
Josefa Pérez fue la primera mujer en vacunarse en Cataluña contra la Covid-19, en la residencia de mayores Feixa Llarga de L'Hospitalet de Llobregat
Los centros catalanes de dependencia denuncian un maltrato de las Administraciones "desde hace 16 años"
La Associació Professional Catalana de Directors/es de Centres i Serveis d’Atenció a la Dependència explica la situación límite que viven las residencias de mayores
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La Associació Professional Catalana de Directors/es de Centres i Serveis d’Atenció a la Dependència (Ascad) ha intensificado su denuncia ante la situación límite que, según aseguran desde la entidad, viven las residencias de mayores.
Tras haber denunciado en un comunicado una infrafinanciación acumulada desde 2009, y los agravios que sufren los trabajadores del sector --que derivan en una peor atención--, el presidente de Ascad, Andrés Rueda, da más detalles sobre la situación.
En declaraciones a Crónica Global, Rueda lamenta el desfase de, "aproximadamente, un 22%" entre los incrementos de la financiación a las residencias y el crecimiento del IPC "desde hace 16 años".
Más allá de la insuficiencia económica, asegura que el problema también es "legislativo y de garantías".
Reparto irregular de costes entre Administraciones
Uno de los factores que provocan el descontento en Ascad es el reparto de costes asumidos entre Administraciones. Rueda apunta que la persona usuaria de una residencia debería aportar un tercio del gasto, mientras que el Gobierno autonómico y el central deberían asumir el resto.
Sin embargo, reprocha que "el Gobierno central está financiando tan solo en torno al 17% de los gastos, mientras que el autonómico aporta más de lo que le tocaría, en torno al 40%". La suma de ambas aportaciones públicas apenas alcanza el 57%, por debajo del 66% que correspondería según el modelo ideal.
Absentismo como consecuencia de las malas condiciones
Otro punto que provoca aún más estrés en el sector son los retrasos en los pagos: "En febrero cobramos las transferencias de diciembre por parte de ambos gobiernos, en marzo tocaba cobrar las de enero y no las han pagado, y en abril tocaría cobrar lo de febrero. Y así sucesivamente. Normalmente van dos meses atrasados, y ahora, al no pagar febrero, ya son tres meses de retraso. No entendemos por qué hacen esto", señala.
El coste total de una plaza residencial, recuerda el presidente de Ascad, depende del grado de dependencia y de la situación económica de cada persona. "En función de los gastos, puede oscilar entre 500 y 1.300 euros mensuales" que abonan las administraciones, y, en total, "alrededor de 1.150 y 2.200 euros" por plaza. Aunque las aportaciones varían, las cifras se alejan de la capacidad económica de muchas familias, y el sistema público no está compensando esa diferencia como debería.
La falta de financiación y los retrasos de los pagos provocan falta de personal: "Hay más carga de trabajo y menos tiempo para hacerlo, ya que hay menos horas. Eso implica que a los trabajadores les duele más la espalda. Y hay un mayor absentismo. Somos el sector con más absentismo, junto al de la salud. ¿Dónde está la atención digna a nuestros padres y abuelos?", ha expresado Rueda.

Personas mayores en una residencia de ancianos
Menos material y menos cuidado a los usuarios
Según denuncia, hay falta de personal y falta de material. Y peor cuidado a los usuarios: "Estamos sin recursos, y ahora el Gobierno central se ha preocupado por bajar la jornada laboral. Esto ha hecho que perdamos 600.000 horas de trabajo al año. Al tener el mismo personal, tenemos un menor ratio por usuario. Es decir, menos tiempo para dedicar a cada usuario".
"No encontramos sustitutos. Entonces, un trabajador que está solo no puede acompañar al baño a un anciano y dejar al resto solo. Los ancianos sufren demencia o doble incontinencia. Se les da de comer más despacio al tener un menor ratio por persona. Tenemos las pastillas contadas: si un anciano la escupe, tenemos un problema. Hay falta de pañales. Estamos sobrecargados", lamenta.
Población envejecida
Este es un problema de hoy, pero también del día de mañana: "Es muy grave en un contexto de sobreenvejecimiento de la población. Las administraciones deben comprender el problema de las residencias. Tenemos un reto demográfico. El conjunto de la población va a ser un tercio más viejo en el futuro. Pedimos a todos los partidos políticos que alcancen un pacto por nuestros padres".
Hay que recordar que Cataluña tiene actualmente más de 1,5 millones de personas mayores de 65 años, lo que representa el 18% de la población total, según datos de Idescat. De hecho, en comarcas la proporción va en aumento y anticipa una mayor demanda de servicios de atención especializada.

Un anciano sentado en su cama
Sin posibilidad de manifestarse
Finalmente, al ser cuestionado sobre si Ascad medita manifestarse para expresar su malestar, Rueda lamenta que "ojalá" pudieran. "Pero es un tema delicado. Si salimos y no estamos en las residencias, los mayores no pueden comer. Y si salimos con ellos, se asustan".
"Ya tenemos dificultades en las residencias, como para ir afuera. Pretendemos que los medios de comunicación sean ventanas para que la sociedad vea lo que ocurre y decida a quién votar en función de las actuaciones de cada partido", ha concluido.