La expresión catalana sobre el dinero que define el carácter de los catalanes
- Un poco conocido dicho parece jugar con el estereotipo que se tiene de Cataluña
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El catalán tiene fama de tacaño. Es un cliché, un estereotipo, un topicazo, pero como muchos saben estas convenciones son más una generalización con alguna traza de verdad, pero sobre todo, están hechas para darle la vuelta a todo.
Esta no es el único estereotipo que define a los catalanes. Hay otros que hablan de que son gente reservada. Ellos prefieren decir que si bien ponen dificultades a la hora de entrar en su círculo, cuando se entra, protegen con uñas y dientes a los suyos.
Puede ser. Ya dice el refrán que cuando el río suena, agua lleva. Claro que también un dicho catalán, que parece dejar entrever que sí, que el catalán no se fia ni de su propia sombra. O, cuanto menos, que es precavido incluso con los amigos.
La expresión menciona a los zapateros, pero nada tiene que ver con eso de zapatero, a tus zapatos. Claro que, a modo de juego, también acaba atacando a este pobre gremio, aunque no se refiera a estos trabajadores.
Cómo es el dicho
El dicho en cuestión no es muy conocido en Cataluña, no hay que engañarse. Tal vez, porque muestra ese rasgo suyo de personalidad. Se trata de Sabater amic o parent, calça car i més dolent. Esta expresión, que literalmente se traduce como "Zapatero amigo o pariente, calza caro y más malo". Y lo dicho, nada tiene que ver con esta humilde y digna profesión.
Más bien, este refrán, transmitido de generación en generación, encierra en sí mismo un halo de desconfianza que habla mucho del carácter catalán. Tanto que traspasa las fronteras del tiempo y el espacio para hablar de una verdad universal sobre la naturaleza humana y las relaciones sociales. A veces lo que parece una buena idea, un gesto de confianza puede acabar mal.
Análisis de la expresión
En su aparente simplicidad, la expresión encierra una lección atemporal sobre el valor del dinero, la confianza y las complejas interacciones entre individuos. Primero apunta a un aspecto positivo, uno trata de confiar siempre en alguien cercano, un amigo, conocido e incluso familiar.
La segunda parte del refrán, calça car i més dolent, sugiere en cambio que esa confianza depositada en ese amigo o pariente para que le haga un favor, del tipo que sea, le puede resultar caro. Y no solo a nivel económico.
Significado real
Para muchos, esta expresión es algo que “sólo podría decir un catalán”. Lo dicen aquellas personas que son del parecer que los catalanes sospechan antes de confiar. Y lo hacen incluso con los suyos.
Algunos van más lejos y creen que es la idea subyacente refleja una actitud aún peor de los catalanes. Por un lado, que eso prestar dinero o pedir algo a alguien es mejor evitarlo. Por el otro, que se ha de ir con cuidado en quien se confía porque uno puede aprovecharse de la generosidad o buena voluntad de los demás.
Realmente, el dicho va mucho más allá de los catalanes. Es cierto, no hay un equivalente parecido en castellano, pero eso no significa que se aplique solo a ellos. El dicho simplemente recuerda la importancia de la prudencia y la cautela en las interacciones con los demás, especialmente en asuntos financieros, dicen algunos.
Más allá de en qué idioma se diga la expresión, el que la dice solo busca en el otro una reflexión sobre el acto de confianza que va a llevar a cabo. Es decir, que piense que a pesar de la confianza, a veces, de un favor, puede venir un malentendido. Por tanto, es mejor considerar las posibles consecuencias de nuestros actos, especialmente cuando se trata de asuntos relacionados con el dinero.