Libertad para el oficial del barco que hundió un pesquero

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La tregua de los estibadores acaba también con la huelga encubierta

Los puertos vuelven a registrar los niveles habituales de productividad, a la vez que los sindicatos desconvocan los paros de la semana que viene

16 febrero, 2017 00:00

La lucha en el sector de la estiba está en punto muerto. Fomento ofreció el miércoles posponer la aprobación del decreto que tiene que liberalizar el sector a cambio de desconvocar la huelga prevista para los días 20, 22 y 24 de febrero, y de que trabajadores y patronal se sentaran a negociar otra vez. Los estibadores aceptaron, al tiempo que la productividad que registraban los puertos en la carga y descarga de mercancías recuperaba su nivel habitual.

Las acusaciones de estar llevando a cabo una huelga encubierta han durado toda la semana y parte de la anterior, desde que el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, anunciara un decreto ley que reformará el sector profundamente. Los estibadores lo consideran el fin de unas negociaciones con la patronal, Anesco, que han durado dos años, y el causante de la precarización de su profesión.

Fue el "enfado" ante la decisión unilateral del Gobierno que los llevó a producir menos, según fuentes del sindicato mayoritario, la Coordinadora Estatal de Trabajadores del Mar (CETM). Tanto Fomento como fuentes de los puertos con más actividad de España –Valencia, Barcelona y Algeciras–, atribuían el descenso en la productividad a una huelga encubierta, una "marcha lenta".

Vuelta a la normalidad

La tregua ha coincidido con una vuelta a la normalidad de los puertos. El miércoles de la semana pasada, centenares de camiones colapsaban los accesos al puerto de Barcelona. Las colas kilométricas fueron causadas, según fuentes no oficiales, por la lentitud de los estibadores en su trabajo.

El Ministerio se basaba en datos proporcionados por las empresas de estiba para afirmar que la productividad estaba entre un 85% y un 95% por debajo de lo estipulado en el convenio. Los estibadores aseguraban que lo cumplían. Ahora, una semana después, desde el puerto de la capital catalana aseguran que la situación se ha normalizado casi por completo. Lo mismo pasa en Valencia y Tarragona.  

Impacto económico

Lo delicado de la situación la explican las cifras. Un bloqueo en los puertos españoles paralizaría el comercio de todo el país. Según datos del Ministerio de Fomento, un 78% de las importaciones y un 57% de las exportaciones se realizan a través de los puertos. Esto movió un total de 366.000 millones de euros en 2015, último año del que se disponen datos. Las pérdidas que calculaban fuentes portuarias en Valencia eran de entre 10 y 12 millones de euros diarios.

Aunque el primer punto crítico se ha superado, si los sindicatos y la patronal no llegan a un acuerdo antes del viernes de la semana que viene, y, por tanto, el Consejo de Ministros aprueba el decreto sin introducir ningún cambio, los estibadores están dispuestos a continuar con la lucha y convocar una huelga que se alargue lo que dure el decreto.