Carles Puigdemont, expresidente de la Generalitat, y Elsa Artadi, portavoz del Govern / FOTOMONTAJE DE CG

Carles Puigdemont, expresidente de la Generalitat, y Elsa Artadi, portavoz del Govern / FOTOMONTAJE DE CG

Política

El PDeCAT se apoyará en Artadi para tramitar las cuentas de Sánchez

Los posconvergentes, irritados con Eduard Pujol, quieren agotar el plazo para secundar los presupuestos del Estado, y forzar a ERC

5 febrero, 2019 00:00

Presión en varias direcciones. El independentismo vive un drama interno. Quiere una cosa y la contraria, pero no sabe explicar a nadie y menos a los suyos, cómo justificar la decisión adoptada. El PDeCAT es el que más sufre, porque tiene como seña de identidad la negociación y el acuerdo, por mucho proceso independentista que se haya impulsado en Cataluña. Y para lograr lo que se considera como la mejor opción, tramitar los presupuestos de Pedro Sánchez y votar a favor o en contra de aquí a dos meses, para dar margen a todas las partes, cuenta con un apoyo que puede ser esencial: la consejera de Presidencia, Elsa Artadi.

El PDeCAT se vio este lunes forzado a difundir un comunicado en el que reclama “una mesa de diálogo bilateral para encontrar una solución política al conflicto de Cataluña, con la presencia de un mediador neutral”. Si eso no llega, “el Partido Demócrata se mantiene en la no aprobación de los presupuestos y presentaremos una enmienda a la totalidad”.

Retirar las enmiendas

Eso podría llegar este viernes, de cara a la votación en el Congreso el próximo martes y miércoles, con el debate presupuestario en el parlamento. Serán días de margen, teniendo en cuenta que esa enmienda a la totalidad se puede retirar en el último momento, antes de votar todas las enmiendas, sin aparecer, por tanto, de la mano de Ciudadanos y PP, que presentarán sus propias enmiendas a la totalidad.

Eduard Pujol (JxCAT), durante una comparecencia ante los medios / @JuntsXCat

Eduard Pujol (JxCAT), durante una comparecencia ante los medios / @JuntsXCat

Eduard Pujol, portavoz de Junts per Catalunya

El partido posconvergente reacionaba después de que el portavoz de Junts per Catalunya, Eduard Pujol, diera por presentada esa enmienda a la totalidad. El cabreo fue mayúsculo, porque quien decide “es el grupo parlamentario en Madrid, no Junts per Catalunya”, según un miembro de la dirección del partido. Pero, en cualquier caso, la decisión no fue diferente. De hecho, el PDeCAT no puede hacer otra cosa en estos momentos, arrastrado también por la actitud de Esquerra Republicana, que anunció que presentará su enmienda a la totalidad ese mismo martes.

Un gesto, un pequeño gesto

Pero, ¿quieren eso los dos partidos independentistas? No, no lo quieren. Desearían tramitar las cuentas, aunque la realidad sea cada vez más compleja. Y es que ese día 12 se iniciará el juicio a los políticos presos, sin que el Gobierno haya dado ninguna muestra de ofrecer un gesto que no debería ser demasiado importante. “Lo que se pide es que el Gobierno explique su idea del proceso, que se diferencie del PP y de Ciudadanos, si es que lo cree así, que difunda que no fue un golpe de Estado con violencia, que el movimiento independentista no es el mal de todos los males”, señala un dirigente con ascendente en los dos partidos independentistas.

En este momento aparece la figura de Elsa Artadi. Como el vicepresidente del Govern, Pere Aragonès, Artadi quiere tramitar las cuentas de Pedro Sánchez. Sería su aportación y su carta de presentación para lanzar su candidatura a la alcaldía de Barcelona. Artadi ha buscado un camino propio, sea por su propia valía o harta de lo que ocurre en el día a día en el Ejecutivo catalán, donde reina el caos y la parálisis, por la falta de liderazgo del presidente Quim Torra.

Artadi Elsa, 'consellera' de Presidencia / EFE

Artadi Elsa, 'consellera' de Presidencia / EFE

Elsa Artadi, en el Palau de la Generalitat

Una votación para ganar tiempo

Los diputados del PDeCAT en el Congreso, que mantienen contactos con el Gobierno, como Carles Campuzano, Jordi Xuclà o Ferran Bel, pueden tener la complicidad de Artadi para forzar esa votación que permita la tramitación de los presupuestos del Estado.

Con ello, y en paralelo, se buscaría que Esquerra no se desmarque. De hecho los dos partidos se encuentran en la misma situación: no desean quedar marginados por el proyecto rupturista que plantea Carles Puigdemont desde Bruselas. No quieren facilitar la llegada de los partidos de la derecha a la Moncloa. Y sólo necesitan más tiempo, y esperar la evolución del juicio a los políticos presos.

¿Cinismo de Sánchez?

El PSOE ha trasladado al bloque independentista su enojo por esa posición de estos últimos días. La interpretación cínica de que a Pedro Sánchez le da igual si se aprueban o no los presupuestos molesta en la Moncloa. Pero en el mundo independentista ha comenzado a cuajar.

Sin embargo, pase lo que pase en la votación final, se había establecido un cierto acuerdo: se permite la tramitación de las cuentas, se ganan dos meses de discusiones en las comisiones parlamentarias, abordando los presupuestos por capítulos, y se llega prácticamente a las puertas de las elecciones municipales y autonómicas de mayo.

Un palo severo al Gobierno

En caso caso contrario, y si el PDeCAT no puede superar la presión de Puigdemont y de sus fieles en el partido y en el Govern, y si Esquerra se ve incapaz de explicar a los suyos que quiere ser un partido de gobierno responsable y que es mejor entenderse con el PSOE que con PP y Ciudadanos, la ruptura puede tener serias consecuencias.

Si las enmiendas a la totalidad se sustancian la próxima semana en el Congreso, los presupuestos se devolverán al Ejecutivo y Pedro Sánchez tendrá en su mesa una decisión: convocar elecciones, o el propio 26 de mayo, o justo después. Porque alargar más el mandato le será muy complicado y, tal vez, contraproducente para los intereses electorales de los socialistas.