 63 euros.

Vino blanco

Vino blanco EE

Blanco antes que tinto

Para contrarrestar esta tendencia, en el sector hay quien ya reclama campañas publicitarias para recuperar a la juventud. No sólo por parte de las denominaciones y bodegas de forma separada, sino a través de la colaboración entre todas las marcas para que el vino en su conjunto gane terreno.

También se ha detectado que, dentro de las nuevas generaciones, aquellos que sí disfrutan del vino tienden a abandonar el tinto y beben sólo variedades de uva blanca. Un cambio que también preocupa, pero menos, ya que permite una adaptación a los viticultores.

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El campo pide apoyo para sobrevivir

En cambio, si en el futuro el vino va cediendo terreno a las bebidas espirituosas de mayor graduación para las ocasiones especiales y a la cerveza y los refrescos gaseosos alcohólicos para el consumo habitual, se perderá un sector vital para la economía española, que sustenta la España vaciada y contiene la despoblación. Regiones enteras dependen del impacto económico que genera beber vino.

Lejos de sentirse apoyados por la Unión Europea, los productores lamentan el "talibanismo contra el alcohol" de las instituciones comunitarias, a las que reclaman que distingan entre el vino -que con moderación puede ser incluso beneficioso- y un consumo perjudicial como el tabaco o el exceso de alcohol. También echan de menos apoyo a la agricultura en un momento en que el campo cede protagonismo a instalaciones fotovoltaicas o eólicas.

Las fuentes consultadas inciden en que esta transformación ecológica es necesaria, pero que no debe asfixiar a un sector que mantiene vivas las zonas rurales. En otras palabras, de nada sirve restringir, en pos de la sostenibilidad, la agricultura española si ésta desaparece y se acaban importando los mismos productos de países extracomunitarios exentos de estas estrictas regulaciones.