Mas d'Enric, una de las prisiones catalanas donde crece la inseguridad / EFE

Mas d'Enric, una de las prisiones catalanas donde crece la inseguridad / EFE

Vida

Crece la inseguridad en las prisiones catalanas por la falta de personal

Las agresiones en Mas d’Enric, donde Carme Forcadell se encuentra en prisión preventiva, se cuadriplican en 2019

28 julio, 2019 00:00

Aumentan las agresiones en las cárceles catalanas por la falta de funcionarios. Si en 2018 el incremento fue del 53%, con un total de 49 episodios violentos con reclusos, frente a los 32 que se registraron el año anterior, la escalada de incidentes en los penales del territorio continúa. En el caso de Mas d'Enric, centro en el que se encuentra en prisión preventiva la expresidenta del Parlament Carme Forcadell, se han cuadriplicado, según denuncia el sindicato CSIF.

En lo que va de año, se han producido 13 agresiones a vigilantes, frente a las tres que se registraron en todo 2018. "No es exclusivo de este penal, pasa en muchas prisiones de Cataluña, como Quatre Camins o la de Ponent, en Lleida", explica Alberto Gómez, responsable de esta sección del sindicato, a Crónica Global. Y lamenta que es un mal endémico que llevan sufriendo una década. ¿El motivo? "La falta de personal. No se convocan oposiciones desde 2009, y continuamos a la expectativa, a ver si la Generalitat decide tomar medidas", reclama un trabajador de Mas d'Enric. Según los datos del Departamento de Justicia, la plantilla de los centros del territorio ha disminuido en 414 empleados en el último ejercicio.

"Inacción de la directiva"

¿Qué ha sucedido para que las agresiones se cuadrupliquen? "Lo achacamos a la inacción de la directiva. Si un interno protagoniza un altercado grave y no se produce una sanción, el resto entiende que puede hacer lo mismo sin tener consecuencias graves. Si se produce un incidente, puede permanecer un día aislado, cuando hace años podría llevarle a permanecer en régimen cerrado una temporada. Y en caso de agredir a un funcionario, a pasar un año en rehabilitación, para que aprenda a controlar la agresividad", cuenta este vigilante.

Gómez sostiene que la inseguridad se debe a la falta de personal. "Una sola persona tiene que estar a cargo, en ocasiones, de 40 internos", lamenta. La situación se ha agravado durante los meses de verano, cuando muchos trabajadores disfrutan de sus vacaciones. En el caso de Mas d'Enric se ausentará el 25% de la plantilla y, para suplir a 100 personas, han aprobado un refuerzo de siete vigilantes, cuenta uno de ellos. Y advierte de que así "no se puede garantizar la seguridad".

Peleas e incendios

Este trabajador, de la sección sindical CSIF en Mas d’Enric, relata que en los últimos tiempos han tenido que hacer frente a un aumento de las peleas e incluso a incendios, con escasos efectivos. Una situación que no solo pone en peligro a los trabajadores, sino también al resto de internos. "Esta semana se ha producido una pelea grave entre dos de ellos. Pero desde que se da el aviso, hasta que llegan los efectivos, pasa el tiempo suficiente para que uno acabe en la enfermería con lesiones importantes. Y es que solo había un funcionario en el patio para evitar el enfrentamiento. Si en lugar de seguir pegándose entre ellos, les da por agredir al compañero, ¿qué hubiera pasado?", cuestiona.

Imagen aérea de la prisión de Mas d'Enric, donde los tres acusados de violación en Cambrils están en prisión preventiva / GOOGLE MAPS

Imagen aérea de la prisión de Mas d'Enric, donde los tres acusados de violación en Cambrils están en prisión preventiva / GOOGLE MAPS

Dos o tres trabajadores velan por la seguridad de cada módulo, que cuenta con entre 80 y 120 internos. "En los turnos de tarde tenemos un solo compañero en un polideportivo y otro para cubrir el área educativa que, según su responsable, para funcionar de manera correcta debería tener tres, como mínimo, en cada una", explican. En este penal, que se inauguró en 2015, los internos han provocado ya cuatro incendios. Uno de ellos en la lavandería. "Nosotros no tenemos formación para apagar un fuego, pero la falta de aplicación del reglamento impide disuadir a los internos que se comportan de la misma manera", cuenta este vigilante.

Primeros grados

A la falta de personal se suma la laxitud de la dirección a la hora de aplicar primeros grados --régimen cerrado-- a los presos que protagonizan un altercado, según señalan desde el sindicato. ¿El motivo? "Una política del Departamento de Justicia. Es una cuestión de estadísticas, porque una prisión que tenga un ratio de primeros grados muy elevados, automáticamente las coordinadoras de derechos humanos acusan al centro de ser demasiado duro, y sostienen que el preso tiene muy pocas oportunidades de reinserción. Nosotros creemos en el modelo penitenciario catalán, que se basa en interactuar con el interno, pero también que se debe invertir en seguridad", subraya Gómez.

"Se invierte en la modernización de las prisiones para evitar que cuando el preso obtenga la libertad se encuentre desubicado, pero si solo se refuerza ese aspecto y no hay personal suficiente para evitar peleas, entonces la labor no está completa", señalan desde la sección sindical de Mas d'Enric.

Inyección presupuestaria 

El reclamo, tras nueve años sin nuevas promociones de funcionarios, es una inyección presupuestaria para aumentar el personal y así poder garantizar la seguridad en las prisiones del territorio. Por el momento, pese a las sucesivas peticiones de los trabajadores, no han obtenido respuesta por parte de la Dirección de Servicios Penitenciarios.

"La inseguridad en los centros es palpable y capeamos el temporal como podemos. Pero no deberíamos depender de la experiencia de una persona que lleva 20 años en el oficio para salvar la situación, porque llegará un día en que nos veamos desbordados", alertan desde CSIF.