Los expresidentes de la Generalitat Carles Puigdemont y Quim Torra / EFE

Los expresidentes de la Generalitat Carles Puigdemont y Quim Torra / EFE

Política

Puigdemont frena a Torra, que quiere convocar elecciones

El de Waterloo no olvida que Torrent le vetó como candidato y se alinea con la CUP, mientras que el 'president' asume que su final está cerca, hecho que abre la carrera por la sucesión

28 enero, 2020 00:00

Quim Torra asume que su mandato tiene los días contados y que, tarde o temprano, deberá convocar elecciones en Cataluña. Ayer lo dejó entrever en su discurso parlamentario, tras constatar que ha perdido su condición de diputado y que, por tanto, no puede votar.

“No tengo afán de poder”, dijo en un Pleno caótico en el que se visualizó, y de qué manera, el enfrentamiento que la inhabilitación del president genera entre Junts per Catalunya (JxCat) y ERC. Que el presidente del Parlament, Roger Torrent (ERC), haya acatado la orden de la Junta Electoral de dejar a Torra sin escaño ha sido la gota que ha colmado el vaso. Pero desde su cuartel de Waterloo, su antecesor en el cargo, Carles Puigdemont, se resiste.

Lío interno en JxCat

Según explican a Crónica Global fuentes soberanistas, el lío interno que ahora mismo tiene Junts per Catalunya impide tener una postura unánime respecto al futuro de esta legislatura. “Torra quiere convocar elecciones, pero Puigdemont prefiere esperar”, aseguran. No es la primera vez que el expresidente impide que Torra tire la toalla

Cuando ERC desautorizó la propuesta del president de convocar un nuevo referéndum en esta legislatura, en Palau se acarició la posibilidad de convocar nuevos comicios. Pero Puigdemont lo impidió. “Su objetivo es evitar que se visualice que ERC lleva las riendas. No ha olvidado que, por culpa de Torrent, no fue investido presidente”, añaden esas fuentes.

El precedente

Se refieren al veto de la Mesa del Parlament a que el fugado fuera investido. Tampoco lo fue luego el también candidato de JxCat Jordi Turull, al no lograr la mayoría de votos de la Cámara. De ahí que fuera Torra finalmente el elegido contra todo pronóstico.

De hecho, el presidente del grupo parlamentario de Junts per Catalunya, Albert Batet, recordó aquel episodio a modo de reproche a Torrent. Batet, que se presenta como posible alternativa a Torra --dice que puede ejercer de bisagra entre Puigdemont y PDeCAT--, advirtió ayer de que, si el mandatario catalán no puede votar, no puede haber ni Govern ni presupuestos de la Generalitat para 2020.

No obstante, los independentistas se han dado unas horas de plazo para intentar recomponer la unidad perdida. Pero las posiciones son muy claras: Puigdemont cierra filas con la CUP, que ayer volvía a hacer un llamamiento a la desobediencia, en la línea del activismo secesionista que representa la Assemblea Nacional Catalana (ANC), mientras que ERC reniega de los gestos simbólicos y avisa de que enrocarse solo conduce a bloqueo.

La posición de los antisistema

Pero tampoco los antisistema lo tienen muy claro. Carles Riera, su portavoz parlamentario, rechaza la convocatoria de unas elecciones que sean respuesta al "Estado opresor". De ahí que se ofrezcan para entrar en la Mesa del Parlament --ahora no tiene representación-- para facilitar que "los derechos de los diputados no sean vulnerados". Algo que ERC no está dispuesta a consentir y califica de "brindis al sol". 

La CUP tampoco quiere facilitar la investidura de un sustituto de Torra en las filas convergentes, una vía que equipara también a un sometimiento al Estado. Y, de hecho, dentro de JxCat ya hay movimientos para elegir al sucesor. Algo que crispa bastante a Torra.

En este sentido, Puigdemont quiere marcar los tiempos electorales. Hubo momentos, durante el Pleno celebrado ayer --suspendido hasta la semana que viene-- en los que se daba por hecho un adelanto electoral. Pero JxCat no tiene claro todavía quién será su cabeza de cartel y prefiere esperar a que se resuelva la situación de Puigdemont --su principal activo guste o no a los moderados--, pendiente de que el Parlamento europeo se pronuncie sobre el suplicatorio pedido por el Tribunal Supremo para retirarle la inmunidad. Eso puede suceder en mayo o junio.