La candidatura de Puigdemont se descompone
El de Waterloo ve incontrolables a Borràs y Canadell, quien se coló como número dos; el fugado apenas aparece en los discursos de JxCat y rechaza liderar la lista por miedo al fracaso
23 diciembre, 2020 00:00¿Transversalidad o caos? Junts per Catalunya (JxCat), el partido impulsado por Carles Puigdemont con el objetivo de sumar diferentes corrientes independentistas, se aproxima al desgobierno. El liderazgo de Laura Borràs y la irrupción inesperada de Joan Canadell como número dos de la candidatura para las elecciones catalanas comienza a incomodar al de Waterloo, que se resiste a encabezar la lista por miedo a la derrota.
Según fuentes soberanistas, Borràs intenta convencerle para que sea el número uno, aunque sea de forma simbólica. Pero, en realidad, ni la exconsejera ni el propio Puigdemont quieren asumir la derrota que los sondeos de intención de voto le auguran. ¿Asiste el partido al declive de la marca Puigdemont?
Los oficialistas
Las mismas fuentes aseguran que esta es la pregunta que dirigentes del partido, sobre todo los que pertenecen al sector oficialista --Elsa Artadi, Damià Calvet, Jordi Puigneró, Albert Batet o Ramon Tremosa, entre otros…-- se hacen tras las primarias celebradas hace una semana. Unas primarias que, tal como explicaban diferentes expertos a este medio, las suele cargar el diablo, sobre todo si se hacen bien, esto es, si el aparato realmente deja libertad absoluta a sus militantes.
JxCat lo hizo y, contra todo pronóstico, el empresario y expresidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Joan Canadell, venció en la segunda vuelta de las primarias, en cuya primera votación para elegir cabeza de lista se impuso Laura Borràs. Canadell es un verso libre cuya afición a las redes sociales comienza a pasar factura a un partido que asegura ser “de izquierdas”, en un intento por desmarcarse de Convergència, sus recortes y su corrupción. Canadell es un ultraliberal que no oculta su simpatía por Donald Trump y que califica de “miseria” la gestión de las consejerías de bienestar social. Un ideario que desmonta la pretendida transversalidad de Puigdemont.
Borràs, la favorita de Torra
Pero es que, además, Borràs tampoco es la candidata favorita del fugado. Si alguien apostó por la exconsejera de Cultura, que afronta una investigación en el Tribunal Supremo por fraccionar contratos para favorecer a un amigo, fue Quim Torra. El expresidente intentó nombrarla consellera en cap cuando, el pasado septiembre, remodeló su gobierno. Era el precio que Torra puso a Puigdemont para retrasar las elecciones pero, finalmente, se impuso el criterio de este último, y Borràs quedó fuera de la ecuación.
Presentación de Laura Borràs como candidata de JxCat para las elecciones catalanas / EP
Dicho de otra manera, Puigdemont no controla ni a Borràs ni a Canadell. “Los oficialistas estarán incluidos en las listas, pero no contaban con que Canadell sería número dos. Y saben que les resta”, explica una fuente cercana a Junts.
Los sondeos adversos
Las encuestas corroboran ese declive. Según el sondeo publicado este lunes por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), Esquerra Republicana (ERC) ganaría las elecciones en Cataluña. Los republicanos obtendrían el 16,7% de los votos, seguidos por el PSC, con el 14,3%. JxCat quedaría relegada a tercera fuerza con el 9,9% de los sufragios.
Menos dramática es la encuesta del GESOP (Gabinet d’Estudis Socials i Opinió Pública) para el Centro de Estudios de Opinión (CEO) de la Generalitat, según la cual, el 16,3% de los entrevistados votaría a ERC, cifra inferior al 20,9% del último sondeo. JxCat pasaría del 8,1% a un 6%, recortando distancias con ERC, mientras que el PSC pasa del 10,9% al 9,1%.
¿Es Puigdemont un activo?
Mientras el partido debate si la marca Puigdemont es todavía un activo para el partido, los nuevos líderes de JxCat apenas mencionan al expresidente en sus discursos. “Como ya ocurría en Convergència, esta formación está dividida entre demasiadas familias. Puigdemont, Torra, los presos por el 1-O (Joaquim Forn y Josep Rull apoyaron a Calvet en las primarias), los convergentes de toda la vida…”, explica esa fuente conocedora de las tensiones que estos días se viven en JxCat.
El acto celebrado el pasado sábado fue el último intento de reimpulsar la figura de Puigdemont mediante la creación de una Asamblea de Representantes del Consell per la República, el gobierno paralelo establecido a mayor gloria del fugado, y que finalmente se saldó en un acto de partido, al que no acudió ERC. La CUP lo hizo como invitada, es decir, sin mojarse tampoco en ese órgano no oficial que promete implementar la república “por desbordamiento democrático”. O lo que eso signifique.