Cuando se habla de apellidos comunes en España, es inevitable mencionar a García. Hay 1.449.474 personas que lo llevan de primer apellido, y 1.469.550 de segundo. De estos, 168.120 viven en Cataluña, donde también es el nombre de familia más común.
Es un dato sabido, no es novedad, como tampoco lo es cuáles son los que siguen: los Rodríguez y González en el conjunto de España y los Martínez y López en territorio catalán. Lo que no es tan conocido es que el apellido más común, García, es también el nombre de un pueblo de Cataluña. Y con mucha historia.
Para empezar este municipio de 547 habitantes puede decir que es uno de primeros asentamientos íberos entierras catalanas. Esta civilización, conocida por su rica cultura y su habilidad en la metalurgia, eligieron esta ubicación estratégica por su proximidad al río Ebro y a las tierras fértiles que lo rodean.
Como pasó en otros lugares parecidos, con la llegada de los romanos, el pequeño pueblo se transformó en una villa del Imperio, adoptando las costumbres y la arquitectura latina que dominaba gran parte de Europa.
Un pueblo con huellas romanas
La presencia romana dejó una huella imborrable en el pueblo, contribuyendo al desarrollo de su infraestructura y conectándolo con otras regiones a través de calzadas y rutas comerciales. Estas bases asentaron a Garcia como un punto de referencia en el territorio, un lugar que continuaría evolucionando con el paso de los siglos.
La historia del pueblo, de hecho, no se detuvo con el declive del Imperio Romano. En la Edad Media, fue ocupado por los sarracenos, quienes lo integraron a su red de fortalezas y asentamientos en la península. Esta dominación dejó una marcada influencia en la arquitectura y la cultura de la región, visible en algunos elementos que aún se conservan.
Lugar de nobles catalanas
El cambio decisivo llegó con la conquista del pueblo por Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona, quien lo incorporó al "Marquesado de Siurana". Esta conquista marcó el inicio de una nueva era para Garcia, que pasó a formar parte de los dominios cristianos y comenzó a consolidar su importancia estratégica en la región.
Con el tiempo, el rey Jaime II cedería el territorio, junto con otros, a su hijo, quedando bajo la dominación del Condado de Prades. Este condado, que jugó un papel crucial en la historia de Cataluña, pasó más tarde a ser controlado por la Casa Ducal de Cardona, una de las familias más influyentes y poderosas de la nobleza catalana.
En 1565, los duques de Cardona decidieron reedificar el pueblo sobre una colina para reforzar su capacidad defensiva. Esta decisión estratégica no solo les proporcionó una ventaja táctica frente a posibles invasores, sino que también definió la ubicación actual del pueblo, que se mantiene en esa colina desde entonces.
Más allá de la Edad Media, Garcia no estuvo exento de los conflictos que sacudieron España a lo largo de su historia. Durante la Guerra de Independencia Española, en 1810, el pueblo fue ocupado por las tropas del general Suchet, ocupación que dejó una marca significativa en la región, que aún recuerda aquellos días de batalla y resistencia.
El tren y la Guerra
Uno de los (pen)últimos hitos de esta localidad llegó en 1892. La construcción de un puente de hierro, destinado a la línea del ferrocarril de Madrid a Barcelona, marcó un hito en el desarrollo del pueblo. Sin embargo, la estación de tren de Garcia no se inauguró hasta 1922, quedando situada en la margen derecha del río, un símbolo del progreso que llegaba lentamente a esta localidad.
La Guerra Civil Española (1936-1939) tuvo un impacto devastador en el municipio de Garcia. Debido a su proximidad al frente de batalla, el pueblo fue bombardeado, y toda la parte alta, incluida la iglesia, quedó destruida. Esta pérdida patrimonial fue un duro golpe para la comunidad, que nunca pudo reconstruir esos edificios históricos.
El ocaso de Garcia
El fin de la guerra trajo consigo el declive del pueblo, en parte por la destrucción y en parte por la migración hacia áreas urbanas más desarrolladas. Garcia comenzó a perder población, una tendencia que lo ha llevado a ser uno de los tantos pueblos que luchan por no desaparecer en lo que se conoce como la Cataluña vaciada.
Hoy en día, Garcia cuenta con apenas 547 habitantes, pero sigue luchando por mantener viva su identidad y su historia. Las calles del pueblo reflejan una tranquilidad que contrasta con el bullicio de las ciudades cercanas, ofreciendo un remanso de paz en el corazón de la Ribera d'Ebre. El paseo fluvial que conduce hasta el embarcadero es uno de los lugares más pintorescos, perfecto para una caminata al atardecer.
Qué hacer
El entorno natural de Garcia también invita a realizar excursiones por la zona, siendo la visita al Santuario de Santa Magdalena una de las más recomendadas. Esta ermita, construida bajo una imponente roca y con un manantial de agua fresca, es un símbolo del patrimonio cultural y espiritual del pueblo.
A eso se le suma su proximidad con Siurana. Este municipio, que siempre está en los rankings de los pueblos más bonitos de España, rehúye a aparecer en ellos, pero su ubicación, su castillo medieval y sus calles lo hacen tan único como Garcia. Aunque este último se lleva el premio al mejor nombre.
Cómo llegar
Para llegar al pueblo de Garcia desde Barcelona en coche, lo más conveniente es ir por la autopista AP-7 en dirección a Tarragona. Continuar por esta vía hasta llegar a la salida 34 hacia la C-12, también conocida como la carretera del Ebro, en dirección a Mora d'Ebre. Desde aquí, se debe seguir por la C-12 hasta el desvío hacia la T-731, que conduce directamente a Garcia.
Este trayecto tiene una duración aproximada de unas 2 horas y 15 minutos. Un tiempo similar es el que se tarde desde otra vía, la autopista AP-2.