La oferta por Nissan dispara la especulación en la empresa sueca de Bañuelos
QEV Technologies, el grupo de movilidad eléctrica controlado por el empresario, es socio del único consorcio interesado en los antiguos terrenos del fabricante japonés en la Zona Franca
1 noviembre, 2022 00:00Finalmente, el nombre de Enrique Bañuelos estará unido al de los terrenos que ocupaba el fabricante de automoción japonés Nissan en la Zona Franca. Un hecho que ha tenido como primera consecuencia un terremoto especulativo a casi 2.300 kilómetros de distancia. En concreto, en Estocolmo, donde cotiza lnzile, la empresa de movilidad eléctrica controlada por el empresario, cuyo precio no ha parado de sufrir fuertes oscilaciones desde que se ha conocido la noticia.
Precisamente, QEV Technologies, el socio que junto al grupo logístico Goodman y a BTech conforma el consorcio que ha presentado la única oferta para darle una segunda vida al espacio ocupado durante años por Nissan, es la sociedad que Bañuelos empleó en su día para invertir en Inzile, un pequeño fabricante de furgonetas eléctricas cotizado en el mercado sueco de empresas en desarrollo.
Montaña rusa
Víctima de una enorme caída en lo que va de 2022 a raíz de múltiples dudas generadas por su futuro y por los informes de los auditores acerca de la operación que llevó a QEV Technologies a tomar su control, Inzile se disparó este lunes más de un 10% en apenas unos minutos después de que se confirmara que hasta la mesa del Consorcio de la Zona Franca de Barcelona (CZFB) solo había llegado la propuesta del hub de descarbonización participado por QEV.
Un movimiento al que no tardó en suceder un vertiginoso descenso que llevó a Inzile a volver a cotizar en precios muy próximos a los del último cierre, el del pasado viernes. Posteriormente, los dientes de sierra continuaron hasta el final de la sesión, que acabó para el valor con avances muy moderados.
Las dudas sobre los efectos que podría tener para Inzile el desembarco de QEV en un proyecto como el de las instalaciones de Nissan son un caldo de cultivo poco menos que perfecto para los especuladores y más para un valor cuya capitalización apenas supera los 15 millones de euros al cambio debido a los descensos protagonizados en los últimos meses.
Además, la decisión del CZFB aún no es definitiva, toda vez que la mesa de contratación deberá reunirse aún en dos ocasiones más para la apertura de otros dos sobres en los que están depositados diferentes aspectos de la propuesta del consorcio de QEV para adjudicarse el uso de los terrenos durante 50 años, prorrogables por otros 20.
El precedente de BCN World
QEV Technologies forma parte de la etapa de Bañuelos como empresario en el ámbito de las energías limpias y la electromovilidad, que sucede a otras anteriores en sectores igualmente en auge en aquellos momentos como el inmobiliario, tanto en España como en Brasil, y posteriormente la industria de defensa y tecnología, con su inversión en Amper.
A su etapa inmobiliaria corresponde un primer intento de hacer de Cataluña el eje principal de sus negocios, hace 10 años. A través de Veremonte, el holding que confeccionó en Brasil para conformar una de las mayores promotoras inmobiliarias del país a base de operaciones corporativas, Bañuelos acordó con una Generalitat liderada entonces por Artur Mas el desarrollo del complejo BCN World.
Con la intención de rivalizar con Madrid en la atracción de capital internacional para macrocomplejos de ocio, el Govern se echó en brazos del empresario afincado en sus orígenes en la provincia de Valencia sin que ninguno de los intentos que se llevaron a cabo llegara a cristalizar dado que las promesas de inversión nunca se tradujeron en realidades tangibles.
En este sentido, el proceso de concesión de las instalaciones de la Zona Franca que ocupaba Nissan lleva aparejada la firma de un compromiso de inversión de 100 millones de euros, que supondrá una prueba de fuego para el consorcio, por ahora solo aspirante a hacerse con el contrato.
Líneas de negocio
Precisamente a raíz de este fracaso, Bañuelos optó por cambiar de sector e introducirse en el por entonces mucho menos desarrollado de las energías limpias a través de la iniciativa de una competición deportiva entre vehículos eléctricos que fuera capaz de rivalizar con la todopoderosa F1.
Con la experiencia de la Fórmula E, Bañuelos creó QEV Technologies y profundizó en la movilidad eléctrica con varias líneas de negocio, entre ellas la del turismo, merced a diversos acuerdos con grupos hoteleros, especialmente en Baleares.
Mover dinero
Un paso más le llevó a Escandinavia para la adquisición de la mayoría del capital de Inzile a través de una doble ampliación valorada en unos 50 millones de euros que dejó a QEV como socio mayoritario, en un proceso que generó multitud de recelos en los auditores al constatar que el consejo de la empresa sueca dio luz verde a la maniobra sin la preceptiva valoración de activos.
Una década después del fiasco de BCN World, Bañuelos vuelve al entorno de la Administración catalana para hacer negocios. A la espera de conocer el desenlace, el movimiento ya empieza a mover dinero en los mercados, aunque sea a pequeña escala.