El independentismo la toma con un escritor que dejó un acto de la UAB por no entender el catalán

El escritor argentino Martín Caparrós se ha convertido en nuevo blanco de las iras de simpatizantes del secesionismo, que le acusan de haberse marchado de una conferencia en la Universidad Autonóma de Barcelona (UAB) por no entender el catalán. 

Los hechos ocurrieron este lunes, durante una charla sobre fútbol en la facultad de Ciencias de la Comunicación junto a la periodista Carme Barceló y el exfutbolista Julio Salinas. Según denuncia el guionista Marc Gabernet en su perfil de Twitter, Caparrós "abronca a los estudiantes de la UAB por preguntar en catalán" y "abandona la conferencia", y termina acusándole de no haberse pronunciado cuando, al inicio de la misma, se le preguntó "a todos los participantes si entendían el idioma". Un señalamiento ante el cual Caparrós respondió argumentando que "si me preguntan si entiendo una lengua en una lengua que no entiendo, no puedo contestarlo. Y no fue que preguntaron solo, fue que el debate siguió en catalán, y no lo entendía".

Marc Gabernet, criticando a Martín Caparrós en Twitter

Un periodista de TV3 le tilda de "racista energúmeno"

Como de costumbre en estos casos, los insultos y descalificaciones por parte del secesionismo en redes sociales no se hicieron esperar. Entre ellos, los de destacados influencers, como el exdiputado de la CUP y tertuliano de diversos medios Antonio Baños y el periodista de TV3 Nicolás Valle, que se despachó con este exabrupto: "Ver gente que admiras por su solvencia histórica, honradez periodística y defensa de la tolerancia (Martín Caparrós) comportarse como un racista energúmeno es como ver a tu padre ebrio por primera vez".

El periodista de TV3 Nicolás Valle, calificando de "racista energúmeno" a Martín Caparrós

El escritor denuncia que se rieron de él

Ante tal ataque, Caparrós ha afeado a Valle que no estaba allí, y que se informe antes sobre lo que pasó, ya que "el debate ya había durado 45 minutos en castellano, como estaba convocado", y su decisión de marcharse se produjo cuando, tras hacerse una pregunta en catalán y seguir la charla en este idioma, vio que había quien se reía de su incomodidad por no entenderlo.

Según la versión del escritor en su respuesta al periodista de TV3, todo ocurrió cuando "un alumno preguntó en catalán y le contestaron durante otros diez minutos en catalán y no entendí nada. Me fui cuando una panelista se rió de mi incomodidad".

Un vídeo publicado en redes sociales recoge el momento en el que Caparrós, en tono educado --y no de "bronca", como se le acusa--, explica a la audiencia que no entiende el catalán, lo cual suscita murmullos entre el público. En respuesta a uno de los presentes, el escritor prosigue explicando que "si me preguntas en catalán si hablo en catalán, no tengo ninguna chance de decirte que no". Y acaba calificando como "una costumbre curiosa" cambiar de idioma cuando alguien no lo entiende.

"No me toques la lengua"

Sea como fuere, la controversia surge después de que la UAB haya puesto en marcha este curso una campaña nacionalista llamada “No em toquis la llengua” --“No me toques la lengua”--, con la cual esta universidad barcelonesa pretende, según sus responsables, “poner de manifiesto su compromiso con la presencia de la lengua catalana en la docencia y la investigación”. Una iniciativa que, casualmente, coincide en el tiempo con el rotundo rechazo del Govern a cumplir las sentencias judiciales firmes que instan a impartir al menos un 25% de las clases en castellano en la enseñanza no universitaria pública de la autonomía, monolingüe y obligatoria en catalán desde hace tres décadas.

Cartel de la campaña "no me toques la lengua" en el campus de la UAB

Ya en el acto de inauguración de curso del mes pasado, el escritor nacionalista Màrius Serra pronunció un discurso con alegatos en contra del bilingüismo vehicular en la enseñanza. Un hecho que se suma a otros, como la invitación de este mismo centro educativo a sus estudiantes a utilizar su canal de comunicación interno Opina UAB para tramitar sus quejas por el uso del español en clases previstas en catalán, o la cesión de uno de sus recintos para un seminario de Plataforma per la Llengua contra el “supremacismo castellano”.