Vicente Escribano, directivo y escritor

Vicente Escribano, directivo y escritor Cedida

Vida

Vicente Escribano: “Me gusta la idea de Europa para superar conflictos"

Tras haber viajado por todo el mundo trabajando para multinacionales y para el ACNUR, Escribano se dedica a escribir novelas que ayudan a entender otras culturas

8 julio, 2023 23:34

Noticias relacionadas

Hace más de veinte años, aburrido en el aeropuerto de Estambul  durante un viaje de negocios, Vicente Escribano (Valencia, 1953) entabló una curiosa conversación con el viajero de al lado, un empresario griego de Tesalónica, judío sefardí. “Cuando le dije que era español, él me respondió, 'yo también'", se ríe. Era la primera vez que escuchaba hablar a alguien en “ladino”, el español antiguo que aún conservan los judíos que vivían en España antes de que los expulsaran los reyes Católicos, y la comprobación de la “leyenda" de que todas las familias sefardíes conservan la llave de la casa que tuvieron que abandonar hace siglos por la fuerza.

“La historia de los judíos y su relación con España siempre me han despertado curiosidad. ¿Por qué han sido perseguidos en tantas culturas distintas? ¿Cómo pudieron ser excluidos y expulsados de la península de una manera tan cruel?, se plantea Escribano una soleada mañana de junio en El Masnou, el municipio del Maresme que ha convertido en su hogar desde que se jubiló, hace tres años.

La historia de Benjamin

Químico de profesión, Escribano ha viajado por los cuatro continentes, primero como directivo de multinacionales de diversos sectores, luego como responsable global de la cadena de suministros del ACNUR, la agencia de la ONU para los refugiados. Ahora, ya jubilado, se dedica a volcar sus intereses y experiencias personales escribiendo novelas de ficción que transpiran su pasión por viajar y comprender otras culturas e identidades.

Vicente Escribano, directivo y escritor

Vicente Escribano, directivo y escritor Cedida

Su última novela, La casa del judío (Mareotis, 2022) es un buen ejemplo de ello: inspirándose en anécdotas personales como su encuentro con el empresario sefardí en el aeropuerto de Estanbul, los años que vivió en Córdoba, hogar de decenas de sefardíes, o sus frecuentes viajes a Oriente Medio, Escribano narra la historia de Benjamin, profesor de la universidad de Berkeley, en San Francisco, interesado en explorar su identidad sefardí. La novela nos lleva por la Córdoba del siglo XV, pasando por Lisboa, Sevilla y Cuba, para luego viajar a San Francisco, la París recién liberada de los nazis, un kibutz en Palestina y volver a Córdoba bajo la dictadura franquista.

Libros que huyen del populismo

“Benjamin quiere hacerse una mejor idea de sí mismo. Y se da cuenta de que no es tan fácil”, explica Escribano, que ha utilizado su propia experiencia viviendo en un kibutz para entender las reflexiones de su personaje. Al viajar a Israel, Benjamin, igual que el autor, se da cuenta de la paradoja de que “después de estar tan perseguidos, ahora los judíos sean capaces de hacer tropelías”, dice, en referencia al conflicto Israel-Palestina. Una de las frases que ha querido mantener igual en el libro es la que le soltó un judío-uruguayo durante su estancia en el kibutz: “Vicente, no te engañes, los árabes solo entienden la mano dura”.

Ante este comentario, “lo fácil” sería generalizar que los israelíes son unos racistas, pero Escribano insiste en que el mundo “no es blanco ni negro, como nos quieren hacer creer los populismos”. Y sus novelas van un poco de esto, de “huir de prejuicios e ideas fijas”, de saber observar el mundo y sus distintas realidades con sentido crítico, una capacidad que parece estar bajo mínimos hoy en día.

Terraplanistas y conspiraciones

“Me cuesta creer que en el siglo XXI tengamos terraplanistas, antivacunas y conspiranoicos. ¿Cómo se explican tantas credulidades?”, comenta Escribano, convencido de que la falta de sentido crítico favorece la difusión de opiniones y datos infundados en las redes sociales.

'La casa del judío', libro de Vicente Escribano

'La casa del judío', libro de Vicente Escribano

Por otro lado, sus ocho años como directivo del ACNUR —”la mejor experiencia laboral de mi vida” — le han permitido viajar por las regiones más desfavorecidas del mundo y constatar que desde Occidente a menudo se ha actuado con “esa concepción equivocada de sentirse superior, con la idea de “voy a ayudarte pero te voy a decir cómo tienes que hacer las cosas”. “Hay que aportarles dignidad, desde su punto de vista, comprendiendo su cultura e involucrándolos en encontrar soluciones”, dice.

Además, añade, su experiencia con el ACNUR en países africanos o de Asia Central le ha dado la oportunidad de contactar con gente “que asume las dificultades de forma más natural que aquí. Aquí hay cosas que nos molestan, y hay otras muchas cosas que nos sobran, mientras en el tercer mundo asumen de forma más natural que la vida sigue”.

África y 'La fábrica de zapatos'

Su conocimiento de África quedó bien plasmado en su novela anterior, La fábrica de zapatos (Mareotis), protagonizada por un inmigrante gallego que viaja a Goma, capital de la región e los Kivu, en la República Democrática del Congo, en los años 30 para adquirir una plantación de caucho y allí se enamora de una congoleña. En la primera novela, Es un soplo de vida, Escribano optó por centrarse en Europa. El libro narra la historia de dos hermanos italianos, Carla y Pietro, que combatirán el fascismo de distinta manera. Carla vivirá los últimos años de una República convulsa en Barcelona. Marchará al exilio y dará a luz en la maternidad de Elna. Pietro huye de la justicia italiana. Pasa clandestinamente a Libia y a Egipto. Hace de espía en Palestina, y huye de nuevo a Londres con una identidad falsa.

“Me gusta la idea de Europa como entidad que ayude a superar conflictos”, admite Escribano. Una Europa que ayude a trascender los nacionalismos, más integrada en todos los aspectos, con menos paraísos fiscales, una política exterior común, y un solo ejército, en lugar de 27. “Pero para eso necesitamos políticos menos cortoplacistas”, concluye.