Un grupo de jóvenes mirando sus teléfonos móviles

Un grupo de jóvenes mirando sus teléfonos móviles CG

Vida

El 54% de los jóvenes llaman a teléfonos de atención al cliente porque se sienten solos

  • La psicóloga Mireia Anglès, especializada en prevención del suicidio, advierte que la soledad no deseada en la juventud ya es un problema de salud pública
  • Las redes sociales han demostrado tener un impacto negativo sobre la salud mental e, incluso, aumentar las conductas suicidas
3 marzo, 2024 00:00

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Llamar al teléfono de atención al cliente de cualquier empresa para resolver dudas o incidencias suele ser un calvario: esperar durante largo tiempo, frustrarse explicando lo mismo a varias personas, oír música de ascensor en bucle y marcar el código de diferentes departamentos hasta dar con el adecuado.

Sin embargo, para cuatro de cada diez españoles se ha convertido en una forma de terapia y un recurso contra la soledad. El 43,5% de las personas llama a atención al cliente “para hablar con alguien”, según los resultados de un estudio realizado por la empresa de comunicación Ringover. La mayoría de ellos lo han hecho porque se sentían solos, necesitaban que alguien fuera amable con ellos, querían interactuar con alguien que no les conociera, estaban aburridos o porque nadie más estaba libre para hablar. Sin embargo, un 17,3% de los encuestados que afirmaron llamar a estos servicios por motivos ajenos a la propia empresa confesó que lo había hecho después de tener pensamientos suicidas o de autolesión.

La soledad se agrava en la juventud

“Siempre hemos relacionado la soledad no deseada con la vejez, pero ahora vemos que el problema es más grave en la adolescencia y la juventud”, explica Mireia Anglès, psicóloga y psicopedagoga especializada en la prevención del suicidio, a Crónica Global.

La soledad no deseada entre los jóvenes se ha convertido en un problema de salud pública agravado por el confinamiento

La soledad no deseada entre los jóvenes se ha convertido en un problema de salud pública agravado por el confinamiento EUROPA PRESS

Así lo muestran los datos de esta estadística. El 54,3% de los jóvenes entre 18 y 24 años ha llamado a atención al cliente para socializar y en el grupo superior, de 25 a 34 años, también son más de la mitad, el 53,1%. La cifra va descendiendo a medida que aumenta la edad, hasta el 19,4% en la población mayor de 65 años.

Anglès asegura que “estamos delante de un problema social que ha ido creciendo hasta convertirse en un problema de salud pública”: los jóvenes se sienten solos pese a estar hiperconectados a través de la tecnología.

Desconocimiento de los recursos disponibles

El problema, analizando estos datos, es que “hay mucho desconocimiento acerca de los servicios públicos que existen, por eso hay gente que usa el teléfono de atención al cliente”, considera Anglès. “La vinculación es algo inherente al ser humano, así que utilizamos todo aquello que vemos a nuestro alcance”, explica.

Mireia Anglès es directora de proyectos y voluntariado en la Fundació Ajuda i Esperança, que gestiona, entre otros, el famoso Teléfono de la Esperanza, un servicio gratuito y disponible las 24 horas todos los días del año para acompañar de manera confidencial y anónima a todas aquellas personas que sientan que necesitan ser escuchadas en un momento de soledad, tristeza, ansiedad o crisis emocional.

Encuentro de voluntarios de la Fundació Ajuda i Esperança

Encuentro de voluntarios de la Fundació Ajuda i Esperança Fundació Ajuda i Esperança (Twitter)

Además, la entidad tiene otros recursos como el Teléfono de Prevención del Suicidio o el Chat de Apoyo Emocional para dar respuesta a un amplio abanico de situaciones gracias a sus 400 voluntarios.

En la Fundación han detectado que “la pandemia y el confinamiento causaron grandes estragos en la salud mental de adolescentes y jóvenes”, pero también que éstos tienen más dificultades para acceder a los servicios disponibles por desconocimiento. “No sabíamos a dónde estaban acudiendo”, confiesa Anglès al conocer que más de la mitad de los adultos jóvenes llaman a atención al cliente buscando el tipo de apoyo que ofrece Ajuda i Esperança.

Desconexión personal

Según los datos cualitativos recogidos por la Fundación, “los jóvenes se sienten solos pese a tener vínculos familiares y de amistad”. Las redes sociales han demostrado tener un impacto negativo sobre la salud mental de las generaciones más jóvenes, hasta el punto de aumentar las tasas de conductas suicidas, según numerosas investigaciones académicas: “Tienen un efecto adverso en las relaciones interpersonales presenciales”, advierte la psicóloga, dejando de lado otras secuelas como la presión estética o el ciberacoso.

Una mujer joven mira el teléfono móvil

Una mujer joven mira el teléfono móvil EUROPA PRESS

Anglès detalla que “muchas personas tienen gente cercana que les quiere, pero no saben expresarles sus miedos, ni pedir apoyo cuando lo necesitan”. La forma en la que nos relacionamos ha cambiado mucho desde el cambio de milenio y “nuestros jóvenes son conejillos de indias” en este nuevo sistema basado en la comunicación digital.

Un problema estructural

Después de la pandemia “han saltado todas las alarmas y las administraciones se han puesto a trabajar sobre el tema de la salud mental”, relata Anglès, pero “se trata de un problema estructural de nuestra sociedad y el modelo socioeconómico no ayuda”. La psicóloga recuerda que, como seres sociales, “necesitamos ser escuchados” y contar con una red de apoyo.

“Hemos tenido llamadas en las que simplemente nos han pedido que les felicitáramos el cumpleaños y a menudo nos agradecen el simple hecho de escuchar”, asegura la psicóloga, que reivindica reformar el modelo con el que las pantallas han irrumpido en las relaciones humanas y educar emocionalmente desde la primera infancia.